La OEA y el Centro Carter

04/03/2004
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Muchos actores internacionales de vieja data no pueden aceptar como interlocutores validos a personas que nunca rozaron sus círculos sociales o aquellos que no son sumisos aduladores en el trato. Los observadores que se encuentran en Venezuela muestran estas mismas consideraciones y se encuentran más agradado con los opositores que responden a sus exigencias, sino, ¿como se explica lo siguiente?: Los observadores no vieron nada de malo en que los opositores colocaran computadores y utilizaran formas de intimidación, como la famosa tarjetita con los datos registrados del firmante, y vieron como natural que los recolectores de firmas llenaran los datos por otros, violando uno de los reglamento, pues esto sólo se permitía cuando las personas tenían problemas físicos que le impedían hacerlo por su propia mano. Lo más resaltante es ver como un facilitador como el Sr. Fernando Jaramillo se atreve a decir que "está en desacuerdo con la ultima decisión del CNE, porque podría cambiar los resultados del referéndum". Seguro que en el informe de estos organismos, será más relevante el no haber aceptado el fraude del que tienen conocimiento y que ellos avalan con la "presunción de buena fe del firmante", que las denuncias de honorables personas a quienes le utilizaron su numero de cédula para colocar un nombre falso y una firma fraudulenta en las planillas para el referéndum revocatorio presidencial. Al señor Jaramillo y a sus pares hay que aclararles, si es que lo ignoran, que los que hoy son oposición fueron gobierno durante mucho tiempo y cuentan con una data legal de electores que no existen y que la única forma de ponerlos en evidencia es ver como no se presentan a ratificar su firma. Seguro que en su informe, harán ver como natural lo que a otros llenaría de asombro; la gran cantidad de planillas no registradas al cierre de cada jornada, con un total de 390.000 firmas y la gran cantidad de personas fallecidas, no inscritas, extranjeras y menores de edad que aparecen firmando y que llegaron a totalizar 143.930 firmas. Si se toman en cuenta, las declaraciones de la empresa SUMATE, de que las firmas habían sido depuradas y blindadas antes de ser entregadas, se pone en evidencia delictiva a los opositores que presentaron intencionalmente 534.530 firmas fraudulentas, un 14%, que echa por tierra todo vestigio de buena fe de los lideres del oposicionismo. Buena fe, que tampoco hemos captado en los observadores internacionales, porque en sus ruedas de prensa y en sus entrevistas internacionales cuando les preguntan sobre la situación de Venezuela responden que les preocupa la forma en que se trata a las "manifestaciones pacificas" de los opositores. CNN, entrevisto a Jennifer McCoy, y le pusieron repetidamente el video de la dama que abiertamente se enfrenta a un grupo de guardias nacionales en funciones, algo que todo el mundo sabe que sólo puede traer consecuencias para el que se atreve hacerlo cuando un cuerpo de seguridad se encuentra en plena función. Ya hemos visto en otros países "llamados democráticos" a mujeres manifestando, pisoteadas por los cascos de caballos.
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