La caída del PBI parece imparable. El BCR y el MEF han pasado de anunciar un crecimiento de 6% a principios de año a rezar por un 3%. Aunque uno de sus más importantes gurús, Roberto Abusada, afirma que el crecimiento de la economía no será mayor al 2,8%, una cifra bastante inferior al que se proyecta oficialmente. Más allá de las cifras contundentes, que se han venido manipulando para no perder la confianza empresarial, un sector de la derecha se viene sumando al coro de críticas sobre el mal manejo de la economía. ¿Qué le espera al gobierno hacia al 2015?
De la mano del ministro de Economía, Alonso Segura, el Ejecutivo acaba de lanzar un cuarto “paquete” económico para enfrentar la desaceleración. Se trata de un conjunto de medidas que ya hemos visto hasta el cansancio: 1) Estímulo fiscal de corto plazo expresado en un aguinaldo extraordinario de S/.300 para alrededor de 1,7 millones de empleados públicos y jubilados. Una medida similar a la que ya se adoptó en julio pasado. 2) Una inversión de S/.600 millones en “pequeñas obras” correspondientes al sector educación y a los programas sociales. 3) Una vez más, reducción de la ‘tramitología’ ambiental. 4) Estímulo a la inversión privada reduciendo a cero los aranceles para insumos, lo que ha motivado la protesta de ADEX porque elimina la devolución del denominado Draw Back (1). 5) Incentivos para la contratación de jóvenes menores de 24 años, reembolsando los costos de seguridad social de estos empleados, es decir, más trabajo precario.
Para el MEF, las medidas del cuarto paquete económico tendrán un impacto de 0.25% del PBI, es decir, algo mínimo para una economía que en franca recesión requiere un estímulo de al menos 2% del PBI. Por ello, diversos analistas económicos, que en otras ocasiones han aplaudido el “paquete reactivador”, se han apresurado en tomar distancia, criticándolo como tardío y mal enfocado.
¿Cuánto tardará en sentirse la recesión económica en la calle? Es difícil saberlo, pero no demorará demasiado. Este modelo económico ha actuado con la metodología de la seducción vía el consumo, una expectativa de bienestar aunque no fuera realidad. Pero todo tiene su límite. Hoy, 4 de cada 10 peruanos afirma que sus ingresos no les alcanzan para vivir. La situación se agrava en el caso de los sectores socioeconómicos D y E, donde el porcentaje de familias con dificultades sube a 45% y 63%, respectivamente. Además, solo un 27% de peruanos cree que la situación del país mejorará en los próximos doce meses, 5% menos respecto a mayo.
Esto sucede, una vez más, por la continuidad de las políticas económicas sobre la base de los precios altos de las materias primas y la expansión de sectores como el de servicios y construcción, descuidando el desarrollo de la agricultura, agroindustria e industria, sectores productivos que sí generan un mayor empleo a largo plazo y reducen la desigualdad social.
Se requiere, entonces, reorientar nuestra economía en un sentido productivo, lo que implica diseñar una política económica que estimule la producción y el consumo, que afronte el problema de nuestra soberanía energética y el grave déficit en infraestructura, que se deroguen los paquetazos contra los trabajadores, el medio ambiente y los pueblos indígenas. Además, promover una adecuada diversificación productiva que desarrolle el mercado interno e integre el país para dar trabajo decente y un aumento del salario mínimo a los millones de peruanos que sobreviven con algún trabajo precario. El presidente Humala tiene en sus manos la responsabilidad de encaminar nuestra economía.
Nota
(1) Sistema de devolución de impuestos que evita la doble tributación.