La "afrodescendencia" y su carga transculturizante
23/04/2011
- Opinión
A las poblaciones negras venezolanas se les han querido percibir a partir de paradigmas epistemológicos que nada tienen que ver con su dinámica histórica; los cuales sentimos que vienen a fortalecer los nuevos espejos ideológicos que ahora reflejan con vehemencia la lógica de la dominación, en el que dicho discurso se legitima la violencia y la aculturación en base a la lógica de producción, circulación y consumo que origina la dinámica del mercado, cuyo fin persigue invisibilizar su proceso histórico, donde una de las características más resaltante tiene que ver con la transformación que sufrió el vientre de la mujer negra, al cual convirtieron en un medio de producción, en el que lo que se concebía (los hijos) se valoraba de acuerdo a su tamaño y fortaleza física por sus dueño para ser puesto y vendido en cualquier anaquel de la Europa del Siglo XV, XVI, XVII y XVIII en calidad de mercancía, permitiéndoles a quienes los compraban usufructuarlos (tanto su capacidad de obra, como la de goce, puesto que eran considerados como un bien o una propiedad privada) en una economía orientada a satisfacer necesidades internas del sistema europeo y de las provincias conquistadas, sobreestimándose el papel del hombre como ser social y el de la naturaleza, hasta considerarla como un campo de acción a ser domada, dominada y domesticada, en base al predominio de la razón (positivismo), en el cual prevaleció no considerar su papel en su relación con las sociedades humanas.
En este sentido, el genocidio y el proceso de aculturación a que fueron sometidos los emporios negros venezolanos, fue inhumano. Impío, cruel, sanguinario, etc., y lo que asombra…, es que muchos de aquellos que se autodenominan como “afrodescendiente” se abriga con este tipo de conducta para negar y no reconocer que nuestra ascendencia biológica fue cazada y vendida por los propios africanos y utilizada por la fuerza para fortalecer el tránsito hacia la consolidación del Capitalismo Liberal, en base a la violencia, desculturización y discriminación, y es por ello que niegan su estética, su color y llaman a sus acólitos a que se adueñen de los estereotipos que utilizan los africanos, como de sus diferentes formas de comunicación (es decir que se conviertan en africanos mecánicos) y echan a un lado, el esfuerzo hecho por quienes hicieron de la venezolanidad una forma de vida, para no comprender la importancia que tuvieron en la conformación de nuestro país, quienes en un vocabulario soez y echón, ven a los pueblos recubiertos de una mentalidad que no les permite llegar a la abstracción acerca de lo que sucedía en la vida cotidiana y en su relación con la naturaleza para justificar que son sociedades que deben ser consideradas inferiores, integradas por hombres que no estaban en capacidad de poder construir un sistema lógico o pensar lógicamente. Sin comprender que la pérdida de su trazo colectivo, se debe a su disgregación, y a la imposibilidad de ceder a las características grupales conservadas en su comunidad de origen, lo que conllevó a crearse una especie de auto-odio con la patria de origen, para darle paso a una nueva estructura social que trasformó el pensamiento predominante en el mundo, lo cual produjo cambios en la concepción societaria del pensamiento Occidental que como grupo social, pasó a conformar sus diferentes estructuras, ya que su reconstrucción dependía de la fragmentaria y su disminuida presencia en los nuevos estados-nación que se estaban formando.
No debemos olvidar dentro de esa realidad, que la cristianización se transformó en un herramienta indispensable para que desapareciera del negro la africanidad, trayendo como consecuencia que se reinterpretaran los paradigmas intrínsecos que integraban su núcleo central de sentido (como su periferia) a partir de su necesidades afectivas y así se creó una especie de religión más negra que africana, distinta a la cristiana (y a la africana), puesto que en el desespero, se les hizo creer que era la única vía que les permitirían ascender socialmente y es por ello que en sus diferentes manifestaciones culturales encontramos un Santo Blanco y las que no las tienen, se caracterizan por tener una fisonomías parecida a la del blanco Europeo, rodeando de un ambiente que enmarca este proceso (véase San Benito).
Esto implica que debemos compartir una imagen de futuro que plantee desarrollar el imaginario que posee una melanina negra, el cual debe convertirse en un sujeto crítico, solidario, cooperativo, autogestionario y bolivariano. Pero es necesario liberarlos de esos paradigmas fosilizados que no han permitido el fortalecimiento de su autoestima, de los valores fundamentales de solidaridad para poder entender la importancia que tienen el esfuerzo colectivo y la participación organizada sobre la base de la nueva materialidad en la Nueva República que se está formando en el país, porque algo que no podemos olvidar, es que este proceso no sólo produjo un nuevo individuo, biológicamente y genéticamente, sino que además, la variedad de experiencias sociales y culturales permitieron reinterpretar ese momento histórico, según sus necesidades y consecuencias históricas.
Es por ello que sostenemos que en el diálogo debe darse a partir del desarrollo y estímulo de la energía generativa de los humano, como el desenvolvimiento del potencial de los individuos en sociedad (Ser Social y Conciencia Social), el cual debe de ser una de las misiones del estado venezolano, puesto que debe visibilizarse el proceso dinámico de creación y afirmación de la nacionalidad para trasformar el país en base al principio de verdad, equidad, y es allí, donde la cultura juega un papel importante, ya que se transforma en el vehículo más justo, eficaz y legitimo para estimular y enaltecer las posibilidades de expresión del pensamiento y las aspiraciones del hombre en sociedad, ya que es el lugar donde se crea y recrean la unidad simbólica de los pueblos.
Por lo tanto, creemos que en la consolidación de la nueva soberanía cultural, se hace necesario reconocernos como originarios de la venezolanidad (el cual no se logra dividiendo al país en Indígenas, Afrodescendientes y europeos y mucho menos utilizando al estado para darles rienda suelta a sus instintos personales para después seguir con el cliché de la exclusión y seguir imponiendo un término que la población negra venezolano no acepta y que busca su reconocimiento constitucional para después pedir su liberación y crear un gran conflicto de clase con el propósito de dividirlo y hacerse poder), y uno de los motivos en el que hay que hacer énfasis, es el tiene que ver con la formación ideo-política, principalmente con aquellos que tiene que ver con el empoderamiento de todas las concepciones abrigan al poder popular (principalmente con aquellos que hacen referencia a las comunas, la cual se rige por una serie de principios y valores pertinentes que se inspiran en el pensamiento bolivariano que hacen flexibles su conformación, organización y funcionamiento y que pensamos que deben ser valorados con vehemencia por los emporios humanos que se caracterizan por poseer una melanina negra) y todo lo que este significa sus contenidos intrínsecos, los cuales representan actos para la liberación y la autodeterminación.
Pero lo que no se puede aceptar es que pleno Siglo XXI se siga alimentando una conducta endoracista que demuestra que todavía prevalecen los criterios de la dominación que los consideraban como entes pocos conocedores del trabajo intelectual, enemigos declarados de las letras y las Bellas Artes, poco propenso a ser considerado depositarios del saber, que no entiende …que el sólo nombre de esclavo, aún involuntariamente, arranca gemidos de condolencia de no tener más voluntad que la del amo. A verter su sudor sin ningún provecho propio, a no tener en la sociedad rangos ni consideración, y a no hablar ante la ley sino una protección que sirve apena para garantizar la vida, dejándolos expuestos a todas las injusticias y a todos los maltratos del amo… (Humboldt, Alejandro (1985). Viajes a la Regiones Equinocciales del Nuevo Mundo, Monte Ávila Editores).
Por el contrario, no se debe seguir viendo al negro venezolano como un actor pasivo, puesto que su aporte es de vital importancia para comprender la venezolanidad y sin ello…, no se puede ir labrando el camino hacia el Socialismo del Siglo XXI, para tratar de imponer un término, que es un acto que no es producto del consenso que no precisa que ese ser traído en especie, había internalizado una nueva realidad, producto del golpe psicológico, que los dejó inmovilizados, sin espacio temporal, que los conllevó avergonzarse étnicamente, socialmente, psicológicamente, lo que motivó que su creatividad fuera muy débil para convertirse en creadores de culturas porque lo que estaba en juego era su supervivencia.
En este sentido, reprochamos la conducta asumida por quienes quieren negar su ascendencia histórica, al negar su discernimiento para consolidar “una aristocracia de intelectuales” que no comprenden, ni comprenderán la importancia que tienen las poblaciones negras venezolanas como creadores de la Cultura Negra y mucho menos.., la situación jurídica de denegación por desobedecer el mandato que se encuentra implícito en nuestra Constitución Bolivariana por su carácter de ser la noma rectora, suprema y el fundamento del nuestro Ordenamiento Jurídico, lo cual conlleva a que todas las personas e Instituciones Públicas que se encuentra dentro del territorio venezolano (lo nacidos como los extranjeros), tienen el deber de acatarla y le corresponderá a la Sala Constitucional (Tribunal Supremo de Justicia), por su poder concentrado y como ultimo interprete, declarar en caso de incompatibilidad entre esta Constitución y una ley u otra norma jurídica (Véase la Ley Orgánica de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes LOPNNA y la Ley Orgánica de Educación LOE, donde la Asamblea Nacional introduce el término Afrodescendiente, lo cual crea incompatibilidad con la norma suprema), declarar la anulación de las leyes y demás actos de los órganos que ejercen el poder público dictados en ejecución directa e inmediata de esta Constitución o que tengan rasgo de ley, cuando colida con ella (Art. 334, 335 y 336, Ord. 07. Omissis).
Por el contrario creemos que estos grupos, no han tenido la moderación o cautela de crear una serie de estrategias que de manera unitaria les permitieran al verbo consolidarse en una herramienta para dar el verdadero debate, donde esté implícito, la construcción de ciertos espacios que conlleven a la reivindicación de ciertos acuerdos que impliquen la consolidación de políticas públicas de interés que no impliquen la utilización de componentes interpretativos inscrito siempre dentro de apreciaciones foráneas que conllevan a construir una historiografía desde la visión de la opresión, subordinación y dependencia y no desde una visión contraría, liberadora que asuma dicho mandato desde la perspectiva vivencial para resaltar la vocación libertaria de quienes hoy venimos a conformar la Cultura Negra Venezolana.
Fuente: Prensa El Negrero, medio Alternativo para el desarrollo de las poblaciones negras
https://www.alainet.org/es/active/46078?language=en
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