La batalla de Venezuela
18/04/2004
- Opinión
Bolívar sufrió innumerables derrotas hasta llegar a la victoria final.
Eso parece ser el sino de los Movimientos Revolucionarios cada vez que
intentaron transformar las estructuras por medios pacíficos.
Guatemala en 1954 cumplía 10 años de una revolución pacifica que
asumió el Poder por medio de elecciones y fue derrocada por medio de
la confabulación de grandes empresas transnacionales (la United Fruit
Company hoy Chiquita Banana) sectores empresariales anticomunistas
furibundos y militares traidores a su patria. Todos ellos orquestados
por una operación encubierta de la CIA.
El caso chileno esta documentado ampliamente. Un gobierno
revolucionario legitimado por elecciones democráticas derrotado por la
fuerza de las armas de un tristemente famoso genocida: Pinochet,
sectores empresariales ligados a transnacionales, las que también
participaron, todos concertados por el imperio Que brindó asesoría y
participó directamente en el Golpe de Estado que costara la vida al
presidente Allende.
Ahora parecía que era el turno del presidente Chávez, elegido y
ratificado en elecciones 4 veces, en el mejor estilo de la democracia
occidental, quien ahora es derrotado temporalmente por la
confabulación de empresarios, líderes charros; una conspiración
mediática impresionante por su intervencionismo desde Las
transnacionales de la comunicación y militares dispuestos a obtener
promoción acelerada. A Chávez lo acusaban de golpista. Los golpistas
de 48 horas eran "salvadores". El doble discurso, la doble moral: hay
golpes buenos y golpes malos o intentos de golpe buenos.
La lección lucía obvia. Las transformaciones revolucionarias
profundas por medios pacíficos no fueron ni serán posibles. Los
sectores económicos dominantes defenderán por medios violentos sus
privilegios. Su lenguaje es claro. Democracia para los poderosos.
Golpes de Estado, represión y violencia para los de abajo que se creen
que tienen los mismos derechos. La Democracia Occidental sigue
teniendo un signo clasista claro. Es para que los revolucionarios que
han dejado el camino de las armas, porque se abre el espejismo de la
posibilidad de revoluciones pacíficas, acepten pequeñas cuotas de
poder, o empleos en estructuras oficiales de gobierno sin mayor poder,
pero que de hecho acepten que las estructuras obsoletas no pueden, no
deben cambiarse.
Durante las 48 horas que duró el Golpe de Estado en Venezuela, se
produjeron allanamientos, capturas, intentos de desalojos de tierras,
de barrios populares beneficiados con planes sociales gubernamentales,
eliminación de la asamblea, disolución de todo el entramado
democráticamente electo. Se produjo una ola de venganzas y cacería de
brujas. Se apresuraron a eliminar la cuota de petróleo que se vendía
a Cuba; se derrumbó el precio del carburante para beneficiar sobre
todo a USA que es el principal comprador internacional.
Durante esas 48 horas se formó espontáneamente una red por Internet
que nos comunicábamos para seguir paso a paso los acontecimientos.
Muchos de los ex combatientes internacionalistas se preguntaban si
había llegado la hora de tomar las armas en defensa de la revolución
bolivariana. Confieso que yo mismo me hacía esa pregunta. Empezaron
a circular muchas iniciativas entre nosotros.
Manifestaciones populares en las calles, frente a la embajada
venezolana en apoyo y de condena frente a la embajada norteamericana.
Y no faltaron los análisis periodísticos que vaticinaron el inicio de
una guerra Civil que sería la chispa que haría arder toda la pradera
de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. De no haberse restituido la
constitucionalidad la señal era clara: a tomar el camino de las armas
para reconquistar lo perdido. Y se ha dicho hasta la saciedad:
cualquier guerra es dura, encarnizada, sangrienta, con abusos de ambas
partes. Aunque sea una guerra justa, patriótica, nacional, el único
camino.
Si las puertas del cauce pacífico se cierran, eso abre automáticamente
las del cauce violento. Es una ley en los individuos como entre las
naciones. La violencia genera más violencia en respuesta. La mayoría
de los que claman por métodos violentos desde las tribunas o los
editoriales y análisis periodísticos, nunca tomarán un arma en defensa
de sus ideas. Seremos otros los que estaríamos dispuestos a defender
de pie lo que no queremos llorar de rodillas. Hay personas y pueblos
que prefieren morir de pie que vivir de rodillas.
Eso no deben olvidarlo los estrategas del imperio y sus serviles
nacionales.
Ha vuelto la paz y el orden constitucional en Venezuela. Ha vuelto el
camino pacífico todos sabemos ya que la mayoría de muertos en Caracas
fueron del sector que defendía la Constitución, las leyes, la
Revolución Bolivariana. Se transmitieron mentiras por las cadenas
transnacionales de la comunicación. Nunca renunció Chávez, nunca dio
la orden de disparar contra el pueblo. Nunca Estuvo ni estará solo.
Sigue siendo mayoría. Los violentos son los derechistas no los
revolucionarios que están dispuestos a transitar el cambio por formas
democráticas pero que no eluden el combate si se le impone.
Seguiremos siendo necios y soñando con nuevas batallas pacíficas a
favor de La utopía de los pueblos. Porque la lucha sigue. Los
hombres pueden caer, los procesos siguen.
Lo que estaba de por medio no era Chávez, sino la posibilidad de
restaurar de nuevo los golpes de estado en Latinoamérica impuestos por
Estados Unidos. El Post y el New York Time reportan contactos de los
golpistas con el Departamento de Estado, el Congresista Christopher
Dodd ha cuestionado la política norteamericana antes y durante las 48
horas del Golpe de Estado de Pedro Carmona "el breve".
César Montes, es uno de los fundadores del movimiento guerrillero en
Guatemala.
https://www.alainet.org/es/active/5990
Del mismo autor
- Memorias sobre el Che Guevara 13/10/2013
- La Independencia 10/09/2009
- Salida pacífica o violenta 23/07/2009
- La batalla de Venezuela 18/04/2004