Asumió Correa

"Ecuador jamás será colonia de nadie"

23/05/2013
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De esa manera lo expresó el presidente Rafael Correa al asumir su segundo mandato, ante el pleno de la Asamblea Nacional de ese país sudamericano, en referencia a la continuidad del proyecto emancipador por el que atraviesa esa nación. También Destacó los progresos en materia social y llamó a erradicar la pobreza.
 
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, inició hoy un nuevo mandato de cuatro años con el "imperativo" de terminar con la pobreza, la promesa de que su país "jamás será colonia de nadie" y la convicción de que "no hay tiempo que perder" para lograr la consolidación de las transformaciones que puso en marcha desde su asunción, en el 2007.
 
En su extenso discurso ante la Asamblea Nacional, tras cumplir con el juramento formal del cargo, Correa renovó sus cuestionamientos a los medios hegemónicos y a la Corte Interamericana de los derechos Humanos (CIDH), destacó a su país como "el que más redujo la desigualdad" y puso de relieve los "profundos y positivos cambios" en lo político, lo económico y lo social.
 
El comienzo del nuevo mandato se dio ante una decena de jefes de Estado, vicepresidentes, cancilleres, delegaciones gubernamentales y de organismos internacionales, que aplaudieron a un Correa vestido de terno oscuro y camisa con bordados indígenas, y con la banda presidencial con la leyenda "Mi poder en la Constitución".
 
Correa llegó al recinto de la mano de su esposa, la belga Anne Malerbe, y acompañado de dos de sus hijos, Anne Dominique y Miguel Rafael. Sofía, su tercera hija, está en Francia, donde cursa estudios universitarios, según consigna la agencia Andes.
 
En su alocución, el mandatario subrayó que Ecuador es una de las economías "más dinámicas de América Latina", con un crecimiento promedio en los últimos años de 4,3 por ciento, y destacó que en su Gobierno más de un millón de ecuatorianos dejaron de ser pobres. "Vencer la pobreza debe ser un imperativo moral", afirmó.
 
Ganador en primera vuelta en los comicios de febrero y con una mayoría de 100 sobre 137 bancas en la AN, Correa rechazó las "aberrantes" diferencias en la concentración del ingreso en la región que impiden "una vida digna" a la población y se declaró "orgulloso" de que Ecuador sea el país que "más reduce desigualdad" en América.
 
"Hasta que la pobreza sea borrada de la patria grande, por esa segunda independencia, luchamos y avanzamos", expresó, y volvió luego a la idea de la unidad regional, al poner de relieve que su país "ya no está solo contra el mundo, porque quedan millones de Kirchner, millones de Chávez para continuar con el sueño de la Patria Grande".
 
Consideró luego a la Corte IDH como "un instrumento de política exterior de los Estados Unidos", un lugar que también le asignó a la OEA, y lamentó que algunas organizaciones "tratan peor a los gobiernos democráticos que a las dictaduras que devastaron a América Latina".
 
"Es irracional que incumplan descaradamente las cartas de derechos humanos con un bloqueo injustificado a Cuba. No permitiremos que la burocracia se coloque encima de nuestros estados, y tampoco estamos dispuestos a ser colonia de nadie", expresó.
 
En la misma línea, dejó en claro que la región "no permitirá una misión política de doble moral" y celebró que América Latina es "digna, soberana y ya no es patio trasero de nadie".
 
Después, se quejó por el "linchamiento mediático de los poderes fácticos y la burocracia de siempre" contra Ecuador y se pronunció en favor de un "control social" sobre los medios de comunicación, a cuyo rol le dedicó un buen tramo del discurso.
 
Lamentó el mandatario que se quiere mitificar a los periodistas como "heroicos luchadores contra gobiernos despóticos que no aguantan ninguna crítica", cuando "la verdad es que la realidad de América Latina es más cercana a gobiernos con una inmensa legitimidad democrática, jugándose hasta la vida por superar las injustas estructuras, perseguidos inmisericordemente por periodistas sin escrúpulos y por un poder mediático muchas veces mayor al poder mismo del Estado".
 
Entre los abusos de la prensa, Correa reseñó es que "no informa sobre conflictos sino que los buscan, los inducen, los crean, los anhelan para vender más periódicos, y en el caso de gobiernos insumisos, como el de Ecuador, para sojuzgarlos".
 
"Creemos en la construcción de medios plurales que expresen las distintas voces de la ciudadanía; medios comunitarios, públicos y privados. Creemos en la democratización del espectro radioeléctrico, promovemos la generación de una ciudadanía crítica que pueda exigir su derecho a la información y comunicación y ejercer el control social sobre los medios para que no abusen de su poder", dijo.
 
Al volver a su tarea al frente del Ejecutivo, ratificó que está "para servir al pueblo" y cambiar "las relaciones de poder en función de las mayorías", y enumeró el aumento en la inversión pública, la renegociación de la deuda externa y la renegociación de los contratos petroleros como logros.
 
Pidió a su equipo de trabajo mucha más eficiencia para avanzar en el plan de gobierno "sin prisa, pero sin pausa" y al ratificar que esta será su último período -lo obliga la Constitución y ya anunció que no buscará modificarla- se oyó en la sala un rotundo "¡No!" de los presentes.
 
El juramento se lo había tomado la presidenta de la Asamblea, Gabriela Rivadeneira, la primera mujer al frente del legislativo, un rato después de que Paulina Aguirre, ganadora del Grammy Latino 2009, cantara el himno y el grupo "Niños Cantores del Pueblo" interpretaron "Cómo será la Patria".
 
Después, Correa fue en un auto descubierto hacia el Palacio Carondelet, donde encabezó un almuerzo con las delegaciones extranjeras y más tarde fue la figura de un acto de "posesión popular" que se realizó en el Parque Bicentenario, en el exaeropuerto de Quito.
 
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