Los resultados del referéndum
18/07/2004
- Opinión
Llegó el 18 de julio en medio de un aluvión de
propaganda oficialista que identificaba el SÍ al
Referéndum con el SÍ al país (incluido el chantaje del
Presidente que amenazaba con irse si el resultado no le
fuera favorable), pero también en medio de un aluvión
de posiciones y consignas críticas, que iban desde las
amenazas de boicot (llegando a la quema de ánforas, y
a la pintoresca advertencia del Mallku Felipe Quispe de
que podría declarar estado de sitio en sus
territorios…) hasta la consigna de voto pifiado,
pasando por las consignas de abstención, de voto en
blanco o de voto negativo a diferentes preguntas (la
NFR planteaba el voto nulo, el MAS planteaba el NO a
las preguntas 4 y 5; el MNR planteaba el NO a la
pregunta 3; el Movimiento Sin Tierra planteaba el NO a
las preguntas 2 a 5; la Coordinadora de Defensa del
Gas el voto "Nacionalización"). Sin embargo el peor
enemigo del Referéndum no fueron las amenazas y
consignas hostiles sino la ola de frío y lluvia que
azotó durante la noche y la madrugada a todo el país;
pese a todo, la jornada discurrió con harta normalidad
(sin contar la masiva presencia militar y policial en
todos aquellos lugares donde había temores de algún
tipo de sabotaje) y al final del día empezaron a
conocerse los resultados. Sin que éstos sean oficiales
(no lo serán hasta pasadas tres semanas), estamos en
condiciones de hacer un primer análisis de los mismos.
El boicot
Simplemente no lo hubo, con excepción de un intento en
la zona de Senkata (El Alto) que fue sofocado por la
Policía y por los propios electores. Esto significa
que las declaraciones y amenazas de los dirigentes
eran bravatas, y que una vez más no se estaba teniendo
en cuenta el real estado de ánimo de las masas, que no
es el de volver a los enfrentamientos de octubre. La
población activa (para diferenciarla de una mayoría de
población que podemos llamar pasiva, como siempre
ocurre en la vida política) es claramente partidaria
de buscar primero soluciones por la vía pacífica y
legal. Cierto que la militarización del país
(especialmente en el departamento de La Paz) era un
elemento disuasorio nada despreciable, pero también es
cierto que cuando el estado de ánimo de las masas es
beligerante esos elementos disuasorios suelen resultar
inútiles, cuando no contraproducentes. Los dirigentes
siguen sin consultar de verdad a sus bases.
La abstención
Como promedio fue del 40 por ciento. Comparado con el
índice de abstención en actos electorales, es alto.
Comparado con los índices de abstención que por lo
visto se han dado en referéndums de otros países
(latinoamericanos y europeos) resulta más bien bajo.
Pero cuando el Presidente y sus portavoces hacen
hincapié en este dato, y más bien felicitan al pueblo
por el alto cociente de participación en el
referéndum, no tienen en cuenta que aquí el voto era
obligatorio (so pena de sanciones), y que por tanto la
abstención tiene en muchos casos un contenido de
rechazo activo, incluyendo el desafío a esas
sanciones. Teniendo esto en cuenta, el índice de
abstención es elevado, si bien no hay elementos para
calcular qué porcentaje (de ese 40 por ciento) se debe
a actitudes de rechazo y qué porcentaje a simple
desinterés, apatía o flojera. De todas maneras habrá
que tenerlo en cuenta a la hora de valorar los
resultados finales.
Votos nulos y votos en blanco
Intencionalmente hace tiempo que se ha suprimido la
categoría de voto "pifiado" (el que se burla de los
candidatos, o en este caso de las preguntas, o las
critica radicalmente) y se lo ha identificado con el
voto nulo (el que es fruto de ignorancia o error) y por
tanto no se cuenta; por tanto tampoco podemos saber
cuántos han sido los votos por la consigna de
"nacionalización". En todo caso no han sido muchos, en
el mejor de los casos un 15 por ciento, en el conjunto
del país escasamente un 10 por ciento; no se puede
considerar por tanto que haya sido una consigna
altamente exitosa, aunque sí significativa.
Lo mismo cabe decir del voto en blanco (que es un voto
válido, pese a que los medios de comunicación lo están
tratando como si fuera nulo), que en todo caso
representa una posición consciente y por tanto crítica
(la perplejidad también tiene un contenido crítico,
quiere decir que las preguntas no están claras o no
convencen). El promedio de votos en blanco también
ronda el 10 por ciento. No es un porcentaje elevado,
pero si se suma al del voto nulo (y a la abstención)
relativiza en cierta manera el resultado final, como
luego veremos.
El SÍ y el NO
En las tres primeras preguntas (de manera particular en
la segunda) el SÍ ha sido arrollador, cerca del 90 por
ciento (sin contar los votos en blanco), y esto de
manera pareja en todo el país. Era previsible que así
fuera (como lo advertimos en su momento, ver boletín Nº
6) pues se trataba de preguntas formuladas de tal
manera que para la gran mayoría de la población
resultaba imposible responder negativamente. Es de
notar que el Sí a la tercera pregunta fue poco inferior
al SÍ a favor de las dos primeras; por tanto la
consigna específica del MNR (votar NO a la tercera
pregunta "para salvar el Bonosol") no sirvió para nada.
No se puede decir lo mismo de la consigna del MAS (NO a
la cuarta y quinta) ya que las dos últimas preguntas
obtuvieron elevados porcentajes de respuesta negativa,
en especial la pregunta cuarta (que más allá de lo que
dijera el MAS toca un punto muy sensible de la
conciencia nacional como es la cuestión marítima). En
esta pregunta parece haber ganado el SÍ por un 53-55
por ciento (contra el 45-47 por ciento de NO), y en el
departamento de Potosí ganó por muy poco el NO. La
quinta (exportación del gas) anda alrededor del 64 por
ciento de respuesta positiva.
En conclusión
El Presidente se muestra feliz porque el Referéndum fue
un éxito, fue una "fiesta de la democracia" y fue un
"triunfo para Bolivia". Sin embargo los cálculos
estadísticos (en la medida en que son posibles sin los
datos definitivos) arrojan resultados más matizados.
Sólo el 30 por ciento de la población en edad de votar
ha dado un SÍ a la pregunta que el propio Presidente
considera clave (en coincidencia con el Comité Cívico
de Tarija, el más claro aliado de las transnacionales
petroleras), que es la referida a la exportación; y
menos de un 26 por ciento de la población real aprueba
la política marítima del Presidente. Cierto que las
tres primeras preguntas no ofrecen duda en cuanto a su
aprobación, pero en cambio ofrecen tremendas dudas en
cuanto a su interpretación. De hecho el jefe del MAS ya
ha anunciado que exigirá que se cumplan esas preguntas
en el sentido de la nacionalización de nuestros
hidrocarburos, es decir en el sentido de la reversión
de los contratos suscritos con las transnacionales,
cosa que los voceros del Gobierno siempre han explicado
que no es su intención.
Como habíamos advertido, el peligro es que después del
gran esfuerzo del Referéndum volvamos a fojas cero,
porque aunque éste sea vinculante al abrogar la Ley
1689, ahora es el Congreso el que tiene que aprobar una
nueva ley (¿la del presidente Mesa?, hay por lo menos
otras tres propuestas en mesa) y es la población la
que tendrá que decidir si está de acuerdo con esa
nueva ley. Y sobre todo será la población la que
inevitablemente exija que los resultados del Referéndum
redunden en una mejoría de la crisis económica
(expresada básicamente en el desempleo). A favor del
Presidente (y de las transnacionales) está la des-
coordinación de los movimientos sociales, pero está en
su contra la realidad inexorable de la pobreza que no
se puede solucionar sin la recuperación real de
nuestros recursos naturales. Formalmente, el
Presidente ha recibido el espaldarazo que deseaba;
pero precisamente por eso ahora está sometido a
expectativas que no podrá satisfacer.
* Centro de Documentación e Información Bolivia
(CEDIB), Bolivia Press 2004, Nº 9 (19 de julio).
(ndr)
Preguntas del Referéndum Vinculante del gas 2004
1. ¿Está usted de acuerdo con la abrogación de la Ley de Hidrocarburos 1689 promulgada por Gonzalo Sánchez de Lozada? Si No
2. ¿Está usted de acuerdo con la recuperación de la propiedad de todos los hidrocarburos en boca de pozo para el Estado boliviano? Si No
3. ¿Está usted de acuerdo con refundar Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) recuperando la propiedad estatal de las acciones de las bolivianas y los bolivianos en las empresas petroleras capitalizadas, de manera que pueda participar en toda la cadena productiva de hidrocarburos? Si No
4. ¿Está usted de acuerdo con la política del presidente Carlos Mesa de utilizar el gas como recurso estratégico para el logro de una salida útil y soberana al océano pacífico? Si No
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