La nueva batalla de Carabobo
02/10/2012
- Opinión
La nueva Batalla de Carabobo: así ha denominado el comandante Chávez la confrontación política-electoral del próximo domingo 7 de Octubre, acompañada de un multifacético plan imperialista en dirección a la desestabilización del proceso hacia la revolución que vive Venezuela; proceso que ha impactado desde su inicio, en el sentido de la segunda independencia y de los grandes cambios sociales y políticos progresivos, a todo el Continente.
Y no es para menos.
El desenlace a favor de las fuerzas anticolonialistas en la Batalla de Carabobo del siglo antepasado no solo fue decisivo para la primera independencia Venezolana, sino para el despliegue de ese proceso liberador en toda América Latina y el Caribe.
Ahora se trata de algo no idéntico, pero si parecido.
Importancia de las elecciones y sus posibles resultados.
La victoria electoral del Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV), del Polo Patriótico (confluencia político-social con las demás izquierdas y los movimientos sociales de avanzadas) y de la candidatura de Chávez, es sin dudas algo fundamental para la continuidad del proceso bolivariano en ese hermano país y para el destino de la oleada continental que desde finales de pasado siglo ese proceso contribuyó a desatar y estimular.
Es alentador que tal posibilidad se haya reafirmado con fuertes impulsos en el curso de la campaña electoral que está a punto de concluir.
La llamada Mesa de la Unidad Democrática-MUD, mejor sindicada como Mesa de la Unidad Diabólica -resultado de la convergencia de las derechas y ultraderechas políticas, sociales y culturales de Venezuela, bajo el patrocinio de EEUU y de la gran burguesía dependiente de ese país, hasta el momento no ha podido acumular suficiente fuerza electoral para acercársele al torrente que han sido capaces de generar el liderazgo popular del comandante Chávez y las organizaciones revolucionarias y patrióticas que sustentan su candidatura..
El señor Capriles Radonski, lobo vestido de oveja, candidato “carapintada” de las derechas y capitalista de “horca y cuchillo”, se ha quedado atrás, evidenciando imposibilidad de ganar por vía limpia y democrática esos comicios.
El llamado PLAN B en primera instancia
A pocos días de las votaciones su derrota esta prácticamente asegurada, por lo que los sectores más agresivos de su entorno político y social están orquestando el denominado PLAN B; esto es, el programa de sedición y conspiración, los preparativos de denominadas “guarimbas” (tumultos violentos), la activación del para-militarismo colombiano, las pautas de la CIA y del Pentágono… ahora con mas intensidad soterrada que meses atrás.
La victoria bolivariana en las votaciones –repito- luce bien asegurada. Así incluso lo revelan todas las encuestas más creíbles.
La cuestión es que por el momento sería muy pretencioso establecer desde aquí cuan contundente habrá de ser ese triunfo popular.
Y esto es muy importante. Porque de ello depende la viabilidad o no inmediata del nuevo plan subversivo de los “escuálidos” venezolanos bajo tutela EEUU y sus aliados imperialistas, el cual de entrada contempla, primero el desconocimiento de los resultados electorales bajo alegato de fraude y, a continuación, las subsiguientes movilizaciones y acciones violentas.
Un triunfo aplastante le crearía una enorme dificultad, casi insalvable, a esa modalidad del llamado PLAN B al servicio de la contra-revolución.
Una victoria moderada del “chavismo” posiblemente no lo detenga, pero reduciría su efectividad al tiempo que aumentaría su vulnerabilidad.
Un triunfo cerrado le serviría en grande de caldo de cultivo y podría crear una situación de alta peligrosidad.
La probabilidad mayor en cuanto a las votaciones al parecer se mueve entre los dos primeros vaticinios.
El alerta de todas maneras es válido y el plan de contra-ataque resulta a todas luces imprescindibles, por lo que hay que esperar –como lo ha informado el comandante Chávez- se esté preparando con todas la de la ley.
Lo que está en juego el 7 de octubre y más allá
Porque es demasiado importante lo que está en juego el próximo domingo 7 de Octubre y un poco más allá en la Venezuela Bolivariana y en toda nuestra América.
Decimos el 7 de Octubre e inmediatamente después, sobre todo si se proyecta esta coyuntura hacia las elecciones de Alcaldes y Gobernadores fijadas para el próximo mes de diciembre, en las que por el momento las expectativas no son tan esperanzadoras para el campo revolucionario y popular como lo son para las elecciones del domingo venidero; dado el imponente liderazgo del presidente Chávez en contraste con las debilidades de nos pocas candidaturas presentadas por el oficialismo a nivel intermedio y los problemas derivados de la corrupción burocrática, los privilegios escandalosos y las malas prácticas no superadas en el ejercicio del poder gubernamental, estadual, municipal y congresual.
A eso se agregan los enormes recursos mediáticos, económicos e ideológicos- culturales manejados por las derechas con gran desenfado en la medida el proceso revolucionario no ha atacado en gran escala y a toda profundidad las bases fundamentales del capitalismo venezolano: la gran propiedad privada, la fuerte gravitación de la burguesía transnacional, la ideología y la cultura dominantes, los grandes medios de alienación, la cultura rentista-consumista petrolera, el mercado y la especulación capitalista.
A pesar de que todo eso -incluido el retraso de las necesarias rectificaciones anunciadas en cuanto a los perjuicios que ocasionan las in-conductas de ciertos sectores oportunistas enquistados en el Estado, parecidas a las que primaron en la IV República- ha contribuido a inflar desmedidamente el poder electoral de la Mesa de la Unidad Diabólica (MUD), en realidad el nivel alcanzado por esa coalición derechista no le es suficiente para imponerse exclusivamente por la vía del voto.
Por eso, los componentes mas agresivos y extremistas de esa alianza oligárquica-imperialista, con la asesoría de la CIA, el MOSSAD israelí y la extrema derecha colombiana (uribista), están apostando de más en más a la ejecución simultánea del PLAN B (durante e inmediatamente después de los próximos comicios); mientras los más moderados, previendo su invalidación a consecuencia de una derrota electoral contundente, apuestan principalmente a fortalecerse con miras a los comicios estaduales y municipales de diciembre, con el propósito de cercar institucionalmente al Presidente Chávez y luego proceder al remate; anhelando de paso un deterioro de su estado de salud, que por demás luce improbable a la luz de la fortaleza física y moral que exhibe el líder de ese trascendente proceso.
Las razones, objetivos y variaciones del PLAN B
El PLAN B -que tanto puede ser desplegado a breve plazo, como pospuesto para un futuro próximo, así como reajustado o reformulado- perseguiría fundamentalmente crear las condiciones internas para una agresión externa tipo Libia. Esto es, crear el llamado “frente interno” que facilite la intervención imperial.
Esa agresividad tiene que ver con lo que significa Venezuela y su proceso hacia la revolución anticapitalista cara a todo el Continente; tiene que ver con la determinación imperial de reapropiarse de sus valiosos recursos naturales y la renovada ambición de un capitalismo central decadente y en crisis mayor de controlar por la fuerza el petróleo, el gas, el oro, el agua, el litio, el níquel, los minerales estratégicos y la biodiversidad que tanto abundan en nuestra América y escasean en EEUU Y EUROPA.
Los gobiernos auto-determinados del ALBA, entre los cuales la Venezuela bolivariana y Cuba juegan papeles relevantes, constituyen un serio obstáculo respecto a esos designios imperialistas. Y golpeado a Venezuela debilitarían esa realidad.
Nunca hay que perder de vista que la mega crisis del capitalismo, su multi-crisis, sus carencias, su militarización y su determinación de apropiarse por la fuerza de recursos vitales para la prolongar su existencia en ese contexto, alimenta la voracidad y agresividad del capitalismo en fase senil
Es claro que el PLAN B, como otros similares confeccionados para otros países de la región no dóciles respecto EEUU, puede tener una modalidad ahora y otra más tarde; siempre dentro de esa impronta imperial.
Una victoria crucial y una oportunidad de oro
Además, la importancia de ganar ahora con muchos votos resalta a la vista y tiene una importancia relevante porque le puede permitir a Chávez y al pueblo bolivariano profundizar a seguidas las transformaciones anticapitalistas, erradicar o limitar en grande la corrupción y la llamada “boli-burguesía burocrática”, dándole impulsos renovados a la socialización, mas cuerpo al poder popular y al llamado Estado Comunal.
De paso todo esto –y esto también es muy importante – le ofrecería al proceso transformador venezolano una nueva y brillante oportunidad para modificar en grande a su favor –y de una vez por todas- la correlación de fuerzas políticas de cara a las elecciones de diciembre y las siguientes, lo que de no lograrse apuntaría a resultados que podrían fortalecer el referido cerco institucional contra Chávez. En ese orden las rectificaciones y la profundización de las transformaciones resultan más que vitales.
Esa posibilidad y el repunte de las luchas continentales se ve favorecida en lo inmediato por los cambios positivos acaecidos en Colombia, donde la fortaleza de la insurgencia (FARC-EP y ELN), el auge de la luchas sociales y políticas en todo el territorio de ese país, la formidable emergencia del Movimiento Marcha Patriótica, el crecimiento de la conciencia en favor de la paz y de la democratización y la aguda crisis sistémica presente allí, han debilitado las fuerzas guerreristas y erosionado temporalmente la apuesta reaccionaria a la salida militar; tornando más agresivos pero más débiles a sus sustentadores.
La gran confluencia político-militar alternativa colombiana se constituye así, en los hechos, en un poderoso aliado tanto de la continuidad ascendente de la revolución venezolana como de su profundización. Igual las nuevas rebeldías socio-políticas a nivel continental alrededor de temas tan cruciales como el poder destructivo de los consorcios mineros imperialistas, la impunidad y el empecinamiento en sostener una estrategia neoliberal en bancarrota.
La extensión de la indignación y la movilización antineoliberal y anticapitalista a otros Continentes, especialmente a Europa, en medio de una crisis estremecedora de la estabilidad del sistema de dominación, que perdura en EEUU como centro del mismo, agrega condiciones favorables para la radicalización de los procesos de cambio en Venezuela y nuestra América. Todo dependerá de la calidad y fortalece de sus fuerzas conductoras
Nuestra apuesta política, ideas, estímulos, luchas, apuntan y apuntarán en esas direcciones, desde la más firme solidaridad inmediata y el profundo anhelo en favor del más contundente triunfo del “rojo-rojito” venezolano en este trascendente Carabobo del siglo XXI.
4-10-2012, Santo Domingo, RD.
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