Fracasa la globalización

01/01/2001
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Un estudio de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en asocio con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), divulgado el 24 de febrero último, bajo el título "Una globalización justa", revela unos pocos méritos de la globalización, como una "mayor libertad para el intercambio de bienes, ideas y conocimientos" y el hecho de, gracias a los mercados globales, haber sacado de la pobreza a 157 millones de chinos. Pero no todo son flores en el informe de 168 páginas que contó con la participación de Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía. El número de los que viven con un dólar por día o US$ 30 por mes creció en todo el mundo. Las previsiones de que la globalización traería un crecimiento económico mayor para el planeta no se confirmaron. En 1990, el crecimiento medio del PIB mundial fue de 1,01%. En 2003, fue de 0,08%. Entre 1985 y 2000, tan solo 16 países en desarrollo crecieron más de 3%; 32 crecieron menos de 2%; y 23 sufrieron retroceso del PIB. Y, hoy, 6,2% de la fuerza de trabajo mundial está desempleada, ¡lo que equivale a 185 millones de personas! El documento de la ONU no esconde su preocupación ante este modelo, que prefiero calificarle como globocolonización, porque se trata de la imposición al resto del mundo del modelo imperante en los países desarrollados en el hemisferio Norte: el libre mercado como señor absoluto de la economía, halagado por el mito de que es capaz de, con un acto de magia, reducir las desigualdades sociales y asegurar empleos. "Existe una inquietud creciente acerca del rumbo que está tomando la globalización", dice el documento. "Sus ventajas están fuera del alcance de muchos, en tanto que los riesgos de su aplicación son reales. La corrupción aumentó. El terrorismo amenaza a las sociedades abiertas. El futuro de los mercados es cada vez más incierto. La gobernanza global está en crisis". La diferencia entre los países ricos y pobres aumentó desde el inicio de los años 90. Un pequeño grupo de naciones, que alberga apenas el 14% de la población mundial, domina la mitad del comercio mundial. A inicios de los años 60, la renta per cápita de las naciones más pobres era de US$ 212; la de los más ricos US$ 11.417. En 2002, la renta de los pobres había crecido 26%, pasando a US$ 267, en tanto que en los ricos creció 183,3%, alcanzando el nivel más alto de US$ 32.339. "Desde el punto de vista de la inmensa mayoría de hombres y mujeres", dice el informe, "la globalización no atendió a sus simples aspiraciones de empleos decentes y un futuro mejor para sus hijos". Los autores del estudio sugieren al comercio mundial reducir las barreras que impiden el acceso de los productos competitivos provenientes de países en desarrollo; proponen una nueva reglamentación a las inversiones directas extranjeras, para que se destinen al sector productivo; y apelan al sistema financiero para que apoye más resueltamente al crecimiento global sustentable. Hasta en Estados Unidos declina el optimismo frente a la globalización y al libre comercio. En 1999, 57% de la población con una renta superior a US$ 100 mil al año defendía el libre comercio. Hoy, solo 20% lo hace. Y la proporción de los que defienden el fin del libre comercio saltó de 17% en 1999 a 33% en 2004. (Cf. Centro de Estudios Internacionales, Universidad de Maryland, 2004). Esto significa que la clase media americana ya comienza a sentir los efectos negativos de la globocolonización. Empleos de alto nivel están siendo transferidos a otros países, por salarios más bajos. Y el desempleo amenaza. Ahora, el 40 % de la población de Estados Unidos considera positivo el actual modelo de globalización. En 1999 era el 53%. Desde el inicio del gobierno Bush, en enero de 2001, más de 2,5 millones de puestos de trabajo fueron cerrados en Estados Unidos. (Traducción de ALAI). * Frei Betto es escritor, autor de "Gosto de Uva" (Garamond), entre otros libros.
https://www.alainet.org/es/active/6262
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