¿Dónde queda el debate?

05/09/2004
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Con relación a mi artículo "Costa Rica: pudimos haber logrado mucho más", en el cual hago una crítica del acuerdo alcanzado la semana anterior tras las protestas de transportistas y otros sectores, es necesario aclarar que aunque soy un activista que participo permanentemente en el Encuentro Popular (Costa Rica), los criterios expresados en dicho artículo son estrictamente mi lectura de las cosas, y no la posición del Encuentro Popular como tal. Lo mismo vale para el presente artículo. Hecha esta aclaración, deseo hacer algunas otras aportaciones. A raíz del artículo, algunas personas (las menos) me han externado su desacuerdo con mis aseveraciones e interpretación de los hechos recientes, razonando sus diferencias. Y otras (las más) no han hecho sino descalificar a priori mis observaciones. Pienso que mi lectura o interpretación no debe ser necesariamente compartida por los demás, pero ante la descalificación me pregunto: ¿dónde queda el debate? Formamos parte de una comunidad política, por así decirlo, que solo puede alimentarse de la sana discusión de ideas, especialmente cuando son contrapuestas. Ojalá no caigamos en llamarnos "democráticos" más por miedo al disenso que por respeto del otro y por falta de capacidad para discutir nuestras experiencias y lecturas acerca del accionar de nuestras organizaciones y nuestra sociedad. Las protestas que iniciaron el lunes 23 de agosto y concluyeron el pasado 30 del mismo mes, constituyen un movimiento social de enorme significación en el momento actual. Demostraron que existe un profundo descontento popular que se traduce en rechazo hacia el neoliberalismo y su paquete de "reformas", que han hecho a la sociedad costarricense cada vez más excluyente y por lo tanto polarizada. Demuestran que existe un enorme potencial movilizador dentro de la misma sociedad, y esa es una herencia de las luchas de los últimos años, como el "Combo ICE", en que las mismas comunidades fueron los actores de la lucha. Por este motivo, creo que hay que diferenciar entre el movimiento y el acuerdo alcanzado, que es hacia donde dirigí mi crítica de la semana pasada. Pero no obstante lo anterior, creo también que existieron (durante el movimiento)problemas de conducción y de prioridades de la agenda. Leyendo los medios de prensa de hoy (05 de septiembre 2004), es claro que la protesta fue enfocada solo sobre el tema de RITEVE y de los salarios del sector público, temas de enorme relevancia claro está, pero que por eso mismo se ha dejado de lado una lucha de fondo como la del TLC, que debería ocupar el lugar central en todos nuestros esfuerzos movilizativos. Sobre estos aspectos, no solo me parece importante sino que urgente, la realización de una reflexión y debate entre nuestras organizaciones, porque además debemos vincular las luchas más puntuales como RITEVE y salarios con los aspectos de una lucha de fondo como las que nos plantea el derrotar el TLC. Es claro también que existe en este momento una crisis interna dentro de la oligarquía gobernante y sus aliados. El gobierno de Abel Pacheco ha estado en crisis permamente desde su inicio, lo cual habla claramente de las crisis internas del bloque hegemónico. Me parece que dentro de este último, existe una fractura entre aquellos sectores que saldrán "perdedores" con el TLC y aquellos que ven en el mismo la consolidación de su poder. No en vano la figura de Oscar Arias es una pieza central en todo este rompecabezas. Pero, ¿cómo podemos canalizar en favor de nuestras luchas, las de los sectores populares, esta crisis del poder? Esa pregunta me parece más importante, que atribuirnos un supuesto triunfo tras la salida de Alberto Dent y Ronulfo Jiménez de sus cargos al frente del equipo económico, que muestra además las contradicciones en las que ha caído un presidente de la República que ya no sabe para donde coger. O Toledo, o todos los demás, parece ser la consigna del Gabinete. En todo caso, deseo alentar a mis compañeros y compañeras de las organizaciones sociales costarricenses a que, si difieren parcial o totalmente de mis criterios, podamos dar un debate que aliente el desarrollo del movimiento popular en nuestro país. La magnitud de nuestras luchas actuales nos lo pide, y debemos estar a la altura de nuestra época. Pero a la vez, pido que no actuemos mediante descalificaciones a priori ante la crítica recibida para que no seamos como Sísifo, cargando eternamente la misma piedra. * Gerardo Cerdas Vega
Encuentro Popular / Grito de los Excluidos
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