México

Este país sin culpables

Sergio Gómez Montero

08/10/2011

Opinión

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He seguido de cerca, por estos días, la interesante e intensa polémica que se ha dado entre el maestro Raúl Ramírez Bahena y el también maestro, amigo y compañero Joaquín Bohigas en torno a la pena de muerte. No quiero ahora, echarle más leña a esa hoguera, sino sólo plantearme una pregunta que ronda en torno a la culpabilidad, que es, creo, un eje de la polémica mencionada.

Y desde luego, siguiendo sobre todo el razonamiento de Joaquín, me preguntaría: ¿hay o no culpable específico por cerca de los 55,000 muertos (oficiales, porque se desconocen cifras reales al respecto) que se registran hasta hoy en México en esa serie de acciones violentas que se han generado los últimos cinco años? ¿Es o no es eso genocidio, si tomamos en consideración que esas acciones han tenido como víctimas a mexicanos ejecutados por mexicanos? ¿Si hubiera culpa, a quién culpar? ¿A Felipe del Sagrado Corazón de Jesús, al Ejército y la Marina, a la SSP? ¿Al crimen organizado (qué carajos es el crimen organizado)? ¿Al Chapo, a Los Zetas, a La Familia, a Los Caballeros Templarios, a los Carrillo, a La Línea, qué otro grupo criminal se le antoja?

Y si de repartir culpas se trata, ¿quién será el culpable de que hoy, en México, la primera causa de muerte entre los jóvenes (de los 15 a los 29 años) sean los homicidios; de que entre 2008 y 2011 se haya incrementado esa causa en 182% (según datos del INEGI)? ¿Y a quiénes o qué culpabilizar de los pésimos resultados educativos que se han venido obteniendo en México desde 1994 a la fecha; de que, según la ANUIES, el 70% de los jóvenes que egresan de licenciatura no encuentren trabajo o de que, si lo encuentran, nada tiene que ver con lo que estudiaron? Con datos de hoy de la OCDE, hay en México 7 millones de ninis y 13.4 millones de personas están trabajando en la informalidad, mientras el desempleo repuntó al 5.6%. ¿Hay o no culpables al respecto? ¿Habrá culpables acaso de que hoy, en el país, sufran algún grado de pobreza 70 millones de mexicanos, de los cuales 54 sufren pobreza extrema (véanse las estimaciones de Coneval)?

Y los que se quedan callados (que es la gran mayoría de habitantes de este país), ¿a esos, como escribe Carlos Lazcano, les corresponde culpa o no; no acaso son culpables tanto el que le agarra la pata como el que mata a la vaca?

Y en el ámbito de los castigos, comenzando por los 55,000 muertos del sexenio, ¿si hubiera culpables determinados, qué castigo otorgar?

Pero más que hablar de penas y castigos, es primero vital preguntarse por qué en este país, desde tiempos remotos, es casi una tarea imposible encontrar culpables reales (y no inocentes, como en películas y recientemente en la televisión se ha mostrado), porque ¿no acaso del 100% de procesos reportados por todo tipo de delito menos del 10% resulta culpable? ¿Por qué esa incapacidad para culpar? ¿Significa ello que tanto el Ministerio Público como el sistema judicial deben irse al carajo (y de paso el Legislativo, pues aquí, en Baja California, fueron los legisladores locales los que le están echando tierrita a todas las barbaridades y tropelías financieras cometidas por el presidente municipal Pelayo, y no sólo eso sino que lo premiaron con 200 millones de pesos que todos los ensenadenses vamos a pagar, más aparte lo que ya tenemos que pagar de los últimos tres presidentes municipales panistas)?

Es difícil pensar en la pena capital frente a tal panorama, ¿no? Sí, ¿cuántos mexicanos la mereceríamos por ejecutores y cómplices de delitos tan graves como los aquí mencionados? Dios nos guarde, ¿no, Joaquín?

Fuente: Forum en línea

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