El nuevo mapa político

25/11/2003
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Los colombianos convocados por el gobierno a un referendo el día 25 de octubre se abstuvieron mayoritariamente de concurrir a votar afirmativa o negativamente a un conjunto de preguntas preparadas por el gobierno y aprobadas por el Congreso. Este extenso y enrevesado cuestionario, contenido en 15 preguntas, había sido revisado pormenorizadamente por la Corte Constitucional que eliminó del mismo introducciones tramposas que inducían a los electores para que lo votaran afirmativamente. También fueron eliminadas preguntas relacionadas con la extensión de los períodos de los actuales alcaldes y gobernadores, la prohibición de la dosis personal de sustancias psicoactivas, el voto en blanco y el voto en bloque, todo ello, aprobado por las mayorías uribistas del Congreso de la República para tratar de ganar de manera poco trasparente un referendo al que eufemísticamente el ex ministro Londoño y el Presidente Uribe bautizaron como el referendo "contra la politiquería y la corrupción". Solo concurrieron a las urnas un poco menos del 25% del censo electoral, es decir, y sin que se conozca aún el resultado final, concurrieron menos de los 6.267.443 ciudadanos y ciudadanas que se requerían para que todas y cada una de las preguntas fueran aprobadas. Hasta el momento ninguna de las preguntas ha logrado obtener esta cifra, pese a que contra toda lógica, un Consejo Nacional Electoral clientelista y una Registradora Nacional del Estado Civil, hicieran todo lo posible por favorecer al gobierno y a su propuesta de votar afirmativamente el cuestionario. En efecto, el Consejo Nacional Electoral en resolución que quedará para la historia como muestra de su inteligencia politiquera, aprobó que deberían contarse los votos nulos para sumar al número total que se requerían para aprobar el cuestionario, es decir, que los votos nulos contribuirían para alcanzar el umbral de los 6 millones doscientos mil votos aproximadamente, que requerían todas y cada una de las preguntas para ser aprobadas. Por su parte Alma Beatriz Rengifo, no se cansaba de aparecer en los medios explicando que el referendo sí alcanzaría el número de sufragios toda vez que las cifras que ingresaban primero eran las que correspondían a las mesas con menos votación, cuando la realidad, es que las cifras ingresan también de acuerdo con la eficiencia de las registradurías municipales y departamentales. Pero bueno, ahí está la realidad que muestra que hasta ahora ninguna de las preguntas alcanza el umbral y muestra también la terquedad y docilidad de una clase política obsecuente que ya discute una reforma constitucional para incorporar a la Constitución lo que los ciudadanos derrotaron en las urnas. Qué bueno sería que esos ciudadanos castigaran a estos politiqueros no eligiéndolos en las próximas elecciones. Esto sería una muestra de cultura política extraordinaria. Lo cierto es que un poco más del 75% de los colombianos no concurrieron a las elecciones y esto significa una cruda derrota para el gobierno uribista que por lo pronto cobro la cabeza de unos de los ministros más obsecuentes del régimen, el señor Fernando Londoño Hoyos. El nuevo mapa político regional y municipal El día 26 de octubre en cambio concurrió a las urnas cerca de un 50% del total del censo electoral, aunque por razones de calendario electoral, no se realizaron elecciones en un poco más de 100 municipios del país que las celebran en fechas distintas. Esto corroboró que los abstencionistas activos si habían contribuido a alejar a los electores de las urnas en las elecciones del día anterior. El mapa político departamental muestra una diversidad bastante grande. La derecha afecta a los proyectos paramilitares gana en los departamentos de Magdalena, Cesar, Santander, Arauca y Casanare. En el Magdalena y el Cesar los candidatos fueron únicos, es decir, que el único fantasma que los perseguía era el de los votos en blanco que fueron muchos y que actuaron sin organización. Fueron movimientos importantes de rebeldía del electorado a los cuales habrá que poner atención en el futuro. Los liberales ganan en la Guajira, Bolívar, Córdoba, Antioquia, Risaralda, Quindío, Huila, Vichada y Putumayo. El Partido Liberal ha venido perdiendo importancia en los centros decisivos del poder como producto de su crisis interna y de su falta de definición programática. Seguramente estos resultados electorales servirán para ir definiendo el futuro de los diversos matices y tendencias que juegan en su interior. Debe destacarse la victoria estrecha de Aníbal Gaviria en Antioquia, quien enarboló las banderas de la noviolencia, de la negociación política del conflicto armado y de la inversión social en contra del candidato del Presidente Uribe, Rubén Darío Quintero, quien aún sigue impugnando resultados para tratar de atajar el proyecto de reconciliación de Gaviria quien prometió continuar con la obra del asesinado gobernador Guillermo Gaviria Correa, su hermano. El Partido conservador ganó las gobernaciones de Atlántico, Norte de Santander, Guaviare y Cauca. En este último departamento con un candidato que actualmente se encuentra inhabilitado por la Procuraduría General de la Nación quien lo condenó a no ocupar ningún cargo público por un lapso de cinco años. También este partido muestra un importante retroceso electoral. La crisis de los dos partidos tradicionales sigue su curso como producto del manejo clientelista y patrimonialista que le han dado al aparato público estatal colombiano. Los movimientos llamados independientes, en los que hay de todo, desde auténticos independientes como los gobernadores de Nariño Eduardo Zúñiga y del Valle del Cauca, Angelino Garzón, quienes llegaron a las gobernaciones de sus respectivos departamentos al frente de amplias convergencias ciudadanas y apoyados por los diferentes movimientos de izquierda democrática hasta conservadores como Emilio Echeverri Mejía en Caldas que llegan como producto de coaliciones tradicionales que deciden presentarse con el nombre de cívicos o independientes en este período de transición política que inauguró la aplicación de la reciente reforma electoral. Estos independientes ganaron con distintos nombres en Guainía, Vaupés, Caquetá, Meta, Cundinamarca, Chocó, Sucre, Boyacá, Tolima. En realidad éstos, llamados por la gran prensa independientes, son en la mayoría candidatos que provienen de los partidos tradicionales que renunciaron a presentarse en su nombre por diversas circunstancias. Es decir, los avances en las elecciones regionales son apenas incipientes aunque esperanzadores. Los resonantes resultados municipales Quizás lo que más se destaca de las elecciones del 26 de octubre sean los resultados en las elecciones municipales por dos razones principalmente. En primer lugar, porque la izquierda democrática ganó la Alcaldía de la ciudad de Bogotá con Luis Eduardo Garzón, un candidato que proviene de las filas de la izquierda y del movimiento sindical. Garzón gana con un discurso claramente democrático y social, lo que despectivamente en los últimos años los neoliberales llamaron populista. El que haya ganado el segundo cargo más importante del país en contra de uno de los laboratorios de gobierno tecnocrático, en el cual se hicieron una buena parte de los ministro del presidente Uribe, es lo que se destaca en el panorama político nacional. El propio Polo Democrático Independiente también ganó las elecciones en la ciudad de Barrancabermeja, centro del dominio paramilitar en el Magdalena Medio. El triunfo del PDI en Bogotá sobredimensiona por su visibilidad, el papel de la izquierda en esta coyuntura. El éxito de la gestión de Garzón será decisivo en la coyuntura de las elecciones presidenciales y de Congreso del año 2006. El segundo hecho que marca los resultados municipales está constituido por la victoria de candidatos independientes en las principales ciudades del país. Estos candidatos en su mayoría no corresponden al pensamiento del Presidente y de su socio el ex alcalde Enrique Peñalosa Londoño, quienes perdieron con sus candidatos en la mayor parte de las grandes ciudades del país. Sergio Fajardo es el Alcalde de Medellín después de un trabajo de cuatro años de construcción política y programática. Apoyado por la izquierda y por un sector del uribismo, pero sobre todo por su propio movimiento Compromiso Ciudadano, Fajardo es un hombre moderno y demócrata que tendrá que aportar mucha creatividad frente a la aguda problemática de Medellín. Apolinar Salcedo ganó la Alcaldía de Cali al frente de un movimiento independiente y opuesto a Kiko Lloreda representante de una de las familias más tradicionales de la política de la ciudad y a la vez una de las responsables por la quiebra de las empresas públicas y de la propia ciudad. Guillermo Hoenisgberg, al frente del Movimiento Ciudadano ganó la Alcaldía de Barranquilla. El candidato de la Anapo ganó la Alcaldía de Bucaramanga mientras que una coalición variopinta ganó la Alcaldía de Cartagena. Raúl Delgado líder de la izquierda democrática ganó la Alcaldía de la ciudad de Pasto, al frente de un movimiento ciudadano. El hecho concreto es que candidatos no afectos al proyecto del Presidente dela República Alvaro Uribe, ganaron en las seis principales ciudades del país. Estos dos hechos, el triunfo resonante de Luis Eduardo Garzón y el triunfo de candidatos independientes y demócratas en las principales ciudades del país, es lo que marca la lectura de los resultados electorales. Con ello se muestra que una de las apuestas de la descentralización, trabajar por construir una diversidad y pluralidad política, viene aconteciendo para fortuna del país. * Pedro Santana Rodríguez es Presidente de la Corporación Viva la Ciudadanía y Director de la Revista Foro.
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