Ecuador y el Plan Patriota
04/05/2004
- Opinión
Quito, mayo 5 de 2004
Pronunciamiento del Grupo de Monitoreo sobre las consecuencias del
Plan Patriota en el Ecuador
Propone que el Congreso anule "cuanto antes" el convenio de la
Base de Manta para desmontar involucramiento ecuatoriano y
regionalización del conflicto
Una vez conocida la puesta en marcha del "Plan Patriota" en la
vecina Colombia para "aniquilar la guerrilla" y dados los
irreversibles efectos que tendrá en los siguientes 3 años en
Ecuador, el Gral. (r) René Vargas Pazzos y el defensor de DDHH,
Alexis Ponce, en representación del Grupo de Monitoreo de los
Impactos del Plan Colombia, expresan y proponen:
1. La ejecución del "Plan Patriota" en zonas de Colombia cercanas
a la frontera ecuatoriana, confirma la alerta que desde el 2000 el
Grupo de Monitoreo emitiera públicamente: Que el eje Washington-
Bogotá y los tres sucesivos gobiernos, cancillerías y altos mandos
militares del Ecuador, buscaron siempre (a través de todos los
medios y a lo largo de los últimos 5 años) el activo
involucramiento ecuatoriano en un "desenlace regional" del
conflicto interno de Colombia, asumiendo el país oficial el papel
de "Yunque" del "Martillo Estratégico" estadounidense-colombiano
contra la insurgencia del país vecino.
2. Desde 1999 Ecuador y los otros países fronterizos de Colombia,
fueron "preparados" política, militar, logística, mediática y
sicológicamente para que asumieran tan grave co-responsabilidad.
Venezuela y Brasil no aceptaron involucrarse debido a la enérgica
defensa de su soberanía y la no injerencia militar manifestada por
los presidentes Hugo Chávez y "Lula" Da Silva; y en el caso del
Perú de Toledo y el Ecuador de Mahuad, Noboa y Gutiérrez, tal
injerencia fue admitida de manera progresiva, asimétrica y
soterrada.
3. En el caso ecuatoriano, la preparación de nuestro territorio en
calidad de "Yunque" o "Pinza quirúrgica contrainsurgente", como se
conoce a este tipo de operaciones en los manuales de los ejércitos
del mundo, empezó con la entrega de la Base de Manta al Comando
Sur de los EEUU y el desplazamiento del llamado "Centro de
Gravedad Estratégico" de la FFAA nacional que, de la frontera sur
-Perú- reorientó su prioridad futura a la frontera norte -
Colombia- en el período 1999-2004, luego de la firma de paz con el
sureño país vecino.
4. El involucramiento prosiguió a través de la configuración
programada y paulatina de la Estrategia Militar de Líneas
Exteriores en la frontera con Colombia, y se complementó a lo
largo de los últimos 5 años con la innegable presión simultánea de
Washington y Bogotá (al alentar una matriz de opinión adversa a
las FFAA del Ecuador por su supuesta "falta de cooperación con la
lucha antiterrorista" y hasta su presunto "apoyo a las FARC").
5. A la vez, el Comando Sur otorgaba asistencia logística y
operativa al Alto Mando nacional, "cooperación" que -no por ser
mínima e indigna como lo confirman los 17 mil uniformes usados,
donados por el Southern Command al Ejército ecuatoriano- debe
dejar lugar a dudas de su objetivo, el mismo que hoy se aclara con
la entrada en escena del "Plan Patriota", cuya nomenclatura es
fiel reproducción de las matrices operativas y semánticas del
Comando Sur.
6. Ese objetivo no es otro que comprometer al país en las tesis
belicistas y desestabilizadoras de los gobiernos de EEUU y
Colombia en la región andina, y la configuración del Ecuador como
un "Yunque" en la retaguardia fronteriza de Colombia. Es decir,
cumplir el rol que un día jugaron Camboya con Vietnam y Honduras
con los conflictos de El Salvador y Nicaragua. Ningún plan de
guerra es espontáneo ni inmediatista, el Plan Colombia y su nuevo
rostro, el Plan Patriota, no se materializan de la noche a la
mañana, sino con anticipación programada en la que participan los
mandos políticos, diplomáticos y militares de toda la "zona-
objetivo".
7. No de otra manera se explica la sucesiva aparición, filtrada a
la opinión pública a cuentagotas, de varios documentos
relacionados a Colombia, entre ellos: el Convenio No. 2 del 2000
que convirtió a la base de Manta en una "FOL" (Puesto Delantero de
Operaciones) del Comando Sur; el Registro Oficial "Secreto" No.
358 emitido en abril de 2003 por el actual Gobierno ("Delimitación
de los Espacios Geográficos Actuales"); y la suscripción del
documento "Matriz de Entendimiento" entre el Comando Sur y el Alto
Mando ecuatoriano.
8. Recordamos que a poco de asumir la Presidencia el Sr. Lucio
Gutiérrez, el 27 de marzo de 2003 el Grupo de Monitoreo pidió al
Congreso Nacional que el entonces Jefe del Comando Conjunto de las
FFAA, Gral. Oswaldo Jarrín, fuese convocado para transparentar el
contenido y alcances de los compromisos derivados de las
reservadas y continuas citas militares convocadas en Miami el 25
de marzo y en fechas posteriores por el Comando Sur de los EEUU
con los jefes militares de Ecuador y Colombia, citas en las que,
según la escasa información dada por los mandos militares de los
tres países, trataron el tema de "la seguridad regional".
9. En el período 2003-2004 otras iniciativas precedieron y
siguieron a esa cita del Comando Sur: En febrero de 2003 en Bogotá
hubo una cita de cancilleres y militares de países vecinos con la
presencia de EEUU; en Quito se efectuó una cumbre policial
alentada por Washington que resolvió un "compromiso policial
regional antiterrorista", asumiendo la policía ecuatoriana una
alianza frontal con la agenda estadounidense, razón por la que es
la institución que más "ayuda" ha recibido en materia de
"seguridad"; y luego llegó al país el jefe del Comando Sur, Gral.
James Hill, quien desde la primera visita refirió su intención:
"EEUU busca regionalizar el Plan Colombia".
10. En esa ocasión sostuvimos que "ninguna autoridad del Estado,
civil o militar, está exenta de su responsabilidad de rendir
cuentas sobre el contenido de los compromisos a los que llegase en
nombre del país, más aún cuando se trata de herméticas reuniones
de autoridades políticas, diplomáticas y militares de EEUU,
Colombia y Ecuador, a cuyos contenidos la población no tiene
acceso informativo; todo eso en el marco de un peligroso contexto
regional de intervención atizado por la "Guerra Preventiva" de la
Administración Bush en el planeta".
11. En noviembre de 2003 el experto ecuatoriano Alexéi Páez
anunció una tesis que la hacemos nuestra: "Si Ecuador es el
"yunque", deberá ser más duro y resistente que el "martillo" que
golpeará desde el lado colombiano; y evidentemente Ecuador es un
Yunque de aluminio que tendrá que portarse brutalmente eficaz. Por
eso los "derechos humanos" y el "derecho internacional
humanitario" serán papel mojado ante una exigencia radical de la
Seguridad, producto del involucramiento del país en un diagnóstico
emitido por el eje Washington-Bogotá que no es conciliable con el
diagnóstico de seguridad que tiene la sociedad ecuatoriana".
12. El escenario buscado por EEUU y Bogotá acarreará consecuencias
y malestar en nuestro pueblo y en apreciables sectores de nuestras
FFAA, dado que esa estrategia artificialmente asumida por presión
del Comando Sur y Bogotá no se sustenta en un "sentimiento de
defensa patria". Por eso será difícil que los soldados
ecuatorianos participen "a gusto" en un conflicto agudizado por un
tercer país que no expone la vida de uno solo de sus hombres, y
cuyo objetivo geoestratégico es asegurarse la presencia permanente
en la región andino-amazónica, que social y políticamente presenta
un cuadro convulso inédito y que posee inmensos recursos
(especialmente agua dulce, biodiversidad, oxígeno y petróleo) que
EEUU requiere controlar hasta la próxima década. El puente de
entrada geoestratégica a la amazonía es Bogotá, y Quito y Lima se
aprestan a facilitar ese acceso.
13. Ya que se intentará concluir la estrategia militar de líneas
exteriores que Ecuador viene montando en la frontera con Colombia,
a pesar de que en público se dice "no intervenir en la guerra
colombiana", advertimos que no hace falta que el Ejército
ecuatoriano "atraviese" territorio de Colombia para involucrarnos
en el conflicto. El Yunque puede ser perfectamente asumido desde
nuestro propio territorio, con las consecuencias que Camboya y
Honduras están obligados a recordar las actuales autoridades
políticas, diplomáticas y militares del país.
14. Frente a este complejo cuadro, se hace impostergable desmontar
los dispositivos que permitieron el involucramiento ecuatoriano en
esta estrategia regional, y uno de ellos, el principal, tiene que
asumirlo el Congreso Nacional: la responsabilidad moral de anular
lo más pronto el acuerdo que permitió entregar la Base de Manta al
Comando Sur de los EEUU, pues fue ese acuerdo el que abrió la Caja
de Pandora en Ecuador alentando la escalada progresiva de
participación, hasta convertirnos en un Yunque de aluminio, cuyos
impactos humanos, ambientales, militares y sociales, serán
irreversibles para el país entero y la región.
15. Dado que el justificativo para entregar la base de Manta al
Comando Sur fue la presunta "lucha antidrogas" (que -dicho sea de
paso- ha fracasado estruendosamente); y en vista de que Washington
ha modificado radicalmente ese argumento que motivaba la
existencia del eje de "cooperación" ecuatoriana, por el de la
"guerra al terrorismo", el Parlamento y el Gobierno tienen -en el
desplazamiento de objetivos de la Casa Blanca- la justificación
política, diplomática y legal para desmontar el principal
componente del irresponsable involucramiento del Ecuador en la
vorágine bélica de una regionalización programada.
16. En efecto, si ya no es la lucha contra las drogas el objetivo
que arrastraba a Ecuador en un convenio que la mayoría ciudadana
siempre consideró inaceptable y errático, sino que hoy se menciona
que "la derrota del terrorismo" es el objetivo del Comando Sur y
Bogotá, nuestra nación tiene ahí el argumento preciso para
responder como ya otros países del mundo están respondiéndole a la
equivocada estrategia belicista de EEUU en varios puntos del
planeta: deshaciendo acuerdos equívocos, asumiendo primero la vida
y seguridad de sus pueblos, promoviendo salidas de paz que
Washington no puede asumir debido a la ceguera de sus actuales
líderes.
17. Si hoy es el terrorismo el objetivo central de la presencia
estadounidense en la región, devuelvan la base de Manta al país,
que por nuestros propios métodos seguiremos luchando contra las
drogas, sin que por ello debamos incorporar irresponsablemente a
la nación entera en estrategias que modifican los objetivos según
el capricho coyuntural de una de las partes. Si mañana se le
ocurre a la administración Bush que el objetivo prioritario será
"la conquista de Marte", la base de Manta no puede cambiar la
razón de ser del convenio suscrito y servir como emplazamiento
espacial en búsqueda de "nuevas amenazas" en otros planetas del
sistema solar. El objetivo de esa base fue único, aunque sabemos
que jamás debió firmárselo.
18. El mecanismo propuesto, debe discutir y resolver el Congreso
Nacional con patriotismo y sentido común, pues está en deuda con
la nación al haberse 'lavado las manos' en 1999 cuando dejó pasar
la aprobación del convenio de la base de Manta mientras mantenía
una mayoría similar a la actual: socialcristiana. El país y el
Congreso deben exigir al Presidente, al Canciller y al Alto Mando
militar que transparenten públicamente los documentos reservados
de todos los acuerdos llegados con EEUU y Colombia en el tema,
para analizarlos a la luz de la Constitución de la República y,
después, proceder en correspondencia.
19. Repetimos la alerta pública que hiciéramos al Presidente de la
República a un mes de posesionado en su cargo: "Del escenario de
líneas exteriores (preparación del Yunque) en la frontera con
Colombia, al teatro de operaciones (participación real en el
conflicto) hay apenas un paso, y eso está obligado a saberlo un
militar como Lucio Gutiérrez".
Gral. René Vargas Pazzos
Alexis Ponce
GRUPO DE MONITOREO DE LOS IMPACTOS DEL PLAN COLOMBIA
Alexis Ponce
GRUPO DE MONITOREO DE LOS IMPACTOS DEL PLAN COLOMBIA
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