La historia de Montaña Verde
11/01/2005
- Opinión
"Los opresores son cobardes y muy pronto van a desmayar. Pues son
muy ricos pero son pocos, nosotros somos pobres pero somos muchos
y los gatitos unidos derribaremos al tigre".
Así, en una carta escrita el 21 de noviembre de 2004 en el centro
Penal de Gracias, Marcelino Miranda, líder indígena de la
comunidad lenca de Montaña Verde, Municipio de Gracias,
Departamento de Lempira, en Honduras, saludaba a amigos y amigas,
los compañeros que en todo el mundo han acompañado el caso humano
y judicial suyo y de su hermano Leonardo.
Se renueva ahora la esperanza para los hermanos Miranda, después
de que una reciente (11 noviembre 2004) sentencia de la Corte
Suprema del país ha revocado la condena a 25 años de cárcel que
les fue conminada en diciembre de 2003, acusándolos del homicidio
de Juan Reyes Gómez, acontecido en el año 2001, derribando la
decisión del Tribunal de Apelación, que en Junio 2004 había
rechazado la apelación presentada por la defensa de Leonardo y
Marcelino.
En un comunicado de prensa difundido justo después de la sentencia
de la Corte Suprema, Amnistía Internacional (AI) ha considerado,
según las declaraciones, a los dos líderes lenca como prisioneros
políticos, y las acusaciones contra ellos como montadas ad hoc
para impedir que siguieran con su importante trabajo político a
favor del reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas
de Honduras y de la defensa del medio ambiente.
"La sentencia contra Leonardo y Marcelino Miranda estuvo marcada
por irregularidades, por faltas de pruebas, por la parcialidad en
el considerar a los testigos. Fueron considerados sólo los
testigos de la acusación, mientras que fueron ignoradas las
declaraciones de los testigos de la defensa", según declara AI,
que además, sostiene que "las acusaciones en contra de los
hermanos Miranda no respondían a acciones criminales, sino al
intento de impedir sus actividades para proteger el medio ambiente
y la propiedad de la tierra en sus comunidades. Los abusos contra
los pueblos indígenas de Honduras [...] siguen preocupando a
Amnistía Internacional desde años. Las acusaciones contra los
hermanos Miranda tienen la intención de dificultar la lucha por el
reconocimiento de los derechos de propiedad de la tierra de sus
comunidades, y están protegidas por fuertes intereses económicos y
políticos que se oponen al trabajo a favor de las comunidades".
Presos a partir del 8 de enero de 2003, después de un verdadero
operativo militar, en el cual también participaron agentes de las
fuerzas especiales (los Cobras), Leonardo y Marcelino sufrieron,
desde el primer momento, golpes y torturas, que en la cárcel
continuaron. Muchas fueron las amenazas de muerte en contra de
ellos, según el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e
Indígenas de Honduras (COPINH), que en un comunicado de julio
pasado llamó a una movilización internacional a favor de los dos
líderes lenca, después de la sentencia de la Corte de Apelación de
Santa Rosa del Copan, que confirmaba la condena del Tribunal de
Gracias respecto a los dos hermanos.
"En todo el camino de la comunidad hasta Potrerillos, siguieron
golpeándoles, primero bajando a Marcelino y luego a Leonardo.
Marcelino fue obligado a cargar unos fusiles amarrados a su cuello,
y sumergieron la cabeza de Leonardo repetidas veces en una
quebrada, hasta medio ahogarlo. También durante el trayecto en
carro hacia Gracias, fueron torturados: les apagaron cigarrillos
en sus caras y orejas, y los golpearon. También ya en la celda en
la sede de la Policía Nacional, entraron unos agentes policiales
para golpearlos. Fueron remitidos al hospital, donde Leonardo,
quien entró inconsciente, tuvo que quedarse recuperando, y donde
llegaron agentes de la Investigación Interna de la Policía para
presionar que la enfermera los sacara o al menos para que les
quitara el suero. También en abril del 2003, fueron torturados
por dos agentes Cobras que habían participado en el operativo de
enero" (COPINH, 2004).
La historia de Montaña Verde…
La historia de Montaña Verde es una de las muchas historias de
violencia y de diaria negación de los derechos humanos de los
pueblos indígenas. Una historia ordinaria centroamericana, que ve
contrapuestos, por un lado, a los ricos latifundistas,
interesados por el control de la tierra, las fuentes de agua y
del comercio de la preciosa madera de las selvas vírgenes de las
comunidades, y por el otro, a la población autóctona, que vigila y
protege los recursos naturales que existen en su territorio.
Los lencas de Montaña Verde están asociados al COPINH, que lleva
casi diez años acompañando la lucha de la comunidad por el
reconocimiento jurídico del derecho a la propiedad de las tierras
ocupadas más de doscientos años atrás.
En 2000 el "Instituto Nacional Agrario (INA) atendió a la
petición (presentada por el COPINH y los lencas de Montaña Verde)
y se comprometió a emitir un título de propiedad del ayuntamiento
a favor de la comunidad de Montaña Verde, o bien los habitantes de
la zona. El INA emitió un comunicado ordenando que ningún civil ni
privado pudiera hacer convenios y contratos con objeto de adquirir
las tierras de Montaña Verde, porque ya estaba en marcha el
proceso de reconocimiento de la propiedad a favor de la comunidad
indígena que vivía allí", según escribe Marcelino Miranda en el
relato "Pensamiento en tiempos difíciles (Montaña Verde)", algo
como una autobiografía escrita en la cárcel de Gracias y difundida
por el COPINH.
Creemos que el hecho del avance de los trámites jurídicos para la
legalización de los derechos de los comuneros de Montaña Verde
parece haber arreciado la actitud de los terratenientes, quienes,
con el apoyo cómplice de las fuerzas de policía, comenzaron una
política de sistemática represión en contra de los líderes de la
comunidad.
En el año 2000, Marcelino y su hermano Secundino fueron detenidos
bajo la acusación de haber ocupado ilegalmente terrenos de
propiedad de Demetrio Benítez. En 2001 le tocó a Felipe Bejerano,
vice-presidente del Consejo indígena de Montaña Verde, y, en
febrero de 2002, la misma suerte le tocó a Luis Benítez, también
miembro del Consejo.
Luis y Felipe, acusados de robo y perjuicio, fueron puestos en
libertad apenas en Abril de 2003, después de que ya se había
llevado a cabo el operativo que llevó presos a los dos hermanos.
....y las de sus enemigos !
Los intereses económicos ligados a las tierras de Montaña Verde
son fuertes, así que la lucha de los indígenas lencas afiliados al
COPINH tuvo fuertes repercusiones en todo el país.
Aún más, en cuanto los enemigos de la comunidad resultan ligados a
los fuertes poderes del país.
"Son terratenientes poderosos que forman parte del élite de
Honduras. La familia Calix Urtecho, por ejemplo, que ha sido la
fuerza que más problemas ha causado en la región, tiene nexos
políticos y militares. El ex-Capitán Mario Calix Urtecho, quien
murió hace unos dos años, también era uno de los máximos líderes
del Partido Nacional durante los años ochenta. Uno de sus hijos
es abogado, notario, y actualmente es diputado en el Congreso
Nacional, por el mismo Partido Nacional que está en el poder.
Otros familiares incluyen un policía de alto rango, Wilfredo
Urtecho Jeamborde, quien estuvo al mando de un operativo de
desalojo en los años noventa en la región de Guaymas, Yoro, en el
cual fueron torturados y asesinados varios campesinos. Tanto
Wilfredo Urtecho Jeamborde como Mario Calix Urtecho recibieron
cursos de entrenamiento en la Escuela de las Américas, mejor
conocida como la Escuela de los Asesinos", según una denuncia del
COPINH.
Honduras, bajo el estival del imperio.
El fracaso del sistema judicial hondureño, denunciado por AI en el
caso de los hermanos Miranda, es sólo la punta de un iceberg. La
economía hondureña va a la deriva, y el país está a la merced de
los intereses de los EE.UU., del Banco Mundial, y del Banco
Interamericano de Desarrollo (BID), entre el Plan Puebla Panamá y
el CAFTA (el Acuerdo de Libre Comercio entre los países
centroamericanos y los Estados Unidos).
Como en los años veinte del siglo pasado, cuando el país estaba
controlado por entero por las compañías bananeras de U.S.A:
United Fruit Company (UFCo, hoy Chiquita) y Standard Fruit, que
tenían en sus manos la economía de Honduras (a las exportaciones
de bananas correspondía el 88% del comercio exterior), hoy todavía
el pequeño país centroamericano representa un lugar estratégico
que ocupar, según los intereses económicos de las transnacionales
y los conflictos de las guerras civiles .
Siguen aún hoy, como en los setenta y ochenta, cuando se hicieron
más duros los conflictos armados en Centroamérica y se
desarrollaron levantamientos insurrecionales y de liberación, los
entrenamientos en territorio hondureño de las tropas y de los
cuerpos especiales. En el cuartel del Comando Sur de Palmerola, en
las cercanías de la ciudad de Comayagua, donde fueron preparadas
las tropas de los Contras, se ha reencontrado, en el último año,
también los integrantes de los ejércitos sudamericanos.
Mientras tanto, Honduras participó en la desdichada misión en
Iraq y – fiel a los dictámenes de Washington – el presidente
Ricardo Maduro y su Gobierno propusieron que Cuba fuera condenada
por Naciones Unidas por la violación de los derechos humanos,
"corriendo a arrodillarse delante de la solicitud de los EE.UU
pero sin consultar al pueblo hondureño" (COPINH 2004), olvidando
el aporte de millares de equipos voluntarios de médicos cubanos,
que prestan servicio en las comunidades de su malparado país.
Luca Martinelli
CIEPAC A.C.
* El presente articulo fue escrito en italiano y publicado en
Italia por Carta, www.carta.org. Agradecemos a Anna Negri por su
apoyo en la traducción al español.
https://www.alainet.org/es/active/7404
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