El aullido de Lobo

17/12/2012
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La batalla que fragmenta a los grupos fácticos de Honduras, es solo un comienzo de las manipulaciones políticas que harán entre los tres poderes del Estado, hasta que uno sólo conquiste la total hegemonía política económica del país.
 
Latinoamérica 16 dic. La destitución de los cuatro magistrados de la Corte Suprema de Justicia de Honduras, a través de la decisión legislativa del parlamento hondureño reconfirma el miedo del gobernante de facto Porfirio Lobo Sosa.
 
El aullido de Lobo ante la prensa nacional e internacional acusando que los dueños de los medios de comunicación no le dejan gobernar, es un claro comportamiento de un “mandatario” cansado de ser títere.
 
En medio de la peor de las violencias que se ha desatado en Honduras como consecuencia colateral del golpe de Estado de hace tres años, Juan Orlando Hernández, actual presidente del parlamento hondureño y aspirante presidencial, tiene el apoyo de una parte de quienes promueven el Estado fallido.
 
Lobo y Hernández han unido fuerzas políticas y son arropados con la misma cobija económica, derivada de la peor de las mafias que domina a Honduras a sus anchas, en la zona caribeña.
 
 Película gánster
 
 Mediante la influencia de esa mafia invisible, fue fácil para Juan Orlando Hernández autoproclamarse como candidato presidenciable representando al partido nacional de Honduras.
 
 Esta decisión fuertemente financiada y manipulada como en un libreto de película gánster estadounidense, afecto a su adversario cercano, el alcalde de la capital hondureña, Ricardo Álvarez.
 
 Ambos politiqueros se comen entre sí como parte de la comedia del canibalismo político que se desata entre las fuerzas más oscuras, y ultraconservadoras, cuyos rostros se vuelven más visibles.
 
La falsa democracia que observa a los ciudadanos como simples votos, fue todo un éxito que hasta ya poseían el distractor estatal de la destitución de cuatro magistrados.
 
 Catarsis política
 
Este escándalo acalló el capricho de Ricardo Álvarez de interponer un recurso judicial para anular un proceso electoral, que como ya es de costumbre, es todo un fraude. Sin embargo su fuego mediático se apagó con rapidez a través de la destitución magistral.
 
 
 
El gran fraude de las elecciones primarias del pasado 18 de noviembre se archivo en la gaveta de la catarsis política de esta nación centroamericana, y una nueva noticia titulo los medios mediáticos de comunicación.
 
“Golpe técnico” lo llamaron algunos medios, implorando que se respetara la invisible democracia oligárquica que promueven los rotativos periodísticos de la nación latina.
 
El reciente acontecimiento electoral consumó parte de lo planificado por la clásica oligarquía de Honduras, quien cuenta con una adversaria fuerza económica. Sí, esa que usted piensa estimado lector, la que auspicia a Juan Orlando Hernández como su candidato.  
 
Mafia “democrática”
 
Pero que ha pasado con los miembros oligárquicos del “club de coyolito” presididos por Miguel Facusse Barjum, o su yerno, el multimillonario Fredy Nasser. ¿Qué intereses oscuros están esculpiendo el nuevo rumbo de Honduras, mediante el rostro político de Juan Orlando Hernández?
 
Seguramente los aullidos de Lobo ya fueron escuchados por esa mafia caribeña de Honduras, que ha impuesto a la perfección a un candidato, que por en cuanto es el preferido para sus intereses.
 
Pero, como es normal, en toda ambición ilimitada. El control hegemónico lo desea ostentar un solo grupo. Ya sea por el de los hijos perdidos del desierto o por esa mafia que asienta más su influencia en el país.
 
Ambos poderes fácticos, contribuyen a que el terrible cuadro de pobreza en Honduras se empeore, sin ningún interés o plan para mermar el sufrimiento que causa entre sus habitantes.
 
 $2 centavos
 
El informe del Instituto de Pesquisa Económica Aplicada sobre la pobreza rural, señala que en promedio, la población rural hondureña vive al día con menos de 20 lempiras por persona. ($1 dólar estadounidense).
 
Lo que indica que cada persona del área rural vive con 584 lempiras al mes ($30 dólares estadounidenses), y que menos del 30% vive en hogares con ingresos per cápita superiores a este valor.
 
Casi la mitad de la población rural vive con ingresos inferiores a 10 lempiras diarios ($5 centavos de dólar estadounidense) y cerca del 25 por ciento con ingresos per cápita inferiores a 5 lempiras diarios ($2 centavos de dólar estadounidense).
 
Línea de pobreza
 
La desigualdad es extrema. “El ingreso medio del 20% más rico de la población en las áreas rurales es casi 30 veces más elevado que el ingreso del 20% más pobre.
 
Según investigaciones del Postgrado centroamericano en Economía y Planificación del Desarrollo (Poscae), 2.8 millones de hondureños del área rural viven con un nivel de ingreso inferior a la línea de pobreza.
 
Este grupo representa más del 75% de la población rural y más del 70 por ciento de los pobres de todo el país.
 
Sumado a esto la población campesina también es la más afectada en cuanto al irrespeto de los derechos humanos se refiere.
 
Bajo Aguán
 
La situación de unas 3,500 familias campesinas que viven en el Bajo Aguán situado en el Caribe hondureño, se resume en muertes, persecuciones, intimidaciones y amenazas.
 
Especialmente niños y niñas viven en un estado de precariedad e insalubridad que exige de organismos nacionales e internacionales que acudan en su apoyo.
 
Este es parte del panorama que se espera para el 2013 en esta nación latinoamericana, y  que tiende a empeorar según los últimos acontecimientos que se vislumbran en la batalla que liberan; los sectores más reaccionarios y ultraconservadores que provocan el aullido del Lobo.
 
Ronnie Huete S. es periodista
 
El autor de este artículo es corresponsal  voluntario de la revista Caros Amigos editada en São Paulo, Brasil, para Centroamérica, laAgencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina, Kaos en la red y El portal  http://desacato.infoeditado  en Florianópolis, Brasil.
 
Cualquier atentado o amenaza para el autor de este artículo es  responsabilidad de quienes representan y gobiernan el Estado de Honduras.
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