Ni siquiera chivos expiatorios
06/10/2013
- Opinión
La cómoda y oportunista costumbre en la religión judía, de buscar un par de chivos, para determinar al azar a cuál endiosan en gratitud por las buenas vibras y a cuál sacrifican para hacerle pagar y expiar los pecados, las culpas y los delitos perversos de toda la población, ha devenido en un fatal determinismo convertido en norma para las sociedades que destruyen las normas de ética y moral al permitir la nefasta impunidad.
Revisemos algunos aspectos del 30S, de los que el mundo entero vio en imágenes de TV y hasta ahora no se castiga a los autores:
Un periodista de Teleamazonas divulga que supuestamente hay pronunciamientos en varios cuarteles militares que respaldan a los policías insurrectos… y no pasa nada!
En el aeropuerto de Quito un grupo de uniformados suspenden las operaciones y se adhieren a la insubordinación… y no pasa nada!
Un sujeto le arranca al Presidente Correa la protección contra los gases lacrimógenos, mientras otros le patean la muleta y lo empujan… y no pasa nada!
El oficial Carrión, disfrazado de médico, pretende impedirle el ingreso del Presidente Correa al Hospital de la Policía… y no pasa nada!
Un grupo de policías en motocicletas irrumpe en el patio del Hospital y agreden a ciudadanos que espectaban los acontecimientos… y no pasa nada!
El dirigente del grupo de Lucio, Fidel Araujo, aparece en las imágenes hablando por celular en el teatro de los acontecimientos… y no pasa nada!
Un grupo de conocidos politiqueros penetra rompiendo puertas de la Televisión Pública… y no pasa nada!
La escolta policial, con personal identificable, impide el ingreso de asambleístas adeptos a País y obedece ordenes de Gilmar Gutiérrez cuando pretendían consolidar el golpe… y no pasa nada!
Otro grupo de asambleístas de oposición aparecen en un hotel reunido en la conspiración… y no pasa nada!
Estos pocos ejemplos demuestran que así como barrieron las huellas de los casquillos en el teatro de la batalla campal y ocultaron las pruebas de la extracción de armas y proyectiles del rastrillo policial, pudieron crear un biombo pseudo jurídico entre la Fiscalía General de Pesantez y los sectores policiales que se auto investigaban y dizque se auto sancionaban: ¡Una farsa en ambas instancias!
Bien que se creó una Comisión gubernamental para investigar este nefasto episodio que estaba bloqueado propiciándose la impunidad, so pretexto de que esas 2 instancias, en particular la Fiscalía, tenía el “derecho” de mantener estricta reserva de lo que investigaba… y no pasó nada!
En estos y los otros casos, ni siquiera hay un chivo que expíe las culpas ajenas…
- Alfredo Vera, escritor, periodista ecuatoriano, ex ministro de Educación - http://alfredovera-ecuador.blogspot.com
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