Guerra para la reelección
08/05/2004
- Opinión
La respuesta de Uribe al capitán de Fragata Fabio Jaimes, en el
95 aniversario de la Escuela Militar, es la muestra clara de la
visión guerrerista que predomina en el poder ejecutivo. Sin
ninguna propuesta social alternativa, todo se resuelve en
operativos y resultados militares, en contabilidad de muertos,
heridos, capturados y extraditados. De eso depende ahora la
seguridad democrática. El diario El Tiempo, que nada tiene que
ver con el pensamiento democrático, pide cautela. El Comercio,
de Quito, ha vuelto a llamar la atención sobre el Plan Patriota
y su dirección estratégica en manos del Comando Sur. Los
refugiados que huyen del Caquetá y Putumayo también empiezan a
salir a Ecuador. Uribe responde energúmeno. Pero sus
descomposturas nada resuelven, nada aclaran. El señor Ian
Egeland, subsecretario general de la ONU para asuntos
Humanitarios, en entrevista a El Tiempo, del domingo 9 de mayo,
reafirma la posición de las Naciones Unidas: el conflicto no
tiene solución militar.
¿Qué concluir de estos desencuentros? Que hacen parte de la
campaña de Uribe para su reelección personal. Confía en los
resultados del campo de batalla, con el respaldo de los Estados
Unidos, para prolongarse en el poder. No le importa el desorden,
el sufrimiento, la amenaza a los vecinos, que su ambición
desmedida provoca. No le importan los muertos, heridos,
refugiados que huyen de la metralla de la fuerza pública de su
propio país. Las operaciones militares en curso son contra
colombianos y, por lo visto, al mando de extranjeros.
Con la misma arrogancia con que regaña al Capitán de Fragata que
formula preguntas sensatas, arremete Uribe, junto al señor
Yanovich de ECOPETROL, vinculado al grupo financiero que se
quiere quedar con el negocio del petróleo para su
enriquecimiento privado y el de las transnacionales que
representa, contra los trabajadores que adelantan una huelga
justa y patriótica, con decenas de despedidos, militarización de
refinerías y campos, en una verdadera guerra social de
destrucción y entrega del patrimonio público de la nación.
Tal es el "patriotismo" de Uribe. Ante Bush reclamó prolongar 5
años más el Plan Colombia. Ofreció mayores gabelas en la
negociación del TLC. Bush no le dijo que no. Simplemente
duplicó el número de sus tropas, consejeros, asesores,
entrenadores y mercenarios. Allí se concretó el nuevo aporte de
los Estados Unidos al Plan Patriota. Allí se le dio vía libre
al incendio del país para satisfacer la gana del Neroncito que
intenta imponer su reelección a través de una "victoria"
militar. Menos mal hay un rincón de la conciencia ciudadana
donde estas reflexiones pueden hallar como respuesta una
presencia contundente de la clase obrera y el pueblo en el paro
nacional del 18 de mayo, en la solidaridad con ECOPETROL y la
USO, en el respeto a los derechos democráticos y el apoyo al
acuerdo humanitario.
* Jaime Caicedo. Secretario General del Partido Comunista
Colombiano
Bogotá, mayo 9 de 2004
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