La marcha por el Tipnis y USAID

18/10/2011
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Tras la expulsión del embajador de Estados Unidos, quien fogoneaba un proceso de conspiración desde Santa Cruz y cuyas finalidades incluían la separación del departamento de Santa Cruz hasta su “independencia”, el gobierno boliviano anunció la próxima expulsión de la agencia para el desarrollo, más conocida como Usaid.
 
El anuncio nunca se cumplió y hoy los gobernantes estarán arrepentido, pues sus actividades se aceleraron junto a numerosas Ong’s organizadas en Pando y Beni, aparentando promocionar programas de medio ambiente y derechos indígenas, que en realidad son líneas de subversión contra el gobierno del proceso de cambio.
 
La Usaid, es en realidad, la “cara visible de la CIA”, cuyos métodos y enormes sumas de dinero están dirigidos a crear oposición interna, fragmentar la sociedad y ofrecer falsas imágenes de Bolivia en el exterior. Estos trabajos, también se ejecutan en Cuba, donde fueron descubiertos y denunciados por fuentes que lograron penetrar al organismo norteamericano.
 
Las Ong’s creadas por Usaid, se mueven construyendo trabajos en red creando Grupos de Sociedad Civil (GSC), ofreciendo iniciativas de autoempleo, abriendo posibilidades para promocionar la información política agresiva que conviene a los intereses norteamericanos.
 
La marcha por el Tipnis, será un caso típico de la conspiración norteamericana que más temprano que tarde será puesto al descubierto, pues sus preparativos datan de varios años, pero se aceleraron a partir de julio pasado con la llegada de tres norteamericanos contratados por la embajada de Estados Unidos.
 
Los expertos norteamericanos en temas indígenas, Lindsay Robertson (Universidad de Oklahoma), Stephen Greetham (Asesor legal de la nación Chicklasaw de Oklahoma) y la historiadora Amanda Cobb, se reunieron con estudiantes, docentes y representantes de la sociedad civil en La Paz y Sucre. Tales expertos enfatizaron en las supuestas “bondades” legislativas estadounidenses respecto de los derechos de sus pueblos indígenas.
 
Las reuniones se llevaron a cabo del 9 al 14 de julio y en ellas los enviados por la embajada enfatizaron que en Estados Unidos los pueblos indios tienen propiedad sobre los recursos naturales, renovables y no. “En Estados Unidos, las tribus tienen derecho y son dueñas de los recursos que están sobre y debajo de ella, como el gas natural”, dijo Stephen Greetham.
 
Robertson, no se quedó atrás al señalar que “cada tribu es soberana con poderes inherentes y la constitución reconoce que los indígenas son pueblos distintos y la ley federal lo desarrolló en más de dos siglos, pero no es tan exacta como las leyes en Bolivia”. El mensaje era claro: donde hay gas, es de los pueblos indígenas y no de toda la población. Si comparamos, el discurso es el mismo que están promocionando los líderes marchistas.
 
El “especialista” Greetham, dijo que la tribu Chicklasaw tiene problemas de acceso al agua y que su gobierno tendrá que solucionar, sin afectar sus intereses, ya que de lo contrario “se estaría en una posición similar al gobierno boliviano respecto de la construcción de la carretera por el Tipnis. Sus “comparaciones” conducen a hacer creer que el gobierno de Evo Morales está afectando los intereses indígenas.
 
Las intencionalidades de los “expertos” eran claras, pero lo que no dijeron respecto a los derechos indígenas norteamericanos es que de todas maneras viven acorralados en “reservas” y que sus recursos naturales son entregados a transnacionales por su dirigentes, a cambio de poder y dinero, para generar sus propias élites. En Bolivia también surgieron denuncias contra dirigentes que venden pedazos de sus TCO a inversionistas privados.
 
La llegada de los “especialistas” un mes y medio antes del inicio de la marcha indígena desde Trinidad, fue organizada por la embajada a través del Agregado de Cultura y Prensa, Benjamín G. Hess, jefe de Eliseo Abelo, un boliviano que sirve a Estados Unidos y es encargado de asuntos indígenas y cuyos contactos son operadores, antes radicales indianistas.
 
Fue precisamente Abelo, quien mantuvo profusa comunicación por celular con dirigentes como Adolfo Chávez (Cidob) y Rafael Quispe (Conamaq), poco antes de iniciarse la marcha que terminó en La Paz. Hess y Abelo, suelen ofrecer cursos en Estados Unidos con el argumento de interrelación con dirigentes indígenas de ese país.
 
El trabajo subversivo de la “cara visible de la CIA” está fortalecido desde febrero 2006, es decir un mes después que Evo Morales asumiera, tras la paliza electoral que diera a los partidos neoliberales, hoy reducidos a pequeños grupos opositores.
 
Sin duda, Morales recibió una muy dura experiencia política, que esperemos sepa incorporar a sus planes de estructurar un nuevo programa de gobierno a partir de los consensos que se logren en diciembre, tras haber cumplido la denominada “agenda de octubre”. Quienes respaldan el proceso de cambio, esperan la reconducción del proceso con rumbo verazmente revolucionario.
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