La “Venezuela” de Álvaro Uribe
12/03/2014
- Opinión
El paraco mayor Álvaro Uribe es el jefe de la insurrección de los perturbados que afecta la tranquilidad de nuestro país desde el 12 de febrero.
Es triste constatar esto, que varios ambiciosos patológicos se entreguen al delito más deleznable que es traicionar a la patria, todo por dinero y poder.
Uribe hizo su campaña para senador recogiendo firmas en Colombia contra Venezuela y declaró al momento de votar, que lo dedicaba a lo que él llamó “la disidencia civil” de Venezuela.
Es un hecho comprobado que Leopoldo López, Capriles, y su cuerdita de lacayos, le huelen los peos al Señor de las Sombras.
Vergüenza ajena vivimos al verlos reunidos en Cúcuta hace un par de años conspirando abiertamente contra nuestra patria: politiqueros fracasados, tránsfugas y hasta curas depravados.
Es público y notorio el vínculo del alcalde de San Cristóbal con el paramilitarismo colombiano. Pero hay más, aunque se mantengan entaparados.
Ya se sabe que entre los terroristas urbanos que azotan varios municipios, no sólo hay colombianos y otros extranjeros, sino también que son los financistas y traficantes de armas que están apertrechando a las bandas mercenarias.
Bastante que hemos denunciado la infiltración de paramilitares; hoy se están viendo los gérmenes de su presencia concreta.
Entendamos que el paramilitarismo es una estrategia de control social y político por la vía del terror, en cuya implementación concurren tres elementos perversos: imperialismo, sionismo y santanderismo.
Esta última categoría –el santanderismo- es una especie de sub-doctrina Monroe, que propone el servilismo pro imperialista, a la vez que se manifiesta como terrorismo de Estado contra su propio pueblo.
Los fondos y la logística para un mes de guarimba generalizada, sólo pueden venir de esos tres agentes antibolivarianos, con el agravante del uso del narcotráfico como fuente financiera.
La Revolución Bolivariana ha ganado importantes batallas en lo internacional, incluida la OEA donde el cipayo presidente panameño quedó en ridículo; en lo interno, la Conferencia de Paz convocada por el Presidente Nicolás Maduro y la movilización férrea y solemne del chavismo popular, han aislado los grupos más violentos, y se ha producido una importante fragmentación en filas opositoras.
Falta mucho trecho que recorrer hacia una paz estable. Hay que analizar científicamente el porqué de esta escalada criminal con sello político. Establecer la justicia, acabar la impunidad, y acudir presurosos a atender los problemas estructurales que atentan contra la felicidad del pueblo.
Uribe quiere una Venezuela humillada, dividida y débil, en eso lo ayudan algunos malos ciudadanos y peores seres humanos.
Nicolás quiere una Venezuela amable, unida, fuerte, justa, soberana. La que Chávez soñó y encaminó. La que no nos quitarán.
Ildefonso Finol
Constituyente de 1999
@ildefonsofinol
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