La izquierda apuesta a ser gobierno
Uruguay y las elecciones del 31 de octubre
18/10/2004
- Opinión
En una Latinoamérica que no se cansa
de dar sorpresas políticas y sociales, las elecciones generales
del último domingo de octubre en Uruguay anticipan más novedades.
De confirmarse las encuestas de mediados de mes, el Encuentro
Progresista-Frente Amplio-Nueva Mayoría -que reúne a una quincena
de corrientes, espacios y sublemas de izquierda- llegará al
gobierno por primera vez en su historia. "Un momento muy
particular" enfatiza en entrevista exclusiva Raúl Zibechi,
periodista, analista y escritor. Responsable de la sección
internacional del prestigioso semanario "Brecha" editado en
Montevideo. Autor de varios libros sobre movimientos sociales, el
último de los cuales se titula "Genealogía de la revuelta.
Argentina: una sociedad en movimiento".
P: ¿A escasos días de las elecciones, cuáles son las previsiones?
R: Todas las encuestas colocan en un primer lugar muy cómodo al
Encuentro Progresista-Frente Amplio-Nueva Mayoría. Las
previsiones de voto de la candidatura de Tabaré Vázquez a la
presidencia oscilan entre un mínimo de 46% hasta un 55% del
electorado según las diferentes empresas de sondeo. Lo más
destacado es que esta tendencia sigue consolidándose y en la
mayoría de las encuestas Vázquez obtiene más de la mitad de los
votos.
El Partido Colorado, que postula a su ex-ministro del interior
Guillermo Stirling, se acerca al 10%, lo que implicaría una
verdadera debacle para un partido que gobernó durante más de un
siglo. El Partido Nacional, cuyo candidato es el senador Jorge
Larrañaga, ex alcalde de la ciudad de Paysandú, cuenta con un 32%
de las intenciones de voto. O sea, puede darse prácticamente por
seguro que Vázquez será el próximo presidente de los uruguayos.
Frente Amplio: transparencia y producción
P: En un país conocido por su alta cultura política, ¿ha habido
una discusión programática de fondo durante el proceso pre-
electoral?
R: Una campaña electoral nunca es el mejor momento ni el ambiente
más propicio para debatir cuestiones de fondo. De todos modos,
hay diferencias marcadas así como perfiles y propuestas diversas.
El Colorado se presenta como el partido de la ley y el orden, así
lo dicen algunos de sus anuncios publicitarios, y sostiene que
gracias a su gestión en el actual gobierno se pudo superar la
crisis económico-financiera de 2002. Los nacionalistas toman
distancias del gobierno - en el que participaron durante la mayor
parte del tiempo-, ya que su gestión fue muy mala. Hay que
recordar que el país redujo su Producto Interno Bruto a la mitad,
la deuda externa es superior al producto anual y la desocupación
trepó hasta niveles históricos. La izquierda, por su parte,
propone dos ejes básicos: honestidad - transparencia y volver al
Uruguay productivo.
P: Hemos hablado de los partidos en disputa. ¿Cuál es el perfil
de los candidatos mismos?
R: Stirling, el oficialista, representa el continuismo con las
políticas neoliberales y con el tipo de gestión estatal
autoritaria hipercentralizada. Larrañaga, el más joven de los
tres, expresa una cierta renovación de su partido sobre todo del
interior del país, con una cultura más descentralista, pero sin
ideas nuevas en lo económico. Vázquez es la síntesis de la
izquierda uruguaya: profesional médico, busca cambios con
moderación. Es un excelente comunicador y el único candidato
limpio, en el sentido que no estuvo implicado ni en corrupción, ni
en autoritarismo, ni en las gestiones económicas que destruyeron
el país. Ha sido una constante en los últimos gobiernos de
coalición de nacionalistas y colorados los escándalos de
corrupción.
P: ¿Qué significaría en concreto una victoria de la izquierda?¿Y
una eventual o inesperada derrota?
R: Mirado en perspectiva, creo que en el corto plazo no habrá
grandes cambios. Si la izquierda no gana, seguiría la sangría de
la emigración, se agravarían los problemas sociales y sobre todo
la desesperanza. No olvidemos que Uruguay es el tercer país del
mundo en índice de suicidios y el primero de América Latina.
Los cambios, a corto plazo, vendrán por el lado de una mejor
gestión, más ordenada y transparente, a partir de la voluntad
política de distribuir recursos hacia los más pobres, el 30% de la
población y el 60% de los niños. De todos modos, el futuro de un
país tan pequeño y tan endeudado, dependerá en gran medida, a
mediano plazo, de lo que suceda con los gobiernos de Argentina y
Brasil, países de los cuales somos muy dependientes.
P: Antes de entrar a la temática geopolítica ¿la izquierda podría
gobernar sola o debería, como en el caso del PT brasileño,
establecer alianzas con fuerzas de centro o derecha?
R: La izquierda tendrá mayoría parlamentaria de modo que no
necesita hacer alianzas. Hay acuerdos con sectores sociales como
los productores agropecuarios, y algunos industriales, con la
intención de reactivar la producción, especialmente en los rubros
vinculados a la exportación. Hay propuestas de generar
agroindustrias, que pueden ser dinamizadoras del sector, ya que el
mercado interno es pequeño .
P: ¿Una victoria del Frente Amplio traería algo distinto y
novedoso con respecto a lo que vive Brasil luego de la victoria
del PT?¿Podría implicar un concepto-proyecto innovador ?
R: No creo. Las diferencias entre los gobiernos progresistas de
América Latina son de matices. Diría que entre Lula (Brasil),
Néstor Kirchner (Argentina) y Ricardo Lagos (Chile), hay muchas
más cosas en común que diferencias. Otra cosa es Venezuela, donde
la dinámica es muy particular y hay una clara tensión para salir
del modelo neoliberal. Hace pocos días, Tabaré Vázquez dijo que
su gobierno tomaría como referencias a los de Lula y Lagos. No
mencionó a Kirchner, quizá para no irritar a las clases medias.
Reforzar el polo anti-ALCA
P: ¿Qué repercusiones tendría una victoria de la izquierda
uruguaya para América del Sur y América Latina en su conjunto?
R: Consolidaría el polo de gobiernos que rechaza el ALCA (Acuerdo
de Libre Comercio de las Américas) y que procura establecer
relaciones menos dependientes con Estados Unidos y la Unión
Europea. También es posible que estos gobiernos fortalezcan el
Mercosur (acuerdo económico regional) , que está atravesando un
momento difícil. En todo caso, América Latina, y en concreto
Sudamérica, atraviesan una situación compleja. Se vive un
equilibrio muy inestable por la permanente incidencia de Estados
Unidos que ha hecho pie en Colombia, y desde allí presiona sobre
toda el área andina, Venezuela, Bolivia, Perú y Ecuador. Además,
Washington tiene una relación muy privilegiada con Chile, que pese
a tener un gobierno de izquierda ha sido muy pro- estadounidense.
Por otro lado, sólo Venezuela empuja con fuerza para re-equilibrar
estas presiones, acompañada por Brasil, quien sin embargo tiene
intereses más globales, que trascienden el continente. En este
contexto, la posible reconstrucción del Mercosur jugaría un papel
importante.
P: El tema de las relaciones entre movimientos sociales y partidos
políticos y poder estará bien presente en enero próximo en el 5to.
Foro Social Mundial de Porto Alegre. ¿ La actual dinámica
uruguaya podrá aportar sensiblemente a este debate? ¿Cuál es el
estado actual de los movimientos sociales en Uruguay?
R: Es un tema difícil y complejo. Las relaciones entre
movimientos y gobiernos de izquierda no han sido buenas. En
Ecuador, muy malas. En Brasil regulares, en Argentina navegan
entre la cooptación y la movilización. En Uruguay, los
movimientos pasan por un período de debilidad. El movimiento
obrero está muy golpeado por la desocupación y por que no ha sido
capaz de organizar a los "sin", es decir los sin trabajo, los sin
tierra, etc. como sucede en otros países del continente. De
todos modos, la fuerte tradición sindical y organizativa que
tenemos puede jugar a favor de una reactivación de las
organizaciones populares. Pero habrá que esperar, no soy muy
optimista en el corto plazo.
Perder el miedo
P: Para concluir: el tema de la recuperación de la memoria
colectiva adquiere una importancia significativa en toda América
Latina. ¿En qué medida esa temática también está presente o
marcará la eventual victoria de la izquierda uruguaya?
R: El ejemplo de Argentina debería servirnos de estímulo, en el
sentido que se pueden revisar leyes injustas del pasado (en
Uruguay se aprobó una ley con voto popular que otorga impunidad a
los militares genocidas), sin que haya ningún problema político de
desestabilización o peligro de golpismo.
Pero esto va a depender más que del gobierno, de la presión que
haga la gente. Los argentinos dicen que la dictadura terminó
efectivamente el 19 y 20 de diciembre del 2001, cuando la gente
salió a la calle a pesar del Estado de Sitio, perdiendo el miedo.
Ojalá que el gobierno de la izquierda represente, en lo simbólico,
el fin de nuestra dictadura, el fin del miedo que aún hoy nos
paraliza y hace que miles de jóvenes se vayan del país. Con sólo
eso, ya habría valido la pena.
Cómo relanzar la "Suiza de América"
Tal como lo subraya el periodista Raúl Zibechi el aparato
productivo del Uruguay, la otrora Suiza de América, "está
deshecho". Y agrega que " la crisis social es más honda que la de
Argentina, aunque menos visible por la presencia (Ndlr:
estabilidad) que aún mantiene el Estado uruguayo".
Algunos datos son ilustrativos de este país de 176 mil kilómetros
cuadrados y cerca de 3.4 millones de habitantes: la emigración en
las últimas décadas del 20%; más del 60% de la población activa
realiza tareas informales, está desocupada o subocupada; el
salario mínimo es el más bajo de la región con unos 50 dólares por
mes. Casi un 25% de los habitantes de Montevideo vive en
asentamientos irregulares ya que perdieron sus viviendas. " Estas
cifras dan una idea del terrible costo social que impuso el
neoliberalismo en Uruguay", enfatiza el Responsable de
Internacionales de "Brecha". Datos del último Informe del
Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo Humano (PNUD)
certifican ese deterioro acelerado. Mientras que , pese a la
profunda crisis, Argentina logró mantenerse en el puesto 34,
Uruguay pasó al sitio 46, luego de ocupar el 29 en 1990.
Con este marco de fondo, la reactivación productiva y el aumento
del crecimiento económico anual -por el momento el más bajo de
toda la subregión- aparecen como desafíos esenciales. La gran
pregunta que se presenta de cara a las elecciones, es ¿ con qué
modelo y proyecto de puede lograr la reactivación? Por el momento,
los principales dirigentes frenteamplistas se preocupan por
tranquilizar al mundo financiero internacional y sus
instituciones. Tal como lo señala Zibechi en un reciente análisis
publicado en ALAI (Agencia Latinoamericana de Información) Tabaré
Vázquez anticipó que Danilo Astori será su ministro de economía en
caso de ganar las elecciones. Luego de ofrecer sin éxito dicha
cartera a Enrique Iglesias, economista uruguayo que preside el
Banco Interamericano de Desarrollo (BID). En recientes
declaraciones de prensa, Astori - quien se considera discípulo de
Iglesias- salió en defensa del Fondo Monetario Internacional,
porque "no impone recetas y analiza resultados esperados y su
consistencia con el programa ofrecido" y destacó la preocupación
tanto del Banco Mundial como del BID por "los temas sociales".
https://www.alainet.org/es/active/6956
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