Panamá tiene un centro bancario que fue regulado en 1972. En pocos años, Panamá se convirtió en un gran depósito de dineros provenientes de otros países de la región latinoamericana e, incluso, de EEUU. En 1987, sólo tres lustros más tarde, la banca establecida en Panamá contaba con depósitos que superaban los US$30 mil millones de dólares. Wall Street necesitaba un eslabón en su cadena de operaciones en la región donde se hicieran pocas preguntas sobre el origen de los dineros.
No hay que olvidarse que las décadas de 1970 y 1980 fueron políticamente turbulentas con golpes militares en los países del Cono Sur y con insurrecciones populares en Centro América. EEUU – Nixon, Reagan, Bush padre- alimentaba a los dictadores de América Latina con fondos provenientes de actividades ilícitas cuyas ganancias tenían que ser ‘lavadas’ de alguna manera.
A fines de la década de 1980 el centro bancario en Panamá se convirtió en un problema para Washington. EEUU decidió reemplazar a Panamá con el nuevo centro bancario creado en la ciudad de Miami. (Donde también mudó al Comando Sur). Las enormes ganancias que ya representaba el tráfico ilegal de drogas – sobre todo la cocaína producida en Colombia – justificaba el traslado. La invasión militar de EEUU contra Panamá en 1989 destruyó el centro bancario cuyos depósitos se redujeron a cerca de 8 mil millones de dólares.
En los últimos 25 años el tráfico de drogas ha prosperado, la banca norteamericana se benefició y los especuladores en Panamá no se quejan. En 2014, el centro bancario panameño reportó que tenía en depósitos un total de 99 mil millones de dólares. A pesar de la ‘gran recesión’, producida por el estallido de las bolsas en 2008, las ganancias han continuado creciendo.
Uno de los efectos negativos de la ‘recesión’ ha sido la redistribución drástica de los ingresos a escala global, especialmente en EEUU. El uno por ciento de la población se apropia de casi el 15 por ciento de la riqueza de ese país. El 10 por ciento es dueña del 60 por ciento de todos los ingresos. Los trabajadores pagan cada vez menos impuestos porque no tienen empleos o sus trabajos son ‘informales’ (precarios). Pero los ricos tampoco pagan porque tienen un sistema bancario que les permite esconder sus ingresos de millones de millones de dólares en ‘paraísos fiscales’ en todo el mundo (especialmente en EEUU).
Para recuperar estos fondos, Washington inició una campaña para identificar a los centros bancarios que protegen a norteamericanos que no pagan sus impuestos. La iniciativa fue acogida por muchos países europeos (especialmente Alemania) que veían la oportunidad de perseguir a sus propios evasores de impuestos. La OCDE se prestó para servir de punta de lanza para acorralar a todos los ‘malos ciudadanos’.
La semana pasada los ministros de Finanzas de 51 países firmaron en Berlín unacuerdo para intercambiar información tributaria automáticamente. El pacto, según el ministro de Finanzas alemán marca supuestamente el fin de la evasión fiscal a través de cuentas bancarias secretas."La evasión fiscal no es sólo ilegal, es inmoral", sostuvo cínicamente el ministro de Finanzas británico. "Si le robas a tus conciudadanos, deberías ser tratado como un ladrón común", agregó.
EEUU no firmó el acuerdo de Berlín. Panamá tampoco firmó el pacto. Washington no puede firmar el acuerdo de Berlín porque es el paraíso fiscal más grande del mundo. Depositantes con dineros de todos los rincones del mundo llegan al sistema bancario de EEUU y no se les hace una sola pregunta. Arabia Saudita, China, Europa y América Latina son las regiones que más depósitos bancarios tienen en EEUU. El origen de esos dineros los conoce Washington gracias a sus aparatos de inteligencia. Sin embargo, no informa a los países de origen sobre las transferencias. Muchas veces, son los mismos gobernantes que hacen los depósitos de fondos mal habidos.
En el caso de Panamá, Colombia quiso obligar a la banca panameña que informara sobre quienes eran sus ciudadanos con cuentas en el istmo. El gobierno panameño apoyó a los bancos establecidos en Panamá que se negaron. Anteriormente, EEUU le dobló la mano a Panamá logrando que diera la información que su agencia recaudadora pedía. Panamá debe, aplicando una medida de retorsión, exigirle a EEUU que le proporcione una lista de panameños que depositan dineros - sacados del país - en el sistema bancario de ese país.
6 de noviembre de 2014.
- Marco A. Gandásegui, hijo, profesor de Sociología de la Universidad de Panamá e investigador asociado del Centro de Estudios Latinoamericanos Justo Arosemena (CELA)