Yo sí conozco a Carlos Núñez del Prado

22/01/2011
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No soy nada ni represento a nadie; tampoco tengo mayor conocimiento de la historia del famoso video de El Viejo ni de sus intríngulis, pero después de haber visto, oído y leído tantos comentarios respecto de dicho video, me siento obligado a decir dos cosas, la primera dirigida a mis amigos y compañeros del Gobierno —y del proceso de cambio en general—, la segunda dirigida a los corifeos de la oposición salvaje (porque reconozco que también hay una oposición democrática, digna de respeto).

1. Conozco a Carlos Núñez
 
Lo conozco desde hace mucho tiempo y puedo testificar que es un hombre íntegro, inteligente, consecuente con su vocación revolucionaria, dispuesto a jugarse el pellejo por esa causa; y además en los últimos años lo he visto jugarse. Carlos Núñez no es un “extorsionador” ni se parece a los muchos pícaros que anduvieron abusando del poder estatal por los recovecos de los diferentes ministerios del Interior o de Gobierno. Y cuando me dicen que es él el interlocutor de El Viejo en el mentado video, puedo asegurar que lo que hizo lo hizo en cumplimiento de un deber, y que lo hizo cumpliendo órdenes superiores, porque además de todo lo dicho es un hombre disciplinado.

Por eso me cuesta entender que todo un Defensor del Pueblo afirme que “si hubiera sabido” lo que Carlos Núñez hacía, no habría depositado su confianza en él; pienso lo contrario que el Defensor y me siento en la obligación de decirlo. Precisamente ahora, cuando se encuentra en una situación difícil —ya me gustaría saber por culpa de quién— considero que sería cobarde mirar a otro lado y decir “yo tampoco lo conozco, quién será ese señor”, como veo que están haciendo muchos. 
 
Pero para entender mi posición es necesario leer también la segunda cosa que quiero decir, está dirigida a los corifeos hipócritas de la oposición.
 
2. El video de El Viejo no anula sino ratifica la existencia de una conjura separatista.

Todos los comentaristas se rasgan las vestiduras con el supuesto pago de 31.500 dólares a ese señor Villa Vargas, El Viejo. Y no veo nadie que se anime a decir algo que todos sabemos y que aunque suene feo no se tiene que ignorar (simplemente por honestidad mental). Y es que todos los estados del mundo y todos los gobiernos de la historia han pagado a delatores de la oposición para que informen sobre aprestos más o menos subversivos. 
 
Lo que ciertamente no es normal es que esas operaciones primero se filmen y luego acaben en manos de determinados medios para que disfruten difundiéndolos, pero éste es otro tema (con el que ahora prefiero no meterme).
 
Mi interpretación como ciudadano común —común pero no tonto— es que ese pago era por la información gracias a la cual se desarticuló la banda terrorista de Rósza y compañía (y de paso se salvó la vida del Cardenal Terrazas). 
 
Claro que también se podría pagar para obtener una falsa acusación y justificar así una represión gratuita (que es lo que intentan difundir los corifeos a quienes me dirijo); pero todos los hechos posteriores confirman que no, que fue una información verídica la que dio El Viejo, y tenemos que alegrarnos de que la haya dado, y por tanto de que se la hayan tenido que pagar, porque gracias a eso nos libramos de un intento de guerra civil que —aunque condenada de todas maneras al fracaso— nos habría costado mucha más sangre y sufrimiento. 
 
Podemos deplorar que nuestra seguridad del Estado sea tan poco sólida como para que ahora esos videos se estén difundiendo, pero no podemos cometer la deslealtad de convertir a Carlos Núñez en chivo expiatorio, ni podemos caer en la estupidez de creer que por eso todo lo que se descubrió de la banda separatista era falso. Es lo que tenía que decir por encargo de mi conciencia. Amén.
 
- Rafael Puente fue viceministro de Régimen Interior y prefecto interino de Cochabamba.
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