"¿Cuánto más tenemos que aguantar?" La pregunta llena de resignación viene de Candelaria Chub de la comunidad de Paraná en el valle de Polochic en Guatemala. Candelaria Chub fue desalojada de  junto con otras 769 familias en 2011 para dar paso a monocultivos de caña de azúcar de la empresa Chabil Utzaj.

 

Entrevisté a Candelaria durante un viaje a Polochic que hice en Noviembre el año pasado, pero por falta de espacio en  los artículos que después escribí su testimonio nunca fue publicado. Sus palabras se quedaron grabadas en mi memoria y Candelaria tiene mucha razón al hacer su pregunta. Desde visita en el valle de Polochic la situación no ha cambiado. El presidente de Guatemala, el ex general Otto Pérez Molina, todavía no ha cumplido con lo que prometió  el año pasado  - de entregar tierra a la gente desalojada de Polochic, a pesar de la presión que están haciendo organizaciones nacionales e internacionales. La población del valle  de Polochic todavía vive en condiciones extremadamente difíciles. Mientras tanto, la demanda de etanol producido a partir de caña de azúcar, sigue siendo alta en Europa.

 

Ahora es el momento de que la historia de Candelaria Chub sea escuchada. Por lo tanto, dejo el espacio que queda de mi columna para su testimonio:

 

"Teníamos cultivos de arroz, yuca, chile y frijoles y cuando llegaron quemaron todo. Nos amenazaron. Después de los desalojos no teníamos adónde ir. Las familias de mi pueblo quedamos en las cunetas de la carretera. Los guardias de Chabil Utzaj llegaron y empezaron a intimidarnos y durante la noche nos atacaron de nuevo, pero mantuvimos la resistencia. Me entristece que todavía, después de los años 80, estemos sufriendo.  ¿Qué debemos hacer ahora? ¿Y qué va a hacer el gobierno? Aquí estamos en la comunidad de 8 de Agosto donde estamos viviendo en casas temporales que no son las nuestras. Hasta que el gobierno nos dé un pedazo de tierra entonces ahí nos vamos a sentir contentos.

 

Aquí estamos enfermos, no tenemos para comer, no hay trabajo, es una pobreza que vivimos. Me siento decepcionada, triste. ¿Por qué es la vida así para los indígenas en Guatemala? Nos están explotando y qué podemos hacer? ¿Cuánto más tenemos que aguantar? El gobierno no nos ha atendido, pero ha venido apoyo de organizaciones y por lo tanto estamos aquí. Espero que pueda haber una solución y es importante informar sobre esto. Desde los ochenta hasta la fecha de hoy hemos sufrido y siempre hay respuestas, hay respuestas de balas, respuestas de intimidad, siempre la muerte nos ha respondido.

 

Siento lágrimas. Vivimos el desalojo, vivimos los ataques que nos han hecho, pero no hay justicia y por eso estamos sufriendo.“

 

 Periódico: Folket