El instrumento político que la Revolución necesita para recuperar la ilusión de los ciudadanos
28/04/2014
- Opinión
La necesidad de una organización política que además de ganar elecciones esté en capacidad de dirigir el proceso revolucionario que vive el Ecuador, no está en duda. Tenemos una organización política potente, con más de 1 millón de adherentes, con estructuras en todo el Ecuador, con un Programa construido con participación de militantes y ciudadanía; ahora tenemos la tarea de fortalecer la organización para garantizar la participación de la militancia en la toma de decisiones politicas.
Desde noviembre de 2006 hemos ganado todas las consultas y los procesos electorales que se han convocado, el del 23 de febrero del 2014, también, con el 49% de los votos, ganaron la gran mayoría de los candidatos de PAIS. El Compañero Presidente y el Gobierno tienen una aprobación de su gestión del 70%, es la mejor de Latinoamérica y una de las mejores del mundo.
Estamos muy bien política y electoralmente, estamos tan bien que corremos el riesgo de no leer adecuadamente los mensajes que nos envía la ciudadanía. Estamos tan bien que no nos preocupamos por los errores que cometemos. Estamos muy sobrados, ese es un riesgo para la consolidación de la Revolución.
1. Las organizaciones políticas de la izquierda latinoamericana del siglo XX no son las protagonistas del proceso revolucionario del siglo XXI
En Latinoamérica las formas orgánicas son diversas y responden a sus prácticas políticas específicas, por ejemplo:
- en Nicaragua el Frente Sandinista le ganó la guerra a la dictadura de Somoza en 1979;
- en El Salvador, para enfrentar con las armas a los gobiernos genocidas de la oligarquía, constituyeron una organización político-militar, el Frente Farabundo Martí, en el que se integran diversas organizaciones políticas revolucionarias;
- en Uruguay, con el retorno a la democracia, se constituye el Frente Amplio para la participación política;
- en Chile, la articulación de fuerzas democráticas que derrotaron electoralmente a la dictadura de Pinochet es la Concertación, en la que participaron el Partido Socialista, la Democracia Cristiana, el Partido por la Democracia y la mayoría de las organizaciones políticas democráticas (el Partido Comunista, en la campaña del 2013 logró un acuerdo con la Concertación y formaron la Nueva Mayoría con la que Bachelet ganó nuevamente las elecciones);
- en Bolivia el MAS es un movimiento político que surge de los movimientos sociales principalmente campesinos (cocaleros) que deciden participar políticamente;
- en Brasil, el Partido de los Trabajadores surge también de los movimientos sociales que enfrentan a la dictadura y requieren un instrumento unitario para la participación política;
- en Venezuela, el Partido Socialista Unificado es una organización política que se constituye recién en el 2008 (Chávez llega Gobierno de Venezuela en 1998 e inicia la transformación política, social y económica), recogiendo la experiencia unitaria y de amplia convocatoria de la Revolución Bolivariana en el que se integran la mayoría de Movimientos.
- en Ecuador, Movimiento Alianza PAIS, surge de una amplia movilización ciudadana que durante 10 años enfrentó y derrocó gobiernos que ejecutaban políticas neo-liberales.
En la actualidad todas estas organizaciones, llámense Frente, Partido o Movimiento, tienen una característica común, son organizaciones políticas de amplia convocatoria, que ganan elecciones, con direcciones colectivas y que con mayor o menor profundidad están desarrollando procesos de transformación revolucionarias en sus países.
La izquierda revolucionaria latino-americana se organiza en las primeras décadas del siglo XX en los partidos comunista y socialista (Partido Socialista de Uruguay 1912, Partido Comunista de Uruguay 1920, Partido Socialista Popular, Cuba, 1925, Partido Socialista Ecuatoriano 1926, Partido Comunista Salvadoreño 1930, Partido Socialista de Chile 1931, Partido Comunista de Venezuela 1931, Partido Comunista de Ecuador 1930, Partido Comunista de Chile 1933, etc.). Y son quienes apoyaron y promovieron la organización social, enfrentaron a los gobiernos antipopulares y experimentaron diversas formas de lucha política y militar. En Cuba cuando el Movimiento 26 de Julio, ganaron la guerra al Gobierno títere de los EEUU en 1959, el Partido Socialista Popular no dudo en apoyar el proceso revolucionario; en Chile participaron en el Gobierno del Frente Popular en 1945, y en 1970 la Unidad Popular eligió a Salvador Allende, el primer Presidente socialista; en Ecuador fueron protagonistas de “La Gloriosa” en mayo de 1944.
Durante el siglo XX, la izquierda revolucionaria latino-americana tuvo importante incidencia pero, con la excepción de la Revolución Cubana y de la experiencia chilena, no se presentó como alternativa de poder. Era otra la correlación de fuerzas a nivel internacional:
- las dictaduras y los gobiernos títeres del imperio imponían sus reglas a sangre y fuego;
- las políticas económicas fueron impuestas por el FMI y por el Banco Mundial para proteger los interese del capital financiero transnacional;
- en algunos casos las agendas políticas de la izquierda priorizaban los intereses del bloque anti-fascista de Europa, y la lógica de enfrentamiento entre bloques durante la “Guerra Fría”, en lugar de priorizar la lucha y la movilización por los intereses del pueblo y de las naciones;
- las agendas de las organizaciones sociales y políticas tienen como prioridad la demanda de derechos, de tierra, de salario y mejores condiciones de trabajo y no necesariamente la lucha por la transformación política.
Ahora participan en estos nuevos procesos en el siglo XXI y son de gran aporte político e ideológico, pero no dirigen estos procesos. La experiencia orgánica de los Partidos de la izquierda revolucionaria Latinoamérica corresponde a otro momento de la historia.
2. La Revolución en Ecuador triunfa y se fortalece por que PAIS es un movimiento ciudadano opuesto a la partidocracia, donde no hay ni jefes ni dueños
Ricardo Patiño (dirigente de Movimiento Alianza PAIS desde su conformación y actualmente Canciller), cuando se refiere a la constitución de PAIS, al inicio de la Revolución Ciudadana y a la candidatura del Compañero Rafael Correa, plantea algunas líneas orgánicas que debemos recordar pues son la clave del éxito político y electoral del 2006, y son el antecedente de estos 7 años de Revolución. Dice Ricardo Patiño: “fuimos armando un movimiento, que no se generó necesariamente a partir de organizaciones sociales o partidos políticos, sino a partir de la ciudadanía… Construimos un movimiento… que planteaba una terapia distinta para curar los males del Ecuador.
Más adelante recuerda Patiño que “Frente al descrédito de las organizaciones políticas y de algunos otros grupos, nosotros teníamos que decirle a la gente: “Vean aquí hay un movimiento de ciudadanos, aquí hay una revolución ciudadana, no le tenga miedo a la política, venga a trabajar acá, que aquí no lo vamos a meter a un partido tradicional, tendrá espacio para participar y estará entre gente honrada”… nos denominamos movimiento y no partido, para tener una cercanía conceptual, simbólica con la gente… luego cambiamos a Movimiento Alianza PAIS para que se entienda que somos una alianza más grande, más global, incluyente y somos un movimiento que esta siempre haciéndose”.
Y sobre la estructura orgánica inicial dice: “teníamos una coordinación política a nivel nacional, encargada de mantener nuestra orientación política y nada más. Nadie era jefe, además siempre dijimos que no habría ni jefes, ni dueños del movimiento… Constituíamos colectivos en cada provincia y nosotros íbamos conociendo a la gente. Algunos aviones… que sólo buscaban acomodarse personalmente, apenas llegábamos decían: “compañero venga, yo voy a ser el contacto con Correa” “Tú no eres el contacto de Correa, ¡compadre!, aquí es este colectivo el que es el contacto con Correa”. Hay gente que se pretende adueñar rápidamente del espacio y después cerrar la puerta”.
Estos conceptos, estas líneas orgánicas iniciales que ilusionaron a los ciudadanos sobre la posibilidad de participar políticamente son las que para fortalecer y consolidar la organización tenemos que recuperar. En la reunión inicial para conformar el movimiento participaron 100 delegados de todas las provincias, ahora tenemos representación en más de 700 juntas parroquiales, estructuras en los 220 cantones, y en las 24 provincias, tenemos miles de Comités, para que todos ellos puedan participar necesitamos una organización mucho más compleja que la inicial, pero no para reproducir las taras de la partidocracia, no para excluir. Ese es el reto, cómo logramos que todos los ciudadanos organizados en Movimiento Alianza PAIS, participa y son protagonistas de la Revolución Ciudadana. Para esta tarea necesitamos fortalecimiento orgánico y no para tener una normativa que garantice la disciplina y que acalle las opiniones discrepantes. Al oportunismo se lo combate en la acción política evidenciado sus intereses particulares contrarios al Programa. En este proceso electoral algunos que se consideraban “dueños del Movimiento” se ubicaron en su posición natural y se candidatizaron o apoyaron candidaturas de la derecha, de SUMA, de CREO, de los Social-Cristianos, otros que si fueron candidatos por PAIS y que actuaron como “dueños del movimiento”, como candidatos de la vieja partidocracia, perdieron porque no fueron capaces de liderar propuestas revolucionarias e incluyentes en sus territorios. Infiltrados, “dueños del movimiento”, en una organización de 1 millón de adherentes es imposible no tener ninguno.
3. La organización política que la Revolución Ciudadana necesita
La teórica Marta Harnecker recoge el planteamiento de la intelectual revolucionaria de principios del siglo XX Rosa Luxemburgo donde plantea que la senda hacia el socialismo no está trazada de antemano, que tampoco hay fórmulas ni esquemas predeterminados, ya que “la clase proletaria moderna no conduce su lucha según esquema alguno reproducido en un libro o en una teoría, sino que la lucha moderna de los trabajadores es un trozo de historia, un trozo de evolución social y, en medio de la historia, en medio de la evolución, en medio de la lucha, aprendemos cómo debemos luchar”.
Con este antecedente Harnecker ha estudiado los procesos revolucionarias latino-americanos y para resolver la discusión si movimiento, partido o frente, plantea la necesidad ineludible de tener un instrumento político para que los sujetos de la revolución (en nuestro caso los ciudadanos) participen en la construcción del socialismo, desarrollando de nuevas relaciones de producción y realizado una verdadera revolución cultura, “descubriendo, experimentando e incorporando a su forma de vivir nuevos valores: el humanismo, la solidaridad, el respeto a las diferencias, el combate al machismo y todo tipo de discriminación, para conducir la batalla de las ideas, la construcción del sujeto revolucionario que sustentará todo el proceso, y para el aprendizaje del pueblo en formas de autogobierno”.
Harnecker nos plantea 2 tareas fundamentales para la organización política:
- “elaborar una estrategia de formación —a través de la práctica y de cursos más estructurados— que facilite a sus militantes y al pueblo en general la adquisición de nuevos conocimientos que les permita tener una actitud crítica frente a la cultura heredada y los capacite para ir asumiendo cada vez mayores responsabilidades en la construcción de la nueva sociedad”. El Régimen Orgánico de Movimiento Alianza PAIS establece en su artículo 24 una: “Comisión Nacional de Formación y Capacitación Política. Sus funciones son: promover el debate político e ideológico; analizar y desarrollar la línea política de Alianza PAIS; analizar, debatir y proponer alternativas estratégicas a los asuntos políticos nacionales; aportar en la construcción del Socialismo del Buen Vivir; desarrollar la Escuela Nacional de Formación y definir procesos de capacitación para la militancia”. Necesitamos que esta Comisión, funcione, asuma su responsabilidad en los términos establecidos en el Régimen Orgánico.
- “elaborar inicialmente un programa nacional alternativo al capitalismo, que sirva de carta de navegación para orientarse, para no perder el rumbo, para encaminarse certeramente a la construcción del socialismo, para no confundir lo que hay que hacer ahora con lo que hay que hacer luego, para saber qué pasos dar y cómo darlos, es decir, una brújula que permita que el barco no se extravíe y llegue seguro a su destino”.
PAIS en el 2006 elaboró con participación ciudadana, un Programa de Gobierno que lo organizó en 5 ejes; 1. Revolución Constitucional, la transformación del Estado para garantizar la participación ciudadana, la redacción de la Nueva Constitución y las nuevas leyes; 2. Revolución Económica y productiva, apoyo a los pequeños productores con créditos y recursos, impulso a la economía social y solidaria; 3. Revolución Social, garantizar educación y salud gratuita, para todos y de calidad; 4. Revolución Ética, lucha contra la corrupción; 5. La defensa de la soberanía. Para la inscripción de Movimiento Alianza PAIS, la Primera Convención el 15 de noviembre de 2010, luego de un proceso de debate nacional de 3 meses en el que participa la militancia se aprueba un nuevo Programa, que desarrolla los planteamientos de las 5 Revoluciones y se incorporan la 6. Revolución de la Justicia y la 7. Revolución Ecológica. Para la candidatura a la reelección en febrero de 2013 se incorpora la 8. Revolución Cultural; la 9. Revolución del Conocimiento y la 10. Revolución Urbana, para enfrentar a los traficantes de tierra.
Sobre las características de la militancia revolucionaria, Marta Harnecker plantea como tarea principal “promover y facilitar la participación protagónica del pueblo… cambiar nuestra forma de concebir la política. No podemos reducir la política a la lucha por ganar puestos en las instituciones del Estado, ni a pretender dirigir todo desde arriba porque nos creemos poseedores de la verdad…”
a) “Los militantes debemos cuidar que nuestra propia práctica no se contradiga con los valores de la nueva sociedad que queremos construir. En un mundo en que reina la corrupción y existe un creciente descrédito en los partidos políticos y, en general, en la política, es fundamental que presentemos un perfil ético netamente diferente, que seamos capaces de encarnar en nuestra vida cotidiana los valores que decimos defender. Debemos se democráticos, solidarios, dispuestos a cooperar con los demás, a practicar la camaradería, la honestidad a toda prueba, la sobriedad. Debemos proyectar vitalidad y alegría de vivir”.
b) “No sectarios, dispuestos a dialogar y articular. Debemos entender que para triunfar necesitamos el apoyo de la inmensa mayoría del pueblo. Debemos propiciar espacios de encuentro. Todo sectarismo, toda actitud de prepotencia, sólo contribuirá a debilitar el proceso hacia el socialismo. No podemos imponer nuestras ideas y nuestros candidatos porque somos la organización política mayoritaria, aunque esta mayoría sea muy notable… Debemos respetar las posiciones minoritarias siempre que estén dispuestas a encauzarse dentro del juego democrático, recordando que históricamente hay minorías que han tenido la razón”.
c) “La disciplina interna es el respeto a las decisiones colectivas. Esta disciplina se debe manifestar tanto en las grandes decisiones como en las pequeñas cuestiones, como por ejemplo, el cumplimiento de los horarios. No hay democracia sin normas o reglas que rijan el comportamiento del colectivo. “La disciplina consiste en aceptar las reglas del juego”.
d) “Debemos expresar un gran respeto por la organización autónoma del pueblo… dejando atrás todo intento de manipulación. Debemos partir de la base de que los cuadros políticos no son los únicos que tienen ideas y propuestas y que, por el contrario, el movimiento popular tiene mucho que ofrecer, porque en su práctica cotidiana de lucha va aprendiendo, descubriendo caminos, encontrando respuestas, inventando métodos, que pueden ser muy enriquecedores.”
e) “No podemos tener una mentalidad de ordeno y mando. Debemos ser fundamentalmente pedagogos populares, capaces de potenciar toda la sabiduría que existe en el pueblo —tanto la que proviene de sus tradiciones culturales y de lucha, como la que adquiere en su diario bregar por la subsistencia— a través de la fusión de esta sabiduría popular con los conocimientos más globales que la organización política pueda aportar. Por eso es tan sabia la consigna: “mandar obedeciendo”.
Harnecker plantea también la necesidad de enfrentar el burocratismo, a los funcionarios que enredan los procedimientos, el rechazo de la iniciativa de la gente, rechazo a que los funcionarios decidan asuntos que deben decidir los ciudadanos. También plantea la necesidad de la crítica pública teniendo siempre presente que la crítica fortalece la Revolución, en ningún caso la debilita. “La crítica debe estar impregnada del deseo de resolver problemas, no de aumentarlos”. Es necesario que:
- “las críticas y denuncias que se hagan estén bien fundamentadas”;
- “existan fuertes sanciones para quienes hagan críticas o denuncias infundadas”;
- siempre, “se planteen propuestas de solución” al problema señalado;
- “se hagan llegar primero a la organización política y si en un plazo corto no hay respuesta, entonces se las haría públicas”.
La mayoría de estos acertados planteamientos de Harnecker para la formación de la organización política, para la construcción del SOCIALISMO DEL BUEN VIVIR, tienen como eje la participación de la gente, de los ciudadanos y no la posesión de la verdad absoluta, como sucedía en con los partidos de la izquierda en el siglo XX, los dirigentes mandaban, no persuadían, no argumentaban en las organizaciones sociales.
PAIS es la primera fuerza política del Ecuador, sin lugar a dudas la organización política más poderosa, pero si en este momento queremos apostar por la profundización de la Revolución debemos recuperar la humildad, la firmeza y la audacia de ese colectivo de ciudadanos que nos convocó a soñar en el 2006. Sobre todo recuperemos la humildad.
4. Es necesario reformar el Régimen Orgánico para garantizar la participación de la militancia en la toma de decisiones
En el Régimen Orgánico de Movimiento Alianza PAIS, se evidencian 2 estructuras que no tienen posibilidad ni de comunicarse, ni de intercambiar opiniones. Está por un lado la estructura de base, integrada por los Comités y la militancia; y por otro lado está la estructura de la Dirección Nacional, con las comisiones que de vez en cuando se comunican con las Direcciones Provinciales para transmitirles una disposición, nunca para pedirles opinión sobre un asunto político. Entre la dirección y la base no hay comunicación, lo que hace imposible la participación de la militancia.
El Consejo Nacional, cuya integración no está definida, en el que participan la Dirección Nacional y las Direcciones Provinciales, podría ser el espacio de intercambio y de definición colectiva de políticas, pero este espacio o no ha funcionado o ha sido convocado simplemente para comunicar las disposiciones de la Dirección Nacional a las Direcciones Provinciales.
Ni los Comités de la Revolución Ciudadana que son los organismos de base de nuestra organización política, ni los espacios de coordinación territorial tienen posibilidad de participar en la toma de decisiones, no existe un espacio donde puedan hacerlo. Ni en la integración de la Convención Nacional, ni en la de los Consejos Nacionales, ni en la de las Convenciones provinciales se prevé la participación de los Comités.
En el Gobierno se establecen mecanismos para informar, intercambiar opiniones y lograr la participación de loa ciudadanos en la definición de las políticas públicas y esa es una de las razones para la alta valoración de la gestión del Presidente y del ejecutivo. Pero en la organización política tenemos una estructura donde todo se resuelve en la Dirección Nacional y las demás instancias debemos acatar.
Estamos cayendo en los vicios de la partidocracia y eso lo tenemos que resolver. Ahora algunos dirigentes actúan como jefes, ahora algunos dirigentes entregan en propiedad el Movimiento a unos grupos y excluyen a otros.
Los nuevos valores de la nueva cultura, de la solidaridad, la democracia, la cooperación, no siempre marcan nuestra acción política. Tenemos muchos dirigentes que ordenan, que excluye, que no respetan la autonomía de la organización social.
Para fortalecernos tenemos que volver a nuestros orígenes. Necesitamos un nuevo Régimen Orgánico que potencie la participación y que nos abra el camino a que los millones de ciudadanos que todavía creen en la Revolución, se ilusionen y se comprometan como los cientos, los miles, que se ilusionaron y se comprometieron en el 2006.
5. Fortalezcamos la organización política desde los territorios
Una de las razones del remesón en las elecciones de autoridades locales el pasado febrero, es la falta de proyectos de transformación en los territorios. No se partió de las contradicciones, las demandas y los problemas presente en sus territorios, no todos los candidatos eran lideres de procesos sociales y/o políticos en sus territorios, eran simplemente los designado porque lograron apoyos o en las Directivas Provinciales o en la Directiva Nacional.
La mayoría de los programas electorales era un listado de obras, Colegios, Centros de Salud, Hospitales, Unidades de Policía, que el Gobierno de la Revolución Ciudadana tiene programado realizar, sea quien sea el Alcalde. Estaban más preocupados por aparecer como facilitadores de las políticas de atención del Gobierno, como la entrega de ayudas técnicas de la Misión Manuela Espejo, que de plantear propuestas para los asuntos en los que tendrían competencia en caso de ser elegidos. En algunos cantones parecían candidatos a Jefes Políticos y no a Alcaldes o Concejales.
Los ciudadanos saben que el Gobierno de la Revolución Ciudadana es responsable con los ciudadanos y planifica las obras de acuerdo a las necesidades no al color político del Alcalde del cantón. Todos los Alcaldes del Ecuador (menos Nebot) han coordinado la aplicación de las políticas públicas y la ejecución de las obras de competencia del Gobierno, con el Gobierno.
La atención a la salubridad, a la dotación de agua potable, alcantarillado, recolección de basuras y manejo de residuos sólidos, no siempre estaba entre sus planteamientos; la inclusión social y económica de los más pobres, tampoco; la necesidad de liderar desde los Municipios el desarrollo local, tampoco.
La participación ciudadana, la transparencia, la rendición de cuentas, la atención a los grupos prioritarios, la lucha contra la corrupción, el desarrollo local, que son Los “Principios de la Revolución Ciudadana para los Gobiernos Locales”, no están ni en la agenda de la mayoría de los candidatos, ni en las agendas de las direcciones territoriales (provinciales y cantonales).
Algunas de las propuestas son obra de “maquillaje” los mismo que siempre a ofrecido la derecha, en algún cantón también se propone la “reducción de impuestos”, característica de la derecha. Cabe preguntarse ¿con qué recursos pensaba realizar las obras que son de su competencia?
El fortalecimiento de nuestra organización política pasa por la construcción de propuestas de desarrollo local en los territorios, en cuya formulación se empoderen los dirigentes ciudadanos que deben liderar el cambio en los territorios.
6. Tendencias, no grupos
El Régimen Orgánico en el artículo 1 dice: “…Alianza PAIS reconoce y respeta en su interior la expresión ideológica de diversas tendencias de izquierda”. Reconocer tendencias en ningún caso quiere decir reconocer grupos, que ciertos dirigentes crean para la negociación de espacios de poder.
Debemos desconocer a los grupos y promover la conformación de tendencias, en cuyos planteamientos se evidencien matices no contradictorios en la adhesión a los Principios de nuestra organización política y/o mayor énfasis en algunos temas del Programa de Gobierno.
Es necesario, como lo plantea el Régimen Orgánico (art. 24), crear las condiciones desde la Comisión de Formación, que promuevan el debate ideológico y político. En ningún caso la Formación Política debe ser el instrumento para lograr el pensamiento único; somos diversos, la ciudadanía es diversa y eso debe ser evidente. Si creamos condiciones para que la diversidad se manifieste los “grupos” ya no tendrán justificación.
7. Conclusiones y Propuestas
a) Debemos recuperar la idea inicial de una organización ciudadana, totalmente diferente a los partidos de la partidocracia. Con más de 1 millón de adherentes nos es fácil, debemos ser creativos, audaces y lograrlo.
b) Nuestra organización política es nueva, es ciudadana y es ecuatoriana, recoge la experiencia de lucha y organización de los pueblos del mundo, no para copiarla sino para recrearla en estas condiciones concretas en las que vive nuestro Ecuador y Latinoamérica.
c) Tenemos un programa construido con participación de la ciudadanía y debemos iniciar un trabajo constante de formación política que dé cuenta de la diversidad de los adherentes a la Revolución.
d) Nuestra organización política, llámese como se llame; debe promover los valores de la nueva sociedad del SOCIALISMO DEL BUEN VIVIR; debe rechazar los sectarismos; debe crear las condiciones para el diálogo y la inclusión; debe entender la disciplina como un conjunto de reglas que definen los militantes y que se comprometen a cumplir, no como un mecanismo para perseguir a los que discrepan; debe respetar la organización autónoma del pueblo; no debe haber ordeno y mando, sino participación colectiva en la toma de decisiones; debe enfrentar el burocratismo, y debe aceptar la critica publica.
e) En nuestra organización política no debe haber ni jefes, ni dueños; los compañeros que por su experiencia política ejercen las tareas de dirección, deben ser Compañeros Dirigentes
f) El Régimen Orgánico debe reformarse estableciendo que el Consejo Nacional de PAIS está integrado por todas las autoridades electas (Presidente y Vicepresidente, provinciales, cantonales, parroquiales, Asambleístas) y por delegaciones de las 24 provincias, de las 3 circunscripciones del exterior y de los 220 cantones. Que a nivel nacional y a nivel provincial se establezca un espacio de participación de los Comités. Que se establezca que las Convenciones Cantonales, Provinciales y la Nacional estén integradas con delegaciones de los CRC.
g) Debemos iniciar un trabajo de acompañamiento a las autoridades electas y a los dirigentes ciudadanos de los territorios para la formulación de Propuestas de desarrollo para los territorios, en esa tarea van a surgir los nuevos dirigentes que la Revolución Ciudadana necesita para fortalecerse en cada rincón de la patria.
h) Debemos desarrollar acciones políticas en los territorios que evidencien nuestra decisión de superar nuestros límites, con hechos debemos decirles a los ciudadanos: escuchamos su mensaje y vamos ha corregir.
24 de abril de 2014
Bibliografía:
- Harnecker, Marta. Un mundo a construir (nuevos caminos). Editorial El Viejo Topo. 2013.
- Patiño, Ricardo y Harnecker, Marta. Ecuador: una revolución urgente. Entrevista publicada en el 2010.
- Régimen Orgánico de Movimiento Alianza PAIS. Aprobado en la 1era Convención Nacional en Guayaquil, nov. 2010
https://www.alainet.org/es/active/73335?language=en
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