Algo sobre la ideología política de Libre
03/06/2012
- Opinión
Muchos suponen que no es tan importante ni muy práctico debatir sobre conceptos como ideología, ciencia, poder político, poder económico, Estado o sobre las relaciones que existen entre esos términos, y alegan que a la “gente” lo que le interesa es votar y no pensar tanto en esas cosas. Pero, en especial por las actuales condiciones de inseguridad y de continuidad del golpe de estado, debido a esa situación, más bien por esta situación es vital y necesario definir cuestiones teóricas y debatir sobre conceptos que ayuden a la organización y movilización consciente de los miembros del partido político y que generen planteamientos bien fundamentados.
La ideología es una construcción social muy problemática, surge de la discusión y de la práctica de individuos y colectivos humanos muy complejos; y aquí el camino está lleno de obstáculos, de progresos y regresos, en parte porque participan personas con problemas existenciales muy diversos y grupos humanos con intereses diferentes. Por tanto, no es algo que se descubre, algo hecho y que se aplica como si fuera un instrumento mecánico. No se trata de buscar un afiche o un rótulo que de nombre a la ideología y después imponerla. Esto hace creer que se tienen repuestas definitivas, completas, para todo y que en la elaboración teórica sólo participa el experto y el cuadro político encargado de guiar a la masa.
Una de las dificultades que tendrá que enfrentar un partido político que aspire a cambiar el sistema neoliberal por injusto, violento, inhumano, etc., es cómo lidiar con la influencia de categorías propias de la sociedad de consumo. En especial cuando se está inmerso en procesos eleccionarios bajo las reglas del sistema social que se pretende cambiar. En esta situación aparecen especialistas en perfiles y se hace uso de términos como “imagen pública”, “vender un programa político”, “pautas publicitarias”, “marketing”, “visión”, “misión” y otras similares que son tomadas de las relaciones mercantiles, de la propaganda comercial y de los esquemas de gestión de la calidad total. Todos esos términos son producidos y utilizados por el neoliberalismo tanto en asuntos empresariales como en el gobierno.
Estas prácticas han dado lugar a que aparezca en un lugar preferente la foto del político pero no su ideario, que tenga más importancia la apariencia edificada a partir de la encuesta y el sondeo de opinión, sin importar la actividad política desarrollada desde una ideología partidaria. Se construye y se vende la imagen pero no se trata de promover y realizar los planes políticos. Parece que la técnica del mercado se coloca sobre las ideologías y se vuelve un necesario instrumento que puede ser usado por el partido político. Incluso, toda esa técnica y esa estética para el consumo se convierten en una ideología que esconde las injusticias sociales, despolitiza y produce conformismo alrededor de figuras como el salario mínimo, el crecimiento y el ingreso económico
Se trata, entonces, en las condiciones de los escenarios electorales, de hacer compatible el mercadeo con la ideología política sin que ésta pase a un segundo plano, de promover un proyecto político no a partir de las necesidades del consumidor individual sino tomando en cuenta viejas y actuales necesidades sociales e individuales no satisfechas. En esas circunstancias es donde la ideología tiene que delinearse y divulgarse entre las comunidades y darnos cuenta que no sólo se trata de la imagen de alguien dedicado a la política.
Se podrán hacer muchas ofertas al consumidor, al votante, a las personas a quien se trata de persuadir, pero es fundamental decir para qué y con qué finalidad. Es decir, la publicidad política debe servir para manifestar la ideología del partido, pero no es la pauta publicitaria, el banner y el spot comercial lo que dará confianza y credibilidad política sino el trabajo organizativo, la formación y la claridad del programa político.
Entre otras cosas, esto significa que la ideología tiene un profundo sentido político, sirve de fundamento para proponer medidas de poder y de transformación social a partir del conocimiento de la realidad y del tipo de relaciones existentes. Esos vínculos con la sociedad y la naturaleza que la sustenta no sólo se manifestarán como una abstracción ideal o como un fetiche espiritual, deberá contener reglas y procedimientos prácticos para que sea posible su realización. Y esas reglas y procedimientos, es decir, el programa del partido y el posible plan de gobierno, sólo pueden aplicarse a través del poder y deben expresar la ideología de la organización.
En otras palabras, si existen elementos utópicos, modelos sociales, normativas morales y valores contenidos en la ideología, su realización podrá efectuarse desde el poder formal y con el respaldo de una organización política y social que se manifiesta en la calle para realizar de forma práctica las propuestas de transformación. Por tal razón es que la lucha ideológica no sólo es una lucha de ideas, o un debate retórico, fundamentalmente es una lucha por el poder, sea del lado de los grupos oligárquicos dominantes por mantener su estatus o de parte de las fuerzas realmente democráticas para cambiar el régimen social y sus relaciones desiguales.
Sin embargo, si la ideología pretende ser un sistema más o menos ordenado de ideas y conceptos por medio de la cual el partido político expresa los intereses populares, para que sea manifestación objetiva de la realidad, tendrá que contener todos los aspectos posibles: tanto la crítica al régimen neoliberal vigente y su futura alternativa social. No es suficiente cuestionar los defectos y consecuencias antihumanas del capitalismo sino también mostrar las tendencias de su desarrollo. Es decir, descubrir la verdad existente en nuestra realidad. Pero eso que llamamos verdad no es un problema solamente político, principalmente es un problema de conocimiento, por ello se necesita del respaldo de la ciencia económica, política o sociológica y de cualquier otra que pueda fundamentar la ideología para alcanzar la mayor verdad y certeza posible. El no tomar en cuenta ese respaldo y la idealización acerca del socialismo, por ejemplo, a veces ingenua y bien intencionada nos hace ver otras cosas.
Dicho de otra forma: si la ideología es una concepción de la realidad nacional, deberá ser también un conjunto ordenado de razones y juicios que nos permitan valorar la fuerza social y la teoría que la respalda frente a los conflictos sociales. Por ese motivo es que debe pensarse a la ideología como algo no definitivo y en constante elaboración.
Se trata de no correr el riesgo de poseer una ideología con un nombre determinado y un partido político que no tenga capacidad de responder a diversos problemas como los siguientes: después de lograr el poder político y de transformar el sistema de propiedad y distribución de la riqueza social ¿deben existir relaciones de mercado? Si se logra acceder al poder ¿el programa del gobierno que cuestiona al neoliberalismo será efectivamente anticapitalista? En esas hipotéticas condiciones sociales ¿se permitirá a los grupos burgueses activar políticamente? ¿Se aceptará como ley positiva la necesidad de tolerar las ideas? ¿Se permitirá la inversión privada en las empresas del Estado? ¿Tendrán derecho al debido proceso los represores y asesinos del pueblo? ¿Se crearán condiciones que hagan posible la edificación del poder popular y de formas de contrapoder desde las comunidades? Frente a cuestiones como las mencionadas un partido político que crea poseer una ideología de avanzada tendrá que tener respuestas correctas, de otro modo su ideología será pura exclamación, retórica vacía y sin posibilidad de actualizarse.
Para realizar de manera práctica la propuesta ideológica se requiere del partido político y no sólo acceder al poder, se trata de la toma del poder y construir un orden social que se corresponda con las proclamas y el programa de la organización política, entendida no sólo como instrumento de acceso al poder sino también para la refundación social. Visto así, la ideología no sólo es un instrumento teórico del partido que busca el poder político, también es un medio que ayuda a gobernar y que otorga los fundamentos de la acción política para dirigir la sociedad, para movilizarla en respaldo del partido y sus políticas de gobierno.
En consecuencia, la ideología que se postule desde el partido LIBRE deberá contener un sistema de ideas más o menos definidas, que representen la sociedad por edificar, que sepa mostrar la posibilidad de una sociedad más justa con un Estado solidario, en donde se puedan superar las condiciones de desigualdad social y se satisfagan las necesidades materiales y espirituales sin explotación y sin corrupción.
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