Octavo Congreso del Movimiento Al Socialismo

Evo convocó a los disidentes del MAS

09/04/2012
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A
Reestructuración: Evo Morales busca reimpulsar el Movimiento Al Socialismo (MAS), instrumento político bajo el cual asumió la presidencia en 2006 y gobierna hasta hoy. Tras su reelección como líder del Partido en un congreso realizado en Cochabamba, el mandatario boliviano ratificó la voluntad de profundizar el proceso de “la revolución democrática y cultural” iniciado hace más de seis años. Renovar parte de la directiva nacional, discutir y superar diferencias, ratificar la conducción de Morales y fortalecer la estructura orgánica, fueron algunos de los objetivos del MAS en este congreso, cuyo fin último es lograr el realineamiento interno.
 
El octavo Congreso del Movimiento Al Socialismo - Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS/Ipsp) realizado en Cochabamba entre el 25 y el 27 de marzo, ratificó de manera unánime el liderazgo de Evo Morales para la conducción del proceso revolucionario que vive Bolivia y lo reeligió como máximo responsable del Partido. Al reasumir esta responsabilidad, el Presidente manifestó tanto su voluntad como la necesidad de fortalecer al MAS e instó a los militantes a “pensar más en el pueblo y en la Patria”, con el objetivo de alcanzar un movimiento “imparable”.
 
 
En el cierre de las deliberaciones, Morales convocó a disidentes a retornar a las filas partidarias para evitar que sean cooptados por la derecha, el capitalismo e imperialismo. En clara alusión a quienes abandonaron el oficialismo en los últimos años, el mandatario señaló: “si tienen principios y valores quiero decirles: las puertas están abiertas en el MAS”.
 
Ante la presencia de delegados, funcionarios gubernamentales, legisladores y representantes de organizaciones sociales, el jefe de Estado lamentó que “algunos fundadores, algunos hermanos que estaban en el proceso se alejaron. Estos hermanos no pueden ser instrumento del capitalismo ni del imperialismo”.
 
Morales aceptó críticas, al afirmar: “puedo equivocarme. Yo aprendo de los errores, son mis mejores lecciones”, aunque remarcó que “jamás (habrá) traiciones, por eso estamos aquí”, en rechazo a las rupturas y divisiones al interior de la fuerza política. Alertó que “la derecha quiere enfrentar y dividir (...) por eso tenemos una enorme responsabilidad, para seguir impulsando a este movimiento político”.
 
Desde ahora se necesitarán 10 años de militancia como mínimo para ocupar un cargo de gobierno. “Quienes están desesperados de ser autoridad electa perjudican y hasta dividen, eso hay que cambiarlo”, manifestó Morales en el coliseo de la Coronilla de Cochabamba. Y agregó: “Si somos revolucionarios tenemos que entendernos y unirnos”. En el mismo sentido se expresó la nueva vicepresidenta del MAS, Consuelo Ortiz, representante de la Confederación de Comunidades Interculturales.
 
Los participantes del cónclave determinaron la convocatoria a nuevos congresos de unidad para junio o julio, con el objetivo de poner fin a las divisiones partidarias en los departamentos de Santa Cruz, Pando, Beni y Oruro. Como parte de la tarea de reorganización, se acordó también la reinscripción de la militancia del MAS en todo el país, actividad necesaria para conocer la situación actual de las bases. Y se decidió la inmediata expulsión de quienes pretendan la división partidaria.
 
Hoy la base del movimiento político está conformada por la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos, la Confederación Nacional de Mujeres Indígenas Campesinas Originarias Bartolina Sisa y la Confederación Sindical de Comunidades Interculturales. El objetivo del MAS y de Evo Morales es ampliar esta base y lograr incluir a más sectores de la clase obrera, organizaciones vecinales y juveniles. El Presidente consideró que las flamantes autoridades tienen “la enorme responsabilidad de seguir estructurando y ampliando este movimiento político”.
 
Contexto del Congreso
 
Una serie de conflictos internos, desarrollados al interior de las organizaciones sociales, y entre éstas y el gobierno, sobresalen durante este tramo del gobierno de Morales. En los últimos meses, los principales conflictos y las luchas sociales ya no han estado dirigidos contra el imperialismo, los empresarios o la oligarquía. Por el contrario, se han concentrado en pugnas entre diferentes sectores organizados del pueblo boliviano –campesinos, comunidades, cooperativas, sindicatos, pueblos indígenas–, y de éstos  con el Estado, sea a nivel municipal, provincial, departamental o nacional. Los principales motivos tienen que ver con el control de tierras, riquezas naturales, cursos de agua o el debate en torno a la construcción de caminos y carreteras.
 
El accionar de quienes protagonizan estos enfrentamientos relega muchas veces el objetivo común del desarrollo de un proyecto nacional, unitario, fortalecido y verdaderamente popular. El caso irresuelto más resonante es el de la resistencia de sectores indígenas del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis) a la construcción de una carretera que cruce de Norte a Sur una zona considerada reserva natural. Protagonistas de una marcha que en 2011 consiguió respaldos importantes en algunos sectores urbanos, los manifestantes amenazan ahora con reiniciar la protesta el 20 de abril y pretenden organizar una serie de marchas que, desde distintas regiones del país, confluyan en La Paz, para que el Gobierno desista definitivamente de crear esa vía. Morales determinó la realización de una consulta directa a los habitantes de la región para definir la construcción o no de la carretera, iniciativa que rechazan los manifestantes indígenas del Oriente boliviano, algunos de ellos vinculados a ONGs que financian a organizaciones y dirigentes para provocar la desintegración nacional.
 
En cuanto a la política económica, sectores disidentes de izquierda plantean que luego de las nacionalizaciones de los hidrocarburos en 2006 y 2007, el Gobierno realizó demasiadas concesiones favorables a transnacionales petroleras como Repsol, BG, Total y Petrobras, así también como a las grandes empresas mineras Sumitomo, Glencore y Kores, al sistema bancario y financiero y a terratenientes locales y extranjeros, principalmente a quienes siembran soya en el Oriente.
 
El ministro de Economía y Finanzas, Luis Arce, señaló en su informe de la gestión 2011 que el apoyo y desarrollo del mercado interno junto al fomento de la pequeña y mediana producción y la generación de reservas internacionales de 12 mil millones de dólares han permitido fortalecer la economía boliviana y al mismo tiempo generar mejores condiciones para contrarrestar el flujo de la crisis internacional que azota a las economías centrales. Con ese objetivo, Morales ha profundizado en la política exterior, estrategia plasmada en la Alianza Bolivariana para las Américas (Alba), concebida como eje de integración antimperialista. Desde allí, impulsó e impulsa la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe (Celac), en el marco de una estrategia regional global.
 
En el ámbito político-institucional, a la consolidación del Órgano Ejecutivo y la Asamblea Plurinacional se agregó en enero pasado la esperada asunción de los nuevos miembros del Órgano Judicial, elegidos por voto directo de los ciudadanos por primera vez en la historia. Bolivia desarrolla ahora un sistema jurídico plural, basado en la interculturalidad y la descolonización.
 
Desde La Paz, 01/04/12
 
https://www.alainet.org/es/active/54011
Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS