Golpe de Estado en Paraguay
- Opinión
Ampro / 22-06-12 / Paraguay es la última dolorosa muestra de lo que las fuerzas de la derecha continental, con el apoyo del imperio, son capaces de llevar a cabo para recuperar o preservar los privilegios que siempre han gozado. En Paraguay gobernó el Partido Colorado, ahora detrás del golpe, durante sesenta años. El dictador Alfredo Stroessner del partido Colorado gobernó Paraguay desde 1954 hasta 1989.
UNASUR ya ha pronunciado su desacuerdo con este un nuevo Golpe de Estado. Mientras, Miguel Insulza, Secretario General de la OEA cuestionó la rapidez del juicio. Sin embargo en el caso de Insulza debemos recordar su actuación en el golpe de Estado en Honduras, que sirvió con sus idas y venidas con el ex presidente Óscar Arias de Costa Rica, para perder tiempo mientras se consolidaba el golpe.
Todo parece indicar que asistimos a una variante de lo que fue el golpe de Estado en Honduras. El escenario se repite, con un Departamento de Estado Imperial, que también lamentó lo que le ocurría al presidente Zelaya, mientras detrás de bambalinas con su embajada en Honduras y la base de Palmerola maquinaban el golpe.
Es claro, que hay una ofensiva de la derecha continental contra las fuerzas progresistas que se erigen en el continente. Antes lo intentaron en Ecuador para deponer a Rafael Correa, con los disturbios callejeros de los policías. Ya lo habían hecho en Venezuela con el golpe de Estado, frustrado por grandes sectores de la población y las Fuerzas Armadas venezolanas. Y también con el intento de golpe de Estado en Bolivia. El denominador común en estos dolorosos hechos es la mano imperial, a través de sus ONG y embajadas.
Ahora, vale la pena preguntarse si es solamente una coincidencia el hecho de que en El Salvador la Corte Suprema de Justicia con una actitud sesgada claramente hacia el partido de derecha ARENA, esté llevando a una situación de ingobernabilidad al país, que puede desembocar en a otra variante de golpe de Estado.
Detener estos lúgubres intentos de regresar al pasado dictatorial en América Latina, bajo el yugo de Estados Unidos, requiere de la organización del pueblo, la educación política, y la enseñanza de la historia para despertar la memoria histórica.
Pero lamentablemente en Paraguay no hay un partido político detrás del presidente, para organizar al pueblo y defender el orden democrático que manda la constitución. En El Salvador hay un partido que representa los más caros deseos de paz y de cambio de todo lo sufrido. Ese partido se llama FMLN, pero falta mucho trabajo de organización y de educación popular. Nadie puede parar a un pueblo en la calle exigiendo sus derechos. Tenemos que comprender, de una vez por todas, el poder que tiene el pueblo movilizado.
Al cerrar esta nota, 5.35 pm hora nacional de Paraguay, ha dado inicio la represión de los manifestantes que se oponen al juicio político orquestado contra el presidente Fernando Lugo. Ya hay heridos.
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