A Honorables miembros de la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU) A escasos días de que la Comisión de Derechos Humanos de la ONU someta a votación una resolución de condena al gobierno de Cuba por su tratamiento a los derechos humanos, es importante manifestarles mis preocupaciones y a la vez, la esperanza de que el respeto, la objetividad y la imparcialidad se antepongan a presiones de cualquier tipo. Considero que una vez más se politiza el tema de los derechos humanos en Cuba. Se intenta producir una nueva condena contra Cuba que en definitiva busca justificar el bloqueo criminal que se ha prolongado por más de cuatro décadas y que tantas carencias y dificultades han acarreado al pueblo cubano, y de paso, evadir el tratamiento objetivo e integral del tema cubano. Condeno todo tipo de acciones encaminadas a presionar y/o condicionar los votos de los miembros de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, porque no solamente se manipula y se falta al respeto a un organismo encargado de velar por la convivencia pacífica y armoniosa entre los Estados, sino que además se pone de manifiesto una doble moral al esconder tras una aparente preocupación por los derechos humanos en Cuba, los verdaderos intereses hegemónicos y la intolerancia. Hago un llamado a la Comisión de Derechos Humanos de la ONU para que lejos de prestarse a politizar la situación de los derechos humanos en Cuba, abra un espacio digno que permita abordar el proceso que ponga fin al bloqueo criminal contra Cuba. Estoy profundamente convencida que creando las condiciones necesarias, esto quiere decir sin presiones, sin agresiones, ni amenazas de agresión; el pueblo y el gobierno cubano podrán abordar las situaciones que requieran tratamiento, y podrán, sin ninguna duda, encontrar sus soluciones. Con la esperanza de que mis palabras encuentren eco, respetuosamente, Rigoberta Menchú Tum
Premio Nobel de la Paz