Aristide cada vez más aislado
18/12/2003
- Opinión
En menos de dos semanas, se han retirado cuatro: Marie Carmèle
Austin, ministra de educación; Martine Deverson, ministra de
turismo; Charles Emile Hérard, Director General del Ministerio de
Salud, y Guy Alexandre, embajador de Haití en República Dominicana.
El asalto sangriento de partidarios del presidente Jean Bertrand
Aristide contra los locales del Instituto Nacional de Administración
y de Gestión (INAGHEI) y la Facultad de Ciencias Humandas el 5 de
diciembre 2003 y la represión brutal a través de la policía, ayudada
de bandas armadas, a las manifestaciones estudiantiles serían las
principales causas de las defecciones.
Estos retiros afectan igualmente la formación política del Jefe de
Estado. Dos senadores muy influyentes, Dany Toussaint y Prince
Pierre Sonson, que se habían habituado a criticar abiertamente los
excesos del poder, anunciaron oficialmente su salida de "Fanmi
Lavalas". Es más, ellos han participado estos últimos días en las
manifestaciones anti-Aristide conducidas por los estudiantes de la
Universidad de Estado de Haití. Sonson y Toussaint denuncian la
"demencia del régimen lavalas".
A nivel de la policía nacional, agentes frustrados por la
sobrepolitización y avasallamiento de esta institución por parte
del poder participan en las manifestaciones antigubernamentales,
reclamando incluso la salida del poder de Jean Bertrand Aristide.
El caso más espectacular se produjo recientemente en Jacmel, donde
policías-estudiantes de la Facultad de Derecho de la metrópoli del
Sudeste, presintiendo una emboscada, no acataron una convocatoria de
la dirección de la policía local. El 17 de diciembre se produjo en
esta localidad una nueva protesta anti-gubernamental (17 diciembre),
en la cual los manifestantes -estudiantes y miembros de otros
sectores- coreaban entre otras consignas: "No tenemos miedo, la
policía está con nosotros". Posteriormente la manifestación fue
dispersada por la policía con gases lacrimógenos.
En Puerto Príncipe, un agente 2, que participó en la manifestación
del 12 de diciembre, guardando el anonimato, ha denunciado no haber
sido ascendido de grado en ocho años, mientras otras personas poco
recomendables, provenientes del Palacio Nacional, han sido
designadas a puestos de responsabilidad en la institución policial
por su lealtad a Jean Bertrand Aristide.
Entre los "chimères" (grupos de choque), se ve que la determinación
disminuye tras la acción bárbara del 5 de diciembre. El pasado 10
de diciembre, partidarios de lavalas fueron obligados a replegarse y
huir ante la actitud firme de manifestantes estudiantiles,
particularmente en los alrededores del hospital de la Universidad de
Estado de Haití (principal centro hospitalario de la capital
haitiana).
El líder de "Fanmi Lavalas" ha buscado arengar a millares de sus
partidarios reunidos el 16 de diciembre en el local de la "Fundación
Aristide para la Democracia", con ocasión de la clausura del
congreso del partido y del 13º aniversario de su primera elección a
la presidencia. Aristide convocó a sus seguidores a la
"movilización sin repliegue frente a las maniobras tácticas que
ensucian la dignidad del país".
Frente al desgaste de la operación "escudo", desencadenada hace
algunos meses por los grupos lavalas para desarticular toda
manifestación antigubernamental en el país, la policía haitiana,
institución destinada a "proteger y servir", se encuentra obligada a
recurrir a la "imaginación" para neutralizar las protestas.
Camiones colocados al través en ciertas arterias para impedir que
las personadas motorizadas lleguen a los lugares de protesta,
lanzamientos sin contemplación de gas lacrimógeno, ráfagas de tiros
al aire, detención de manifestantes y agresión física contra ellos,
intervención concertada con civiles enmascarados y armados de
revólveres y machetes que circulan en vehículos de ciertas empresas
públicas como Teleco (compañía nacional de telecomunicaciones). La
policía no escatima medio alguno.
En un comunicado con fecha 15 de diciembre de 2003, el Consejo de la
Universidad de Estado de Haití (CUEH) recordó a los comandantes y
responsables de las unidades de la policía que "los actos groseros
de intimidación y de represión contra los profesores, estudiantes y
particulares son infracciones graves según el código penal y el
código de instrucción criminal".
"Cuando llegue el momento , ningún agente de la fuerza pública
podrá poner el pretexto de la ignorancia de la ley para sustraerse
a los castigos previstos tanto en la legislación internacional
como en los instrumentos jurídicos internacionales de los que el
Estado haitiano es parte", enfatizó el CUEH.
Diversas voces de la jerarquía católica, como la de los obispos
Pierre Raymond Dumas y Louis Kébreau, han demandado recientemente la
renuncia de Jean Bertrand Aristide, calificando al poder actual de
mafioso, corrompido y sanguinario.
El 16 de diciembre, sacerdotes de la región sudeste de Haití han
llamado igualmente al presidente Aristide a tirar la toalla para
facilitar una solución a la crisis. Ese mismo día, se paralizaron
el gran comercio y las escuelas acatando el llamado a huelga general
lanzado por una plataforma que reagrupa a las organizaciones de la
sociedad civil, entre ellas el Grupo de los 184, representantes de
los estudiantes y de los partidos políticos de la oposición.
Una manifestación antigubernamental convocada al día siguiente por
la misma plataforma reunió en Puerto Príncipe varios miles de
personas de todas las categorías sociales. Esta manifestación fue
dispersada brutalmente por la policía y los "chimères" armados que
circulaban a bordo de vehículos matriculados como "servicio de
Estado".
Además de Gonaives, Port-au-Prince, Petit Goâve, la movilización
anti-Aristide gana estos últimos tiempos ciudades como Léogane
(Oeste), Jèrémie (Grande Anse), Jacmel (Sud Este) y Saint Marc
(Artibonite). Las manifestaciones anti-Aristide, han tenido lugar
igualmente en las comunidades haitianas de Miami (Estados Unidos),
París (Francia) y Cayenne (Guyana).
Los apoyos del presidente Jean Bertrand Aristide en el plano
internacional se diluyen igualmente. Jacques Lang, antiguo
diputado socialista francés, ministro de cultura bajo Francois
Mitterrand y ministro de educación nacional del gobierno Jospin, que
había apoyado firmemente el "retorno al orden constitucional"
después del golpe de Estado de 1991, cree ahora "que las autoridades
haitianas deben ser reprobadas por las exacciones y atentados a las
libertades cometidas en el país".
Por su parte, el organismo canadiense "Entraide Missionnaire", en
una carta dirigida al Primer Ministro Paul Martín (10 diciembre),
ha pedido al gobierno canadiense que dé su apoyo a los movimientos
ciudadanos que reclaman la salida del poder de Jean Bertrand
Aristide.
"La salida de Aristide no debería tardar. El país está en rebelión.
Aparte del lumpen, todos los sectores reclaman su salida y los
americanos se han dado cuenta que Haití es ingobernable con
Aristide", ha señalado el ex Primer ministro haitiano, Rosny Smart,
en una entrevista con el cotidiano Le Monde.
Estados Unidos ha deplorado, el 15 de diciembre último, a través del
portavoz del departamento de Estado, Richard Boucher, la represión
violenta de las manifestaciones políticas en Haití. "El gobierno
haitiano ha actuado en contubernio con pandilleros armados que
trabajan a sueldo para reprimir con violencia estas manifestaciones,
provocando de esta manera heridos e incluso pérdidas de vidas
humanas", ha dicho Boucher.
* Vario Sérant. AlterPresse/Puerto Príncipe.
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