No solo es cuestión de balas y de armas

27/12/2012
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En los últimos 3 años, van 8 los episodios (asesinatos) que se dan en Estados Unidos de Norteamérica. Han muerto cientos de niños y niñas norteamericanos víctimas de locos que armados hasta los dientes han arremetido contra ellos y sus profesores, sin motivo alguno. Lo mismo ha ocurrido (en menor escala) en Alemania, Francia. Es decir, el fenómeno es en aquellos países desarrollados que quieren ser “democráticos” y “libres” para hacer lo que les da la real gana.
 
A propósito me acuerdo del señor John Charles Carter mejor conocido por el público de EE.UU. y de América Latina como Charlton Heston. La super estrella de Holliwod (EE.UU) que actuó en varias películas de renombre. La última fue el Planeta de los Simios; pero Carter se volvió alcohólico, a más de calvo total y de prostático. Murió poco después (el 5 de abril/2003) Pero antes alzó en sus manos un rifle repetidor ya que era el Presidente del Club del Rifle y, ante personajes como el Presidente Clinton, dijo que nadie podrá evitar que el norteamericano medio se arme para defenderse de los que quieren eliminarla del mapa. El señor Carter, a sus 76 años, hablaba a nombre de los 15.999 clubes del rifle que había, en esos tiempos, en el país.
 
Traigo a colación tal episodio porque el actor (a pesar de los personajes que representó) murió en su ley. Y nada ni nadie es capaz de ponerle coto a semejante percepción. En Estados Unidos de Norteamérica es más fácil comprarse un arma de repetición que un analgésico. Es la compra-venta de armas de todo tipo más fácil que una pastilla para el dolor. A nivel mundial, la industria de la guerra norteamericana es la venta de armas a cualquier país. Para los EE.UU. es “más democrático y libre” el país que más armas compra ya que 1 de cada 5 norteamericanos vive de eso. No hay mejor “amigo” que el que más armas compra ya que en EE.UU. están obsoletas y/o anticuadas. Cada vez el imperio inventa nuevas y las fabrica para venderlas a nuestros países cuando ya están pasadas de moda.
 
En el gran imperio del norte, la venta de armas a cualquier ciudadano, es común y corriente. No por algo se dice que desde que se inventó Superman, después Tarzán (o la revés) y por último los cacos menores, es un gran imperio. Por algo es la sede de Batman y de Robin, de Rambo y mil de estos demonios. Que en Estados Unidos, los guaguas se crían alimentándose de estas figuras; y, por si acaso, están armados hasta los dientes. No hay como dialogar con ellos. Ellos siempre tienen la razón. Y si no, bala contigo. Es que si a la desinformación, de la que nos hablan los académicos de Sonoma (California) Hay que unirnos al Batman; eso si no queremos morir entre el bien y el mal. El resultado final son esas matanzas que caracterizan al gran imperio del norte.
 
Es decir, no es solo cuestión de rifles y de balas. Es una formación (deformación, según los sociólogos) muy propia de los Estados Unidos: “somos el país de Tarzán de los monos, de Superman, del Hombre Araña, de Batman y de Robin; y nadie nos puede golpear”. Es una deformación habida que va mucho más allá de las balas y que acusa serios desperfectos en la cabeza de las gentes. Es por esas y muchas más razones que se producen esas hecatombes, por las cuales “lloró el premio adelantado de la paz, señor Barak Obama…”
 
En vez de llorar por algo que volverá a repetirse, hasta el cansancio, lo que hace falta es que el señor Obama y sus muchachos cumplan con las ofertas de campaña electoral. Por ejemplo, sigue ahí (¿para siempre?) la prisión de Guantánamo (Cuba) que el premio adelantado de la paz ofreció disolverla hasta el 2012. Ya vamos para el 2013 y sigue como prisión, en donde sus prisioneros no saben lo que les espera, en territorio de los Estados Unidos, que no les pertenece. Pregunto (ya soy preguntón, por naturaleza) ¿no será que el señor Obama, que fue reelegido hasta el 2017 como Presidente de los Estados Unidos, no podrá?.
 
No digamos otras necesidades imperiosas. Por ejemplo tendría que cambiar la educación de los norteamericanos, un país de migrantes de todo el mundo. Ahora, de América Latina, especialmente de México, los que no son muertos en Tamaulipas y logran pasar al otro lado del Río Bravo, pues son los nuevos miembros (barrendero, lava platos, etc) de los Estados Unidos. ¿Por qué ese odio a los migrantes si el gran imperio del norte es un país de inmigrantes por las buenas y por las malas? Pregunto. Es decir que un país de migrantes, durante mucho tiempo, no puede ser un país contra los migrantes.
 
Aparentemente no hay quién les gane. Miento. Por ahí ronda el fantasma del Viet Nam, del sur y del norte, de donde salieron en precipitada fuga y dejaron “de recuerdo” unos flamantes aviones F-18, unos helicópteros y otras maquinarias más (que no pudieron llevarse) Eso que los medios masivos de desinformación  ya exterminaron a la población vietnamita. Todos los días mentían mediante unos partes, según los cuales, los rambos norteamericanos mataban a 80 – 90 - 100 vietnamitas; y ellos, salían, en el peor de los casos, heridos. Alguien en Europa les llevó las cuentas: según estas, solo los norteamericanos sobrevivían a semejante horror. Según esas cuentas, el Viet Cong había desaparecido. Vuelvo a preguntar: ¿quién finalmente ganó la guerra aquella? Por eso es que en Libia no se metieron “de frente” ya que podían salir como en Vietnam. Y no se meten en Siria, por lo mismo. Esperan que los de la OTAN (NATO según las siglas en inglés) devenguen lo mucho que ganan gratis y dejen la piel en esos lares. Que para eso les pagan.
 
¿Cuándo aprenderán los norteamericanos que son de carne y hueso? ¿Que también pueden morirse? Ojalá que alguna vez. No vaya a ser necesario que muera la mayor parte, solo por asegurarse de la energía “barata” que necesitan, para moverse en EE.UU. ¿No les sale mejor comprar que andar tratando de tomarse lo que no deben? Ese es el caso del Irak. Cierto es que los yanquis se tomaron Bagdad, ahorcaron a sus antiguo aliado Husseim y ahí andan todavía. ¿Llevaron la democracia y la libertad a Irak?
 
En cuanto a las matanzas de niños y niñas (incluidas las mamás de los asesinos) eso no podrá pararse en tanto y cuanto no rehagan la educación pública, en el imperio del norte: y sepan los norteamericanos, a ciencia cierta, que no pueden seguir con esas matanzas. Lo mismo se les puede decir a los pelucones criollos. Ahí anda todavía Fidel, contra quien han ensayado más de 600 atentados. Lo mismo va con Hugo Chávez, de Venezuela. Lo mismo pasará con Rafael Correa y con Evo Morales.
 
No hay mejor garantía de vida, que la muerte deseada.
 
- Alberto Maldonado S. es Periodista – Ecuador
 
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