Golpe en proceso en Venezuela, una demostración en clave de multitud

18/04/2013
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El 8 de diciembre, el Presidente Hugo Chávez Frías, anuncia al mundo sobre una intervención quirúrgica urgente que podría tener entre sus consecuencias, una causa sobrevenida que no le permitiera asumir el mandato que el pueblo venezolano le otorgó el 7 de octubre.
 
 Este hecho, en sí mismo, marcaría nuevos escenarios para la política nacional e internacional. Indudablemente, desde ese momento, se crea una ventana de oportunidades a los sectores plutocráticos y oligárquicos de la derecha internacional y nacional, para la toma de poder en Venezuela. La construcción de escenarios asociados a la producción de una prospectiva de ingobernabilidad definiría el campo de los contenidos de la intensa campaña electoral. La mimesis discursiva del candidato opositor con las propuestas del gobierno, la puesta en escena de una gestualidad imitativa y la retórica neoconservadora de crisis de la democracia como crisis de gobernabilidad definió el terreno de actuación de las fuerzas reaccionarias al gobierno.
 
El vínculo nacional-transnacional se fundió con un único objetivo posible: la toma de este objeto deseado y largamente postergado, retornar al poder político y económico en Venezuela. En sentido estricto, una hoja de ruta para una política de restauración para apoderase de la riqueza petrolera.  
 
Unidos en la consigna del gobierno de los mejores, lo que equivale a decir la defensa manifiesta de los intereses de la plutocracia y la oligarquía transnacional, y en la necesidad de extirpar y destruir las experiencias político-populares de los gobiernos de izquierda latinoamericanos, la derecha neoliberal-neoconservadora internacional ha lanzado públicamente un manifiesto de guerra contra los pueblos de la región. En este contexto, los esfuerzos fundamentales del encuentro en la ciudad de Rosario en Argentina, se centraron en la eventualidad de un cambio de gobierno en Venezuela, en el marco de las elecciones del 14 de abril. La importancia geopolítica y geoestratégica del país no es puesta en duda. Obviamente, esta proclama de guerra informacional asimétrica supone un Consenso con Washington. Por tanto, el financiamiento de la USAID a ONG´s alineadas a los objetivos del Departamento de Estado de los Estados Unidos, la política de diplomacia transformacional, la Cartelización Mediática y el trabajo de los durmientes en nuestro territorio, se convierten en moduladores de la cadena de acontecimientos que se manifiestan de manera visible en el actual guión de Golpe en Proceso en Venezuela.
 
Pero, también, unido a procesos inducidos como el desabastecimiento de productos esenciales de alimentación e higiene personal, como a problemas estructurales y reivindicaciones reales realizadas a la gestión gobierno, como la inseguridad, la inflación y los cortes de energía eléctrica. Esta compleja cartografía configura una producción de condiciones subjetivas y objetivas para la inseminación del guión conducido públicamente por Henrique Capriles Radonski sobre la veracidad de los resultados electorales. Las guerras de cuarta generación tienen un carácter cognitivo. Se lucha en el campo de la psique de los pueblos.
 
La producción de condiciones subjetivas y objetivas funciona vinculando y entrelazando las frustraciones del mundo de vida con el objeto de las privaciones representadas por el gobierno y su figura visible el Presidente Nicolás Maduro. Esta reorientación de las descargas de energía libidinal en forma de guión, adquiere sentido y eficacia simbólica, en la medida que se ha anidado esta construcción discursiva en buena parte de la colectividad nacional. Ahora bien, como funciona el guión del Golpe en Proceso. Primero, un dispositivo tecno-político invisible, subrepticio y recursivo cimentado en la construcción de un sentido común mediante talleres, seminarios, foros e investigaciones con fachadas democráticas en distintos lugares de la geografía nacional, que ha venido configurando un ámbito fundamental de producción subjetiva. De allí, la importancia de defender el financiamiento internacional de las ong´s como mecanismo central para la obtención de recursos financieros para las campañas electorales, como para la construcción de consensos opositores.
 
Los call center privados devinieron en centros de operaciones e intercambios para la movilización en red. Este recurso sigue operando con eficacia. En segundo lugar, la diplomacia transformacional que supone la presencia permanente de enviados estadounidenses basados en la superioridad moral de los Estados Unidos y tiene como objetivo medular el cambio de régimen. Su presencia tiene una vasta influencia en círculos de toma de decisión. Tiene una doble mediación. Por un lado, el trabajo interno de búsqueda de aliados políticos, militares y económicos a una eventual conspiración, unido a la desactivación de las capacidades movilizadoras como parte integral del desarrollo del guión. Por el otro, la mediación externa, que tiene un conjunto multiforme de portavoces. Las declaraciones realizadas el martes 16 de abril, por Patrick Ventrell, portavoz oficial del Departamento de Estado, que siembran dudas sobre la validez del proceso electoral son cuidadosamente diseminadas. Posteriormente, el Secretario del Departamento de Estado John Kerry se hace eco de la misma línea discursiva. Estas declaraciones contribuyen a generar situaciones de inestabilidad política. Activan escenarios de mediano plazo. Se convierten en señales para la calle. En este sentido, se auscultan actores políticos, militares y económicos con el objetivo del cambio régimen.
 
Por último, la cartelización mediática de las grandes empresas de información en tanto operadores anafóricos como -Fox News, CNN, ABC, NBC, y sus contrapartes en Europa y América Latina expresan, filtran, seleccionan y visibilizan el sentido preciso de los acontecimientos y sus portavoces fundamentales. El formato de la entrevista sirve para construir la credibilidad en el entrevistado. El primer plano y la imagen fija de los portavoces de la oposición contrastan claramente con la informalidad y el movimiento de los entrevistados del gobierno.
 
Esta forma del encuadre mediático contribuye a crear credibilidad en determinados actores políticos o en el caso contrario restársela a los otros. Los programas especiales de CNN dedicados a las elecciones venezolanas pueden mostrar el tiempo, la recurrencia y los contenidos del debate fundamental para el cartel mediático. Un claro ejemplo: es la solicitud ilegal del conteo de los votos. Esta cuestión aparentemente simple supone una violación consciente de la soberanía de nuestro entramado jurídico. En tanto el proceso electoral es electrónico con validaciones previas y posteriores de las máquinas. Validaciones que cuentan con las experticias de técnicos de cada uno de los candidatos. Y, sobre todo, con verificaciones ciudadanas.
 
El conteo es electrónico. No hay otro posible. La eventual solicitud no cumple con la regla de oro para la repetición de elecciones. En tanto la automatización eliminó la discrecionalidad partidista del acto de escrutinio de la votación. Por el contrario, la cartelización mediática se encarga de manufacturar el consenso alrededor de la ilegal y delincuencial solicitud del candidato opositor. Esta solicitud se inscribe en la necesidad de producir las condiciones subjetivas y objetivas del Golpe de Estado. Pues, se configura como un ataque frontal a las instituciones del Estado venezolano. Al desconocimiento de su entramado normativo. La incitación a la Stásis (guerra civil) se convierte en el programa político subrepticio de la oligarquía venezolana.
 
Renunciando a cualquier escrúpulo legal y ético la entrevista con medios internacionales de Henrique Capriles Radonski, se relaciona directamente con la agenda de la cartelización mediática. El gobierno es presentado como un otro violento, irracional, ilegal y corrupto. Se invisibiliza el acto democrático y cívico del domingo 14 de abril. En esta dirección, los hechos de violencia del 15 y el 16 en las avenidas del este de Caracas son presentados como productos de infiltrados del gobierno. El guión de las revoluciones de colores comienza a delinearse. Las muertes y la violencia multifocal son causadas por la ineficacia estatal.
 
Pero, además, las presuntas pruebas del fraude electoral no se consignan ante los órganos administrativos competentes del Poder Electoral sino se presentan al mundo para justificar la intervención externa del sheriff global. Todo este guión, es cuidadosamente sobreactuado, con reiteradas autoproclamaciones realizadas en clave de semántica democrática. Las constantes alusiones a soy un demócrata prueban el léxico dominante de la rueda de prensa. La prueba soy yo créanme se convierte en el operador nodal del Golpe en Proceso. Es decir, la puesta en escena se transmuta en carga de verdad. El punto central es la de trasladar las causas de la violencia al otro agresor para construir el imaginario que justifique la intervención externa con el objeto de restaurar la democracia representativa.
 
El Caballo de Troya es inicialmente político-institucional. Un acontecimiento debe crear otro acontecimiento esa es la tarea inmediata del guión de la Stásis. El sujeto de este guión, no aparece en la escena, se hace invisible. Es indispensable, interrumpir este exceso democrático, en tanto el enemigo central de la plutocracia y la oligarquía transnacional son la diseminación de las conquistas sociales, políticas y culturales de las mayorías populares de la región. Ese desborde discursivo asociado al socialismo debe ser conjurado y excluido de la nueva semántica de la democracia representativa.
 
Desde esta perspectiva, la reconciliación y el diálogo, suponen un retorno fraternal y cínico, en cuanto oxímoron al mundo jerárquico de los desiguales. Y por consiguiente, un abandono explicito del horizonte socialista abierto por el Presidente Hugo Chávez Frías desde el año 2005. Obviamente, entre los retos fundamentales del Presidente Nicolás Maduro se encuentra la evaluación rigurosa de la facticidad de los resultados electorales. Resultados que deben abrir en términos normativos una profunda revisión crítica de la gestión su eficiencia y eficacia en los próximos años.
 
Un repensar el proyecto socialista para hacer irreversible el cambio político-cultural. Principalmente, en cuanto la migración electoral de sectores populares a la seducción discursiva de la derecha. En este caso, es necesario retomar los espacios públicos de la multitud como espacios de construcción de un sentido socialista, plural, comunal y democrático. Este proyecto histórico ha formado parte de las grandes luchas de resistencia y emancipación de los pueblos de la región. La senda de la Patria Grande es un legado insoslayable que debemos continuar.
 
 
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