El 23 de febrero confundimos beneficiarios con militantes
11/03/2014
- Opinión
Un querido amigo, dirigente campesino del Cuzco, decía que alguna izquierda le hacía recordar a los surfistas, que suben a la ola y creen que dirigen el mar. Así se comportó alguna gente de AP.
El triunfo nacional no debe ser minimizado, pero la derrota tampoco. En política, el orden de los factores sí altera el producto. Triunfo nacional es bueno, pero no neutraliza la derrota en Quito. El análisis debe ser frío, equilibrado y la autocrítica y la crítica seria, serena. Apasionada. Ganar el nivel nacional es bueno, perder Quito es sorprendente y grave. Ya lo dijo el Presidente antes y después de las elecciones. El ganador representa exactamente esa derecha que expulsó a más de dos millones de ecuatorianos, robándoles sus ahorros de la vida para enriquecerse. No nos engañemos, el Imperio está detrás y por ello es que Quito es una derrota táctica muy seria.
2. ¿Qué pasó en Alianza País con las dirigencias y la militancia? Ya lo dijimos antes, dormidos en los confortables laureles del Presidente (apoltronados decía Mariátegui), se esperaba que la locomotora jalara a todos los carros, estuvieran donde estuvieran. Sectarismo tal vez, pero yo diría muchas ganas de aprovechar del puesto: vanidad, ambición personal, caciquismo, quedar bien con el jefe, y todas las desviaciones que son propias de un frente electoral incluyendo espacios de corrupción. No fue lucha de programa contra programa (AVANZA no tiene programa propio). No fue la confrontación de ideas. Fueron las ambiciones pequeñas y personales, principalmente. O me pones de candidato o me voy con el otro, confundir mañosería con habilidad política. O simplemente ingenuidades.
3. En Quito y Guayaquil sí hubo confrontación de programas y propuestas antagónicas con la derecha. “El capital por encima de la persona humana o la persona humana por encima del capital.” Ese es el punto central del debate y ese es el peligro real. Eso es lo que diferencia la derecha de la izquierda, al pasado del futuro. La derecha que dice póngame donde hay (el Estado como botín) y el y la militante (Bonilla y Barrera) que dicen estoy para servir y revolucionar. Allí sí hay confrontación. Por eso en Quito la derrota es grave. Nos indica fundamentalmente falta de trabajo y formación en la militancia. Nos indica también que hay quiteñas y quiteños que han olvidado el feriado bancario o se dejan engañar con preocupante indolencia.
4. Mucho se ha escuchado decir que el Presidente no debió intervenir en Quito, que eso restó votos. Pura especulación. El Presidente intervino como dirigente y militante de la Revolución Ciudadana y era su derecho y sobre todo su deber hacerlo. Funcionarios medios y altos del Gobierno de Alianza País, con mucha frivolidad dijeron no voto por Barrera. Triste compañeras y compañeros.
5. Para Rodas fue y serán fáciles los primeros meses y tal vez el año lleno de inauguraciones de obras ajenas. Los taxistas felices porque no tendrán taxímetro (ya no lo ponen) y eran los mejores propagandistas de un candidato que jamás debatió, tal vez por falta de ideas propias, pero que ganó ofreciendo eliminar multas e impuestos.
6. En las elecciones nacionales se gana largamente, en parte por la figura del Presidente Rafael Correa, pero en parte porque las obras benefician a muchísimos, pero no hay que confundir beneficiarios con militantes, ni votantes con activistas.
“Frente al pesimismo, previsión y perspectiva” y la formación patriótica
Encomillado de Antonio Gramsci, que nos obliga a construir opciones para transformar esta derrota de Quito en una victoria nacional, para la Revolución Ciudadana, para los pobres del Ecuador para las excluidas de siempre. Con relección o sin ella debemos de ganar. Perder es volver al feriado bancario. Sin pretender tener todas las respuestas, me atrevo a lanzar algunas propuestas:
1. La única escuela de formación a nivel nacional que existe, es el encuentro sabatino con el Presidente. Historia, economía, política, relaciones internacionales, cruda crítica (a veces agresivo, otras con fraterna alegría). Aparte de ello no hay escuela de cuadros (o como prefiera llamarse) más que en esfuerzos aislados, puntuales. No es una política nacional de AP. La construcción del Movimiento exige partir por la formación de los militantes. La FORMACIÓN PATRIÓTICA (así en mayúsculas) para ciudadanos y ciudadanas, debe incluir la historia nacional y historia de la Patria Grande. No pueden haber militantes de Alianza País que no conozcan a las heroínas y héroes de Quito en los albores de la Independencia; a las Manuelas, a fondo y bien a Eloy Alfaro. La insurrección de Túpac Amaru, a los Próceres de la Independencia, Bolívar, Sucre, Artigas. O a los combatientes como Benito Juárez, Martí, Zapata, Villa, Sandino, el Che, Allende, o los triunfos y las derrotas de los movimientos revolucionarios de esta América. No pueden haber militantes o dirigentes y funcionarios que no apliquen con rigor la igualdad entre hombres y mujeres.
2. Luego entender el porqué de la expoliación petrolera, el saqueo de la nación, el feriado bancario. Los privilegios de clase y la sumisión al imperio.
Conocer la Constitución de la República, simple, sencilla, en lenguaje libre y popular. Finalmente el Sumak Kawsay o el Buen Vivir, el plan para alcanzar la república democrática, ecuatoriana, popular y americana. Esa es la FORMACIÓN PATRIÓTICA que se debe alcanzar.
3. Con ello no basta, hay que ser los más éticos, los amplios y mejores organizadores con humildad y con conciencia. Con amor a la Patria, las mujeres y hombres capaces de representar al barrio, a la comunidad, al sector, al grupo de jóvenes. Y esta organización debe nutrir a los CRC. Debe hacerlos avanzar y entender que si la compañera tal o el compañero cual no son del CRC, pero tienen la mayor aceptación y son los más solidarios, deben ser quienes representen la candidatura de consenso. Para ello hay que escuchar también a los ancianos y ancianas en nuestras culturas en nuestros pueblos y nacionalidades. No se construye un Movimiento Nacional sin incorporar la diversidad y el conocimiento de los sabios y las sabias. De las mujeres y hombres de todas las edades y todas las organizaciones populares. Menos respeto a los grandes títulos y más respeto a la práctica. Esto exige la militancia. Es más, propongo que la gente nos llamemos ciudadano o ciudadana, compañero o compañera y no doctor, ingeniero o magister.
4. Esta formación debe hacernos entender que hay posiciones que no son irreconciliables. Así como el socialismo del Siglo XXI en Ecuador incluye al capitalismo, a los empresarios patrióticos o no, capaces de generar el salario digno, es obligatorio trabajar con la Izquierda de otras organizaciones. Recuperar a los compañeros y compañeras que se fueron, consolidar la economía popular y solidaria, convertirla en un eje de la incorporación de los miles de emprendedoras y emprendedores. Hay que hacer la Reforma Agraria y hay que luchar por el respeto a la naturaleza, allí sí sin sectarismos.
5. Lo único que es irreconciliable es la corrupción. La lucha debe estar en la transparencia de las ganancias, absolutamente de todas y todos. Que el puesto de gobierno no signifique privilegio sino servicio como dice el Presidente. Que el empresario que gana por la inversión pública pueda realmente demostrar que ganó la licitación por el concurso y no por el favor. Esos rumores que tienen fundamento algunas veces y ningún fundamento en otras, matan cualquier posibilidad de triunfo electoral, sobre todo a nivel local.
Nada de esto es una receta. Son ideas, guías, experiencias. No basta en la política poner una carita ganadora. Hay que poner mucha militancia, mucha experiencia y una estrategia electoral acertada. La derecha se ha envalentonado, el Imperio vuelve brutalmente a la ofensiva en Nuestramérica y jamás debemos dar un paso atrás “ni para tomar impulso”. Ellos ya aprendieron y levantan insurrecciones en base a nuestros errores, nosotros debemos saber responder con el pueblo organizado, corrigiendo errores y con la militancia acerada. Sin perder la capacidad de convocatoria electoral hay que construir un movimiento sólido capaz de enfrentar los peores momentos. Venezuela es la clarinada, Rodas es la nueva cara, detrás vendrán otros.
Luis Varese ha sido representante adjunto del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados en Ecuador y funcionario de la ONU por 20 años.
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