Maude Barlow en Montevideo: "El 31 de octubre, todos somos uruguayos"
18/10/2004
- Opinión
Esa fue la frase que repitió en todas sus aparicios públicas en
Uruguay la escritora canadiense Maude Barlow, quién realizó la
presentación de su libro Oro Azul en Montevideo, en respaldo a
la Campaña por el SÍ al agua. El próximo 31 de octubre el pueblo
uruguayo decidirá si agrega a su constitución una serie de
modificaciones hacia la consideración del acceso al agua y al
saneamiento como un derecho humano fundamental, restringiendo la
gestión de los recursos hídricos a la órbita pública y basándola
en criterios de sustentabilidad y participación social. Con
respecto a la experiencia uruguaya, Barlow afirmó que es muy
importante, porque por primera vez en el mundo, un pueblo tiene
derecho a elegir que es lo que quiere hacer con sus recursos
hídricos frente al poder de un grupo de políticos, agencias
gubernamentales, instituciones financieras multilaterales y
compañías internacionales del agua.
La activista aseguró que los ciudadanos de todas partes del
mundo tienen derecho a esperar que sus gobiernos garanticen el
derecho de las personas al acceso al agua potable. Sin embargo,
Barlow reconoció que las dificultades económicas que atraviesan
los países en desarrollo debido a las inmensas deudas externas
dificultan este objetivo, que de alcanzarse, representaría un
ahorro considerable para estas naciones. A continuación
transcribimos parte de una entrevista mantenida con Maude Barlow
durante su estadía en Montevideo.
¿Cuál es el motivo de tu presencia en Uruguay?
Estoy aquí para apoyar al referéndum, a mis amigos, esta gente
tan valiente que ha llevado a cabo este proceso. También para
que la gente de Uruguay sepa que todo el mundo está pendiente de
este proceso, ya que es el primero de este tipo. Lo que está
pasando aquí es muy, muy importante.
¿Por qué es tan importante?
Es tan importante porque es el primer ejemplo de democracia
directa, donde el pueblo tiene derecho a votar. En el mundo hay
un grupo de políticos, agencias gubernamentales, el Banco
Mundial y estas compañías del agua que se creen una especie de
"comando mundial del agua", una especie de ejército. Ellos toman
las decisiones acerca de la vida de las personas y su acceso al
agua. Nadie tiene la oportunidad de votar en este asunto, nadie
en el mundo, hasta ahora en Uruguay, donde han tenido la
capacidad de decir lo que quieren que suceda con su agua. Todas
las decisiones son tomadas por el Banco Mundial o por la
Organización Mundial del Comercio. Por eso esta experiencia es
tan importante, porque puede tomarse como precedente para su
aplicación en otros países y llevarse a las Naciones Unidas, que
es lo que estamos planeando hacer eventualmente con lo que se ha
hecho en Uruguay.
¿Cómo evalúas los procesos de privatización de recursos
naturales y especialmente del agua en los países de América
Latina?
Están fracasando. Había grandes esperanzas, porque se creía que
las compañías de agua iban a traer nuevas inversiones, pero no
sucedió así. Lo que estas compañías trajeron consigo fueron
inversores globales interesados en saquear los recursos locales
para su propio beneficio, usualmente el Banco Mundial o el Banco
Interamericano de Desarrollo y los propios gobiernos, que son
los que asumen los riesgos cuando son las compañías las que
obtienen los mayores beneficios. País tras país, estas empresas
cobran altos precios por el agua, que las personas no pueden
pagar, los estándares están cayendo, por lo que el agua que
ofrecen no es de calidad. El agua de calidad es para la gente
rica o para las áreas turísticas. Están compañías están
involucradas en actos de corrupción, de chantaje. Sus contratos
por lo general son hechos en silencio. De hecho "The Economist",
un periódico conservador de Londres, dijo el mes pasado en un
artículo que el "experimento de la privatización" está
fracasando en el mundo en desarrollo debido a la presión de los
grupos y personas locales que no quieren a estas compañías allí.
¿Existen alternativas reales a la gestión privada del agua?
Si, los ciudadanos de todas partes del mundo tienen derecho a
esperar que sus gobiernos los provean de agua potable de
calidad, de forma que no esté basada en criterios de ganancias.
Cada ciudadano del mundo tiene ese derecho, debemos saberlo. Sin
embargo, es cierto que en muchos lugares del mundo,
principalmente en los países en desarrollo no hay suficiente
dinero, porque estos países deben mucho dinero al Norte, o han
perdido el control de sus recursos hídricos por haberlo
privatizado. La alternativa a estos servicios que buscan las
ganancias es un buen gobierno, un servicio local sin fines de
lucro por parte del sector público. Tenemos derecho a exigir
esto. Es algo que está pasando exitosamente en muchas partes del
mundo, y es más barato, porque no hay inversores. Cuando una
compañía privada es la que provee el agua, se lleva el 15 o
incluso el 20 por ciento de cada dólar público y se lo envía a
los inversores. Eso no es necesario si el servicio es público.
Quizá exista un rol para las empresas privadas en algún sector,
eso habría que discutirlo, pero no creemos que exista un rol
para las corporaciones con fines de lucro en los servicios del
agua, porque es un derecho humano, y eso hay que tenerlo claro.
El proyecto de reforma constitucional de Uruguay dice que la
gestión del agua debe estar en manos del Estado. ¿Pero qué
sucede en aquellos países donde existen comunidades indígenas o
campesinas?
Lo que nosotros queremos es que el Estado garantice el derecho
al agua, pero en algunas oportunidades, la gestión puede ser más
localmente controlada. Por ejemplo en México y Nuevo México, en
Estados Unidos y México, hay comunidades en las que el agua es
compartida y distribuida de acuerdo a criterios como el tamaño o
edad de las familias. Esas decisiones son tomadas por las
comunidades. Creo que existen muchas formas en que puede hacerse
esto, pero fundamentalmente, el rol del Estado no es proveer el
agua en ciudades grandes como Montevideo, sino garantizar que
las personas tengan derecho al acceso a agua potable, a tomar
las decisiones acerca del agua ellos mismos, y no tener empresas
privadas decidiendo por ellos.
Cambiando de tema, ¿cual es la situación de los recursos
naturales y particularmente del agua en Canadá?
En Canadá tenemos mucha agua, pero no la cuidamos, por el
contrario hemos descuidado nuestra agua. Siempre digo en Canadá
que tenemos que pensar muy cuidadosamente este asunto, porque
cuando el mundo venga buscando agua, debemos estar preparados
para ello. Nuestra gran preocupación en Canadá es que Estados
Unidos se está quedando sin agua. California, Florida, incluso
la cuenca de Chicago están en problemas. El nivel de los grandes
lagos está disminuyendo. Estamos convencidos de que cuando
Estados Unidos necesite nuestra agua vendrán por ella, y no será
necesario que traigan un ejército con ellos, porque ya hemos
firmado un acuerdo de libre comercio dándoles acceso al recurso.
Por lo tanto, es una preocupación para todos los canadienses el
hecho de tener un control soberano sobre el recurso, porque ha
hemos entregado el control soberano sobre nuestra energía y no
queremos que pase lo mismo con el agua.
¿Qué puedes decirme acerca de tu libro "Oro Azul"?
El libro es un análisis de la crisis ambiental y de derechos
humanos del agua, de la crisis mundial del agua. El libro cuenta
la historia del "oro azul", de cómo el agua se ha vuelto
interesante para las corporaciones, y cómo los pueblos y
comunidades están luchando para recuperar su agua. El libro ha
sido traducido a 15 lenguajes en más de 40 países. Es muy
gratificante ir a otro país y que alguien te diga que tu libro
lo ha ayudado a tomar posición acerca del tema. Nos hemos
reunido con políticos locales que han leído el libro y nos han
dicho que los ayudó a tomar posición, a decidirse a luchar por
el agua. Nunca se sabe cuál será su alcance, quién va a leerlo y
qué impacto va a tener en las personas. Espero que haga una
diferencia.
* Luciana Vaccotti. www.radiomundoreal.fm
https://www.alainet.org/es/active/7018