El ABC de un diario sinvergüenza

24/01/2011
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No escandaliza que un político de derecha paraguayo diga públicamente que ayudó a fugar a un perseguido por corrupción. Escandaliza que un diario admita públicamente que tomó partido en un hecho en el que debió ser neutral y pluralista. Los derechistas que hicieron gemir al pueblo —hoy buscados para rendir cuentas de sus tropelías— se muestran solidarios, se protegen y se encubren mutuamente en sus haciendas y mansiones.
 
Los que regalaron a transnacionales el gas, los minerales, los bosques; los que aplicaron recetas del Banco Mundial y del FMI, los que redujeron salarios, eliminaron empleos, jodieron a los jubilados; los se embolsillaron dinero público; los que persiguieron y confinaron en democracia, los sirvientes del imperialismo gringo, ésos… hoy encontraron la fórmula mágica para evitar la mano de la justicia.
 
‘Perseguido político’ es la nueva coraza de los derechistas prófugos y se llenan la boca con palabras falsas como ‘dictadura’, ‘intolerancia’, ‘falta de democracia’, ‘falta de libertad de expresión’, ‘justicia controlada’, ‘la vida en riesgo’, etcétera.
 
Los políticos de derecha no tienen los votos del pueblo, pero tienen dinero en abundancia y, sobre todo, cuentan con el generoso y militante apoyo mediático. Sin sus diarios, radios y canales de televisión, los derechistas no serían nada. Los medios se convirtieron en tanques y aviones que bombardean mensajes manipulados.
 
En realidad siempre fue así. Los medios poderosos estuvieron y están acostumbrados a cogobernar en el mundo. Se creen los grandes catedráticos de la moral y los sabios de la administración pública. Con el pretexto de dar opiniones, presionan, chantajean, conspiran y aprietan de acuerdo con los intereses de sus negocios y las aspiraciones de sus políticos títeres.
 
En el sitio de internet: www.paraguay.com, el senador derechista del Paraguay Alfredo Jaeggli (Partido Liberal, ex aliado de Lugo y hoy principal conspirador) no tuvo nada de vergüenza al decir que él y un amigo suyo ayudaron a fugar al gobernador suspendido de Tarija, Mario Cossío, perseguido por jueces y fiscales que le acusan de corrupción.
 
El periodista le pregunta al senador Jaeggli:
 
—¿De qué manera Cossío ingresa en el país?
 
—Se escapó de Bolivia con un amigo mío en la valijera (maletera) de su auto, ni siquiera fue juzgado y fue apresado. Entonces, Cossío se puso en contacto conmigo, yo me puse en contacto con Acero (Aldo) Zuccolillo (director del periódico ABC Color), le expliqué todo y con él estamos haciendo esta campaña en favor de este señor, porque creemos que lo que está haciendo (Evo) Morales en Bolivia es una verdadera barbaridad.
 
—¿Entró en el país en la valijera (maletera) de un auto?
 
—Asimismo (sí), y vino por el chaco.
 
—¿Qué están haciendo para que Cossío permanezca en el país?
 
—Lo imposible para darle refugio...
 
—¿Cómo opera Zuccolillo (dueño del diario paraguayo ABC) para refugiar al ex Gobernador?
 
—Y bueno, usted sabe que el poder de Zuccolillo es ABC. El poder de Zuccolillo son sus ideas democráticas…
 
La declaración del senador paraguayo demuestra la impunidad con la que obran los políticos millonarios y neoliberales. Jaeggli miente al decir que Cossío estuvo preso. Pero dice la verdad al confesar la complicidad de un diario del Paraguay: El ABC.
 
Hace tiempo se sabe que muchos medios de comunicación en Bolivia y en América Latina son los brazos armados de los derechistas y neoliberales. No usan balas ni bombas, usan mensajes falsos que son más peligrosos y efectivos.
 
Pero como si eso fuera poco, el senador Jaeggli, en contacto con un programa televisivo de La Paz, el pasado miércoles, seguía eufórico de emoción porque la Comisión de Refugiados del Paraguay (Conare) otorgó el refugio a Cossío.
 
“No soy el dueño de esta victoria pero soy parte. Tengo que admitir que la mayor fuerza que pudimos hacer es gracias a la prensa y ABC color, Aldo Zuccolillo (dueño del diario ABC)”, sostuvo.
 
Y para mayor escándalo, el jefe de Redacción del diario ABC, Armando Rivarola, no sintió vergüenza al decir: “El papel de ABC fue seguir de cerca la información, sin duda, a favor de la concesión de refugio. Pero el diario ABC no vota en la Conare. La Conare es una institución autónoma (…) Nuestra línea editorial fue muy fuerte a favor de dar concesión de refugio al Gobernador de Tarija”. Cuando se le consultó si ese papel fue imparcial, su respuesta fue: “ABC es un diario privado, es un diario independiente, es el principal medio escrito del Paraguay”. ¿Mayor hipocresía y mentira puede haber en el planeta luego de las declaraciones del periodista Rivarola? Las confesiones del senador y del periodista de ABC nos revelan que la Conare no actuó de manera independiente. Sus miembros fueron víctimas de un corralito, de un apriete público, de un fusilamiento mediático.
 
Da pena ver el papel que cumplió el presidente de la Conare, Felipe Roberti, quien fue un fácil objeto de manipulación de los políticos derechistas y de la presión del diario ABC. La noticia sobre la otorgación del refugio primero la dio ABC. La fuente noticiosa no fue Roberti, sino la senadora conservadora y opositora Zulma Gómez. Todo estaba orquestado. La Conare fue un títere. Luego, horas después de que la noticia fuera divulgada por políticos interesados, el titular de la Conare salió a la prensa y una de las barbaridades que dijo fue: Para dar refugio a Cossío no se tomaron en cuenta las causas judiciales en Bolivia. Es decir, la decisión fue por presión política y mediática.
 
La ONU, de la que supuestamente depende el consejo de refugiados, tendrá que revisar la actuación de sus representantes en el Paraguay. La Conare, los políticos y medios de comunicación del Paraguay no sólo se entrometieron en asuntos internos de Bolivia, sino que se convirtieron en jueces supremos porque absolvieron de culpa, en tan sólo unos minutos, a un hombre público que tiene más de 20 acusaciones de corrupción por un monto aproximado a los 50 millones de dólares.
 
El gobierno de Lugo se lavó las manos como Pilatos con la frase increíble: “La Conare es independiente”. Le faltó valor civil y político al gobierno del ex obispo.
 
Queda claro que no es el pueblo honesto y humilde del Paraguay el que protege a un prófugo. Los protectores son millonarios, terratenientes, empresarios y políticos que tienen negocios comunes en América Latina.
 
El senador paraguayo Jaeggli debería ser enjuiciado en Bolivia por confesar que ayudó a fugar a un buscado por la justicia. El diario ABC del Paraguay debería ser denunciado en organismos de ética periodística del mundo. No hay que esperar una palabra de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). Como ocurre ante los asesinatos de periodistas en Honduras, no abrirá la boca.
 
La historia no queda ahí. El director del diario ABC, Aldo Zuccolillo, entrevistado por un medio boliviano, no sólo admitió que se parcializó con el Gobernador prófugo, sino que comparó a Evo con el dictador paraguayo Stroessner, cuyos pupilos precisamente estuvieron muy activos estos días. Es grosero e ignorante comparar a Evo con el milico paraguayo que hizo gemir con su dictadura. A Stroessner nadie lo eligió, se sostuvo con las armas. Evo fue elegido por más del 60% de los bolivianos y gobierna obedeciendo al pueblo, aún equivocándose. ¿Los periodistas de ABC y de otros medios de América Latina podrán seguir diciendo ahora que hacen periodismo independiente? ¿Les vamos a creer que son imparciales? ¿Tendrá fuerza moral su discurso de que el Gobierno presiona y persigue a los medios cuando son muchos medios los que presionan, montan campañas de acuerdo con sus intereses y persiguen a los gobernantes elegidos democráticamente?
 
¿Los canales de televisión de Bolivia, especialmente algunos que generan escándalo con titulares alarmistas, no están en plena campaña igual que el ABC del Paraguay? ¿Esos analistas que todos los días y por muchos medios le pegan duro al Gobierno no son parte de operaciones similares a las armadas por ABC? Zuccolillo, quien no se cansa de calificar de autoritarios a los gobiernos populares de América Latina, debe saber que creerse dueño de la verdad, impune, poderoso, soberbio y chantajista es dictadura pura. No ser pluralista, parcializarse, abusar del poder, publicar unas 160 notas sobre Cossío y de ellas 130 a favor del prófugo es antidemocrático, es el ABC de la sinvergüenzura.
 
- Juan Azurduy
 
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