Toda comparación es una ofensa, se dice, pero es inevitable hacerla cuando dos hechos se asemejan, tal como viene aconteciendo entre la actual campaña electoral y el espectáculo que ofrece el circo.

Es propio del circo ofertar actos de acrobacia, magia, malabarismo y las infaltables fieras adiestradas, dóciles animales obedientes a  la voz del tutor. También es propio del circo,  que el promotor y/o dueño invierta dinero para   obtener  réditos económicos mayores. Es por eso que se esmeran en presentar un espectáculo (programa)  que cautive al espectador. 

Algo semejante está aconteciendo en la campaña electoral. Vemos,  que siendo ambos eventos totalmente diferentes en sus propósitos y resultados, la profusión de carteles, spots, gestos, sonrisas, abrazos redentores, etc., buscan captar  la atención del pueblo más por los sentidos que por la razón. Toda la parafernalia electoral va más por las poses y actitudes, que por dar a conocer la propuesta programática que dilucide lo siguiente: el persistir o cambiar  el propósito del modelo económico. Es decir, ¿cómo se hace partícipe y beneficiario  a las amplias mayorías del crecimiento del PBI al 9%?  ¿Es  este   crecimiento  sostenible en el tiempo cuando se conoce que el 67 %  del  PBI es producto de la exportación de minerales? y, ¿qué sucederá cuando bajen los precios de los minerales?

En lo laboral, cómo se va  dar cobertura a los 2/3 de los trabajadores que no tienen beneficios sociales, ni  seguridad social, ni garantía de una vejez digna  al no estar incluidos en el sistema previsional. Así como  saber cuáles son las acciones concretas que garantizarán la efectiva jornada laboral de 8 horas con salario digno y justo.

En educación,  qué acciones  se van a asumir para  revertir la baja  compresión lectoral y de matemática, que ubica al país  en los últimos escalafones en Latinoamérica en  estas materias. Qué disposiciones  se van a tomar para superar la deficiente formación pedagógica del profesorado de educación  escolar y, la mejora de la educación universitaria con  calidad e investigación científica.

En salud,  cómo se va a brindar una  atención oportuna ,  eficiente y de calidad, donde  prime ser atendido por derecho y no  por la capacidad económica del paciente,  como sucede en la actualidad en las llamadas  clínicas “públicas” , también llamadas  Servicio Bajo Tarifario  Diferenciado (Hospital  del Niño).

Saber si se va a persistir sin misericordia y consideración en la  privatización de los bienes públicos. Un ejemplo que ilustra esta política es lo que  ocurre en las playas de Barranco.    Espacios públicos  privatizados  para pocos (club de Yates, restaurantes), han convertido lo que hace  pocos años eran las  playas de esparcimiento del pueblo,  en reducidos espacios de playa  donde los  bañistas  pugna por ocupar la  mínima ubicación que les permita disfrutar  de un día de playa

Estos temas y otros de igual o mayor importancia son tratados como marketing “político”, o  sea, como un acto circense, que buscan convertir al ciudadano en  espectador y no en protagonista de su destino. Nos convocan a votar y a depositar nuestra confianza en el elegido, no más. Luego el electo Presidente se desdice de lo ofertado en campaña, para terminar pidiendo el  óbolo a las mineras. ¿Recuerdan  la oferta del  cambio responsable de Alan García en el 2006?

Así como en el circo, en la campaña electoral no falta el promotor y/o dueño que invierte para luego obtener réditos mayores. Entonces  vemos a Roque Benavides poner su billete en diferentes cestas políticas, a sabiendas que no basta tener un presidente genuflexo, sino  que también urge tener a congresistas serviles, que a semejanza de las fieras adiestradas  de los circos, bailen al son del billete. Es decir,  por la plata baila el mono. Y monos no faltan entre los candidatos y no faltarán entre los electos al congreso.

Y en cuanto al financiamiento de  la campaña presidencial, los candidatos  no se  quedan atrás. Desde un  sionista hasta un narcotraficante es fuente de financiamiento. Pero entre todos, destaca la candidata que  cree tener el don de hacer milagros, como el de multiplicar los panes. Recaudar  dos millones de soles mediante  polladas, solo una persona cínica igual  al padre  lo puede sostener. De tal palo, tal astilla.

Entonces,  qué función cumpliremos en la campaña electoral ¿La de espectador o la de protagonista? La respuesta que den  determinará hacia  donde se incline el voto. O elegimos a alguien que nos pinta bonito el espectáculo o elegimos a alguien que nos de las garantías de progreso y desarrollo, no sólo económicas, sino también  sociales.  Y eso sí, no otorguemos  cheque en blanco sea quien sea el elegido, para luego no lamentarnos.