Entre el norte y el sur

30/01/2014
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El Salvador, uno de los 6 estados de Centro América, tiene la extensión territorial más pequeña de la región, y la densidad poblacional más alta del Continente. En sus 20,742 km2 de extensión territorial conviven más de 6.3 millones de habitantes. En la actualidad, es el segundo país centroamericano (después de Nicaragua) que intenta emanciparse de la injerencia norteamericana, y sumarse al proyecto vital del Sur.
 
El Salvador, entre 1871 y 1931, intentó modernizarse bajo el empuje de los liberales. Pero, aquel intento fue truncado violentamente, en 1931, por los conservadores clericales quienes se mantuvieron en el poder hasta casi las últimas décadas del siglo XX, prohijados por los diferentes gobiernos norteamericanos.
 
Los gobiernos norteamericanos, para mantener su hegemonía en la región promovieron las dictaduras militares más salvajes jamás vistas en este diminuto país. La violencia estatal norteamericana terminó empujando al país a una guerra interna que duró 12 años (1980-1992), y asesinó a más 75 mil salvadoreños/as. La milicia de la servil oligarquía católica nacional, desesperada por mantener sus privilegios, incluso asesinó monjas, catequistas, curas y un Arzobispo. La consigna siempre fue: “Quien intente abrir los ojos al pueblo salvadoreño es nuestro enemigo”.
 
El Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional
 
El Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), fue creado en 1980, como un organismo de coordinación de las cinco organizaciones político-guerrilleras  (FPL, ERP, RN, PRTC y PCS) de El Salvador para exigir militarme el reconocimiento y cumplimiento de los derechos históricamente conculcados por el Estado-Ejército salvadoreño.
 
Esta organización fue reconocida legalmente como un instrumento político para la liberación nacional con el Acuerdo de Paz de 1992. En 2004, superando algunas escisiones internas, incluso estampidas grupales de diputados nacionales electos del FMLN, ratificó su opción socialista, y emprendió el proceso de fortalecimiento interno mediante su escuela de formación política “Farabundo Martí”. Hasta que en 2009, con el 51.32% de votos válidos, logró ganar las elecciones presidenciales con el binomio de Mauricio Funes y Salvador Sánchez Carén.
 
La Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) para humillar a El Salvador
 
Por su parte, el gobierno de los EEUU y la oligarquía salvadoreña, crearon el partido político Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), en 1981, con la finalidad de enterrar democráticamente a los “comunistas rojos” que no habían logrado aniquilarlos militarmente durante la guerra.
 
ARENA llegó a ser gobierno en 1989, y se quedó hasta el 2009. En estas dos décadas de permanencia en el poder, consiguió implantar el sistema neoliberal (según lineamientos del Consenso de Washington), empobrecer aún más a las grandes mayorías del país, expulsar del país más de 2 millones de salvadoreños como migrantes sin destino, inundar al país de carteles de narcotráfico y sanguinarias pandillas juveniles, y afianzar las estructuras de crimen organizado. Todo, con el silencio complaciente de los diferentes gobiernos norteamericanos.
 
Logros y agenda pendiente del gobierno de FMLN
 
El Salvador continúa siendo uno de los países más violentos de Centro América, superados sólo Honduras y Guatemala. Aquí se asesina un promedio de 6 personas diarias. En Honduras y Guatemala los asesinatos diarios son de 17 y 20 personas respectivamente.
 
El Producto Interno Bruto de El Salvador es de 23 mil millones de dólares, superados sólo por Guatemala (50 mil millones), Costa Rica (45 mil millones) y Panamá (36 mil millones). Y con una pobreza que bordea el 34.5% de la población. En Guatemala la pobreza carcome cerca del 54% de su población, y en Honduras, el 65%.[1]
 
En 2009, los asesinatos diarios registrados bordeaban 15 personas. Para el 2012 la violencia se redujo a un promedio de 6 asesinatos por día. Para el 2011, el Banco Mundial registraba que el 40.6% de la población salvadoreña se encontraba en situación de pobreza, pero este porcentaje se redujo en 6 puntos para el 2012 (34.5%)[2].
 
La lucha contra la pobreza y las estrategias para frenar la criminalidad comienzan a dar sus frutos, y sembrar sentido y esperanza en el imaginario colectivo de salvadoreños/as.
 
La encrucijada de El Salvador
 
El actual proceso electoral no sólo medirá el grado de legitimidad del FMLN, sino sobre todo será un diagnóstico sobre la conciencia libertaria del pueblo salvadoreño. Sólo existen dos caminos: o volver al pasado doloroso, bajo la violenta dictadura neoliberal de las 14 familias más opulentas del país, o seguir afianzando el promisorio y frágil proceso de liberación integral iniciado por el FMNL. O la remilitarización del país para entregar la mejoría económica a los intereses privados, o la educación liberadora para el ejercicio de la democracia participativa.
 
ARENA, con el respaldo del gobierno norteamericano, utiliza y emprende estrategias más inverosímiles en este proceso electoral para readormecer al pueblo que comenzó a despertar. Según denuncias oficiales, durante la campaña electoral ARENA ha creado su brazos organizados irregulares (como el OMEGA) para acrecentar el número de asesinatos, y así desacreditar los logros de la política de seguridad emprendida por el gobierno que termina, y sembrar miedo y zozobra en el país.[3]
 
En la región centroamericana el Imperio norteamericano mantuvo su hegemonía sólo gracias a la violencia militar y a la ignorancia crédula de la población. Este hechizo parece que comienza a resquebrajarse bajo el encomiable ejemplo de Nicaragua y El Salvador que emprenden sus auténticos caminos de liberación, iluminados por los emergentes proyectos de Vida que provienen del Sur.
 

 
 
 
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