Riesgos políticos

12/03/2013
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La actual situación política en Venezuela es delicada. Todos los sectores democráticos de Venezuela así como la comunidad internacional deben estar muy atentos y alertas ante cualquier amenaza a la democracia en este país. No se puede permitir lo que ha acontecido en otros rincones de América Latina como en Honduras, Paraguay y Ecuador. Si bien el señor Nicolás Maduro ha sido nominado como presidente encargado de la República Bolivariana, la oposición encabezada por Henrique Capriles no se ha mostrado especialmente dispuesta a favorecer el cumplimiento de la constitución. Por el contrario, en una actitud tan imprudente como provocativa en este momento, Capriles ha señalado que el nombramiento de Maduro es fraudulento. Las últimas noticias, no obstante, lo señalan como el más cierto candidato opositor al chavismo en las próximas elecciones el 14 de abril.

 
Todavía están frescas en la memoria las imágenes del intento golpista de sectores de la extrema derecha venezolana y de sus medios de comunicación el 11 de abril de 2002. La oposición a Chávez tiene claros antecedentes conspirativos y cuenta con claras simpatías y apoyo entre algunos políticos conservadores de los Estados Unidos y, desde luego, en gran parte de la comunidad cubano-americana en Miami. El nuevo gobierno de Maduro no lo tiene fácil, pues quiérase o no, la ausencia del líder acrecienta las ambiciones y la insolencia de una derecha poderosa que sueña con recuperar el poder en este país sudamericano.
 
Para el nuevo presidente encargado, la tarea inmediata es, en primer lugar, la realización de unas elecciones limpias y transparentes que le den plena legitimidad a su gobierno y al proceso que encabeza. Las próximas semanas serán decisivas, pues, por un lado, el presidente Maduro deberá evitar el clima confrontacional que la derecha se empeña en crear a cada paso y por otro, fortalecer la unidad en las filas del chavismo. En estos días lo que está en juego en Venezuela es, desde luego, el proyecto revolucionario bolivariano creado a pulso por el propio comandante Chávez de la mano de amplios sectores populares; sin embargo, existe el riesgo de que los sectores más agresivos e irresponsables de la derecha intenten desestabilizar la democracia misma. Si romper la institucionalidad es el sueño de los sectores fascistas de Venezuela, toda la derecha está dispuesta a enlodar este momento frágil de transición, Capriles el primero.
 
Para el presidente Nicolás Maduro, heredero de la obra y la figura de Hugo Chávez, la única salida en estas horas complejas es el fortalecimiento de las instituciones democráticas y la unidad de su pueblo en torno al proyecto histórico bolivariano. Ante los sectores anti democráticos de la derecha dura, su mejor arma no podría ser sino la aplicación, punto por punto, del texto constitucional vigente. El mejor homenaje que su pueblo puede expresar por su comandante Hugo Chávez en estos momentos de dolor e incertidumbre es la unidad y la movilización en defensa de la democracia y la revolución. No es hora de extremos ni de excesos, la única bandera revolucionaria es hoy aquella de unas elecciones limpias que garantizan un triunfo rotundo, contundente y avasallador.
 
 
- Álvaro Cuadraes investigador y docente de la Escuela Latinoamericana de Postgrados. ELAP. ARENA PÚBLICA. Plataforma de Opinión. Universidad de Arte y Ciencias Sociales. ARCIS. Autor de La deserción de las masas (http://alainet.org/active/59339&lang=es)
 
https://www.alainet.org/es/active/62392
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