México

El maestro y la escuela universal

Víctor Manuel Barceló R.

04/10/2012

Opinión

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Reuniones de trabajo intensas, con presencia de autoridades educativas de casi todos los estados de la republica, en que participo regularmente, levantan la moral y confianza en el proceso educativo nacional. Ello no implica que esté exento de problemas serios, algunos de larga data que tienen que ver con el deterioro generalizado de los valores en el país y otros, producto de una condición económica precaria, que hace más ricos a los pocos ricos y más depauperados a todos los demás.

Pero la decisión por “enderezar el barco” es palpable a nivel nacional. Los ataques, incluso virulentos a la escuela pública, como los acontecidos en un lugar de Michoacán y solapados por otros lados, pareciera que fortalecen las convicciones de los maestros por impulsar las buenas prácticas pedagógicas y actuar en consonancia con la educación que nos marca la Constitución Política de la nación. Ésta sostiene e impulsa una escuela pública gratuita, obligatoria, laica, inclusiva, universal, afanada por mejorar condiciones de calidad en la enseñanza-aprendizaje, para formar ciudadanos libres, igualitarios, capaces de enfrentar avatares de la existencia, con competencias formadas en el aula. El destino de la nación se construye en la escuela.

Al lado de tales determinaciones que compartimos la mayoría de los maestros, están las debilidades del sistema. Para entenderlas mejor vayamos a experiencias vividas en otras latitudes, compulsadas en la UNESCO. En ese ámbito desde hace décadas se labora en tesis pedagógicas, la conformación de metodologías y apoyos de diversa índole, que se corresponden con el análisis de circunstancias específicas por regiones y países.

Arrojan luces y sombras las tareas allí realizadas, como las de encuentros y seminarios internacionales en que se habla claro de lo acontecido en cada nación presente. Veamos algunas notas de uno de tantos eventos: A Global View on Being a Teacher Today (Perspectivas planetarias sobre retos que afronta hoy la profesión docente). Empecemos por apreciaciones positivas como las de Martti Hellström, director de la Aurora Elementary School de Finlandia, con extensa experiencia como educador y formador de maestros. Recordó que su país alcanza renombre por su “ejemplar sistema educativo”, ocupando los primeros lugares en el Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos (PISA) que se realiza cada tres años.

Hellström sostuvo que la gran calidad de las escuelas finlandesas empieza por el alto nivel de confianza en sus educadores; se concede poca importancia a inspectores, exámenes y rivalidad entre escuelas. El sólido historial de la educación como potencia civilizadora, significa que el empleo de maestro goza de gran consideración social. “Es un milagro –dice– pero en Finlandia los jóvenes, en particular las muchachas, aspiran a convertirse en maestros de escuela, más que en llegar a ser médicos o abogados. A los docentes los consideramos como expertos y, en consecuencia, los padres los valoran muy positivamente”. Provechoso para la relación docente-padres de familia.

¿Cómo llegaron a eso? El magisterio exige los mejores candidatos. En Finlandia se requieren de cinco a seis años de formación teórica y práctica para llegar a ser maestro. “Los estudiantes de magisterio no se limitan a leer libros… se les enseña a pensar en términos pedagógicos”, a los docentes así formados, también se les concede gran autonomía y libertad. “A un educador no se le criticará acerbamente si un alumno no logra los resultados esperados”. Se investigan las razones para actuar pedagógicamente.

El último aspecto clave para el señor Hellström es la sostenibilidad. “Desde 1972, se suceden diversos gobiernos, pero la política educativa no ha cambiado. Mantenemos el compromiso de escolarizar a todos, dar almuerzo gratuito y brindar apoyo financiero. Todos los ayuntamientos reciben fondos del gobierno”. Pero no todo es perfecto, añadió, su país también afronta retos planteados por un mundo en evolución veloz y sufre consecuencias de una reducida minoría de alumnos agresivos, faltos de motivación.

La profesora Vasudha Kamat, que dirige el Instituto Central de Tecnología de la Educación en Nueva Delhi, India, admitió: los docentes afrontan grandes dificultades en sus tareas, insistiendo en la importancia de fortalecer el aprendizaje participativo. Entre los retos que India enfrenta figuran: escasez de docentes, en particular maestras; altas tasas de ausentismo magisterial; excesivos alumnos por clase y aprendizaje memorístico. Manifestó esperanza de que la nueva ley promulgada en 2009, para garantizar enseñanza gratuita y obligatoria, lleve a reducir personal no calificado en labores docentes.

También señaló que la crisis financiera agrava problemas de niños de familias pobres y los maestros deberían estar conscientes de ello. “Actualmente, hay un número mayor de niños que tienen que trabajar para ayudar a sus padres y, al mismo tiempo, asisten a la escuela. Esos niños tal vez se levantan a las 3 de la madrugada para repartir leche o periódicos y cuando llegan a la escuela, a las 7, están soñolientos. El maestro puede pensar que esos alumnos no se interesan por las lecciones o que su enseñanza es de mala calidad, en realidad se trata de un problema ajeno a la actividad docente”.

Con miras a fomentar la participación de estudiantes, la profesora Kamat inició varios programas, entre ellos “Cero conferencias”, que descartó tanto conferencias como tareas de biblioteca, centrándose en iniciativas orientadas a reforzar la confianza de alumnos, como: enseñarles a abrir cuenta de banco.

Estos dos ejemplos extremos, nos muestran la realidad de un mundo cambiante, en que la educación es factor del crecimiento de las sociedades. German Escorcia decía recientemente que estamos pasando de una sociedad que transforma materias primas a una del conocimiento, en que se transforma materia gris. Para ello hay que reinventar el aprendizaje a fin de que los alumnos dominen mentalmente su problemática personal y social.

De ahí la creciente importancia de la escuela, que con su empeño en fortalecer valores y crear o fomentar hábitos, utilizando cuanta herramienta se creó y creará para utilizar competentemente la súper conectividad que ya está en puerta, formará el carácter de los individuos, cuya sumatoria refleja el vigor, fuerza y decisión de futuro de las naciones. Lo que se haga por una educación integral, redundará en bienestar, al que tienen derecho los pueblos.

Fuente: Forum en línea

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