Poder, política y periodismo (III)
17/12/2014
- Opinión
(Tercero de tres artículos)
El recinto de la Universidad del Sagrado Corazón (USC) en Santurce, Puerto Rico es un lugar donde se cruzan los caminos del poder, la política y el periodismo. Uno puede aprender mucho acerca de la realidad puertorriqueña y de por qué el país está como está con sólo mantener los ojos bien abiertos en dicha institución. Recapitulando la información del primer artículo de esta serie, esta universidad privada católica tiene una relación con la poderosa familia Ferré Rangel que es muy ilustrativa de cómo se ejerce el poder en Puerto Rico. La escuela de comunicación de la USC, de la cual han egresado tantos periodistas y publicistas puertorriqueños, recibe, comenzando este año, $1 millón al año por los próximos 5 años de GFR Media, brazo mediático del imperio corporativo de esta familia. Y para que no quede duda sobre quién manda, la escuela ahora lleva el nombre de Escuela de Comunicación Ferré Rangel.
La USC y los Ferré Rangel colaboran también en otros ámbitos. Ejemplo de esto es Agenda Ciudadana, una mesa redonda de líderes empresariales y comunitarios que, según su página web, “provee un espacio de encuentro transectorial para deliberar sobre asuntos públicos que afectan al país en los temas de educación, economía, seguridad, salud, ambiente, estructura gubernamental, derechos humanos y civiles y familias”. AC toma crédito por la formulación del llamado Plan Decenal que busca transformar la educación pública en Puerto Rico. Otros socios en esta iniciativa son las empresas Goya, B. Fernández y Hermanos, Microsoft y Bacardí, al igual que la Fundación Banco Popular. Otra instancia de colaboración es el Centro para la Libertad de Prensa, institución con sede en el recinto de la USC y fundada por El Nuevo Día- periódico fundado por y hasta recientemente dirigido por Antonio Luis Ferré, padre de los Ferré Rangel.
Según una fuente confidencial en la facultad de la USC, la universidad es una guarida de activistas militantes del derechista y neoliberal Partido Nuevo Progresista (PNP), hoy en la oposición, y de miembros de grupo católico ultraconservador Opus Dei. La fuente señala como dato muy importante que el nuevo presidente de la universidad es el licenciado Gilberto Marxuach Torrós, quien fue asesor legal del gobernador Luis Fortuño, último PNP que gobernó a Puerto Rico (2009-2012). Como asesor de Fortuño, Marxuach fue el principal autor intelectual de la infame Ley 7. Esta ley resultó en el despido de casi 20 mil empleados públicos y habilitó la creación de alianzas público privadas, las cuales han resultado ser privatizaciones disfrazadas (1). En la junta de síndicos de la USC están también el presidente del plan médico Triple S, Ramón Ruiz Comas, el ex-presidente de Bacardí, Angel Torres Bacardí, y el presidente del banco hipotecario Oriental, José R. Fernández.
“Toda esta gente son los que están detrás de Agenda Ciudadana, y de las privatizaciones de la Autoridad de Energía Eléctrica y el Departamento de Educación con el Plan Decenal de las escuelas públicas”, informó la fuente confidencial.
La Universidad del Sagrado Corazón y la estrategia de Estados Unidos
En la USC trabaja Ramón Daubón, un personaje importante en la estrategia geopolítica de Estados Unidos en América Latina y el Caribe. Fue representante de la Fundación Ford en Suramérica de 1990 a 1993, y subdirector de USAID de 1993 a 1996 (1). La agencia USAID es un brazo de la política exterior de EEUU y ha sido numerosas veces acusada de violentar la soberanía de naciones y de servir de testaferro para operaciones de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). En los últimos meses esta agencia ha sido sorprendida en el acto de emprender esquemas cantinflescos para desestabilizar a Cuba, primero mediante Twitter y luego financiando raperos. El norteamericano Alan Gross, arrestado en Cuba por espionaje y dejado en libertad este mes, andaba en la isla en su capacidad como subcontratista de USAID.
De 2002 a 2008 Daubón presidió la Fundación Interamericana, entidad creada por el gobierno de Estados Unidos para apoyar proyectos comunitarios, y desde 2008 preside el Grupo Esquel, organización no gubernamental financiada por el gobierno de EEUU. En un artículo circulado por la Red Voltaire, titulado “Esquel: el cerebro de la injusticia yanqui en el Ecuador”, dice que “Esquel es otra de las organizaciones que recibe financiamiento de la USAID y quien lidera una operadora de justicia denominada ‘Coalición Nacional por la Justicia’. Esta sería una de las organizaciones que interviene en la elección y designación de magistrados, jueces y funcionarios judiciales del país.” (2) Un artículo publicado por el periódico ecuatoriano El Telégrafo (20 de junio 2012) sobre el financiamiento de USAID a la oposición política en los países de la alianza bolivariana ALBA señala a Esquel como subcontratista o socio de un proyecto de USAID en Ecuador llamado “Fortalecimiento a la Sociedad Civil en el Ecuador”, también conocido como “Ciudadanía Activa” (3).
Daubón trabaja en la USC como asesor y catedrático del Instituto de Liderazgo, Empresarismo y Ciudadanía (ILEC), el cual según nuestra fuente confidencial, sirve “para propiciar el diálogo sostenido y mediante foros y conversatorios convencer a los grupos cívicos, sociales y comunitarios de la necesidad de abrirse al cambio y a la privatización.”
El ILEC lo dirige Alfredo Carrasquillo, esposo de la alcaldesa de San Juan, Carmen Cruz. Carrasquillo fue colaborador del fenecido alcalde de Caguas, el soberanista William Miranda Marín, y preside la junta directiva del proyecto soberanista Somos País.
1 Perfil de LinkedIn de Ramón Daubón https://www.linkedin.com/pub/ramon-e-daubon/8/634/5ab
Saben velar todos sus flancos
Los Ferré Rangel velan todos sus flancos. Ellos financian el Centro para una Nueva Economía, un tanque de pensamiento supuestamente independiente cuyos colaboradores y socios son todos miembros de la elite de negocios de Puerto Rico. Entre sus principales donantes están El Nuevo Día, Triple S, Banco Popular, UBS, la aseguradora Universal, la fundación Open Society de George Soros, Oriental Bank, T-Mobile, y Toyota, y recibe también donativos individuales de Antonio Luis Ferré y de sus hijos Antonio Luis y Loren Ferré Rangel (2).El CNE lo preside el economista Sergio Marxuach, pariente del actual presidente de la USC.
Financian también, a través de GFR Media, a la Asociación de Periodistas (ASPPRO), gremio profesional que en otra época afirmó su independencia lanzando duras críticas a las prácticas laborales de El Nuevo Día. Como he señalado en un artículo anterior, la ASPPRO también gustosamente acepta dinero de otros patronos, como el Canal 6, El Vocero, Noticel, Radio Isla y Notiuno. Y el día que estos medios abusen de sus trabajadores y lleven a cabo otras prácticas antiéticas, ¿la Asociación va a decir algo? La ASPPRO también recibe fondos de Plaza Las Américas, Doral, Wal-Mart, Direct TV, Walgreens, Don Q, Goya, Banco Popular, Merck, Coca Cola, Triple S y la Universidad del Sagrado Corazón (3).
Y como evidencia de la astucia política de esta familia, desde hace unos meses una empresa del Grupo Ferré Rangel imprime y distribuye Claridad, publicación independentista que fue en la década de los 70 un bravísimo diario marxista leninista, órgano informativo del ya desaparecido Partido Socialista (PSP).
La conexión chilena
Las conexiones de los Ferré Rangel son verdaderamente internacionales. Ejemplo de esto es la participación muy activa de su periódico El Nuevo Día en la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). Como dije en el segundo artículo de esta serie, la SIP ha sido acusada frecuentemente de servir de fronte para la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA). En el centro de estas alegaciones está el empresario chileno Agustín Edwards, dueño del periódico derechista El Mercurio y presidente de la SIP de 1968 a 1969. Edwards no niega que en 1970 se reunió con Richard Helms, director de la CIA. Documentos desclasificados del gobierno de EEUU demuestran que Edwards conversó con Helms sobre cómo combatir el gobierno democráticamente electo del presidente socialista Salvador Allende.
Los Ferré Rangel tienen una estrecha relación de negocios con el imperio periodístico de la familia Edwards. Mauricio Gallardo, brazo derecho de Edwards, fue director ejecutivo de El Nuevo Día de 2007 a 2009. Previamente había sido editor de la revista dominical de El Mercurio. Actualmente está de vuelta en Chile dirigiendo La Segunda, otro periódico de los Edwards. “Mauricio Gallardo ha hecho prácticamente toda su carrera en el conglomerado de medios de la familia Edwards en Chile. Esta cadena posee 22 periódicos y 33 emisoras de radio”, informa Un Diario Amable, documental crítico sobre El Nuevo Día presentado en la televisión puertorriqueña en 2009, para el cual Gallardo fue entrevistado (4).
“Gallardo participó en el cambio del periódico chileno Las Ultimas Noticias de un diario tradicional de derecha a un pasquín farandulero… transformación que se considera un gran acierto porque el periodismo basura vende más”, dijo para el documental Ernesto Carmona, consejero nacional del Colegio de Periodistas de Chile.
Gallardo fue alegadamente despedido de El Nuevo Día inmediatamente después de la transmisión de Un Diario Amable. Esta información fue motivo de regocijo para el periodista Luis Fernando Coss, quien dirigió el documental. “Gallardo representaba lo peor de las estrategias corporativas, es decir, aquellas medidas que comprometen al periodismo contemporáneo con la codicia y las rutinas del mercado en menoscabo de los intereses de la gente y sus esperanzas más nobles. Sí, el colonialismo corporativo sufrió un duro revés”, declaró Coss en 2010 (5). Coss dirigió los periódicos Claridad, Diálogo y Paliques, y ahora dirige la revista cibernética 80 Grados.
El otro lado de la historia
En el curso de investigar esta historia para la agencia noticiosa IPS, hice esfuerzos por recoger voces del lado opuesto. Repetidas veces intenté conseguir una entrevista con Héctor Peña, director de la página de opinión de El Nuevo Día y miembro de la junta directiva de la SIP, pero no contestó mis llamadas.
Pero sí obtuve respuesta de Ricardo Trotti, funcionario de la SIP que recién había sido nombrado director ejecutivo de la organización. Aquí cito largamente de su respuesta, la cual me envió por escrito el pasado 5 de noviembre:
“La SIP (es) una organización independiente a cualquier ideología, pensamiento o grupo de poder… Las críticas a la SIP provienen de todos los sectores no solo de aquellos que la embanderan en la derecha sino también en la izquierda o en el centro, de acuerdo a la visión del entrevistado. Para los fujimoristas, los streoesneristas, los pinochetitas, los contras, los menemistas y todos los ismos de derecha la SIP ha estado insoportablemente a la izquierda. Para los correístas, los chavistas, los fidelistas y los populismos, la SIP ha estado socavando a las instituciones democráticas desde el imperialismo, el colonialismo y desde las minorías. En EEUU para la prensa demócrata la SIP está recostada hacia los republicanos y estaba con la reaganomics; mientras que para los republicanos, la SIP y la prensa, siempre fueron más liberales o apoyaron las políticas de Kennedy, Clinton y Obama.
La SIP no puede estar replicando o defendiéndose de esas opiniones que son tan variadas como el arco iris y que todo el mundo las puede expresar a gusto y placer... la SIP ha criticado y denunciado las violaciones a la libertad de prensa de todo tipo de gobiernos e incluso al crimen organizado y cualquiera otra institución privada o pública que haya violentado o esté violentando el derecho del público a la información. Y solo ha hecho eso, criticado, denunciado y elevando la conversación pública o la agenda en pos de sociedades más democráticas, ya que la SIP no tiene otro poder como cualquier otra ong. La SIP siempre se mantendrá alerta, sin importar qué tipo de ideología está de turno.”
En torno a las travesuras de Edwards, Trotti ofreció una respuesta astuta:
“...la SIP es una institución y no puede responder ni se asume responsable por la conducta particular de cada socio o por el criterio editorial de cada periódico del continente, muchos de ellos que tampoco son socios. Bajo la premisa de la libertad y de la pluralidad y diversidad de la que está compuesta, siempre se encontrará abundancia de conceptos para criticarla. Es como querer acusar a la Iglesia Católica de pederasta por la conducta maliciosa de algunos de sus curas y obispos, para así descalificarla por su trabajo con los marginados o su labor de catequesis.”
Sin embargo, el que personajes como Edwards y Arbilla, que actuaron en pro del totalitarismo y en contra de la democracia y la libertad de prensa en sus países respectivos, hayan llegado a presidir la SIP dice mucho sobre lo supuestamente apolítica y ecuánime que es esta organización.
En fin, hay que romper con la visión del periodismo como algo objetivo y neutral, como un oficio desinteresado que mira los conflictos del mundo desde un “afuera”, y que es ajeno a los intereses de las elites privilegiadas y a las luchas sociales. La labor periodística siempre tiene algo que ver con el poder político, y nunca es neutra ante él. Las interminables alabanzas a la “prensa libre” y la “libertad de prensa” deben ser atemperadas por un duro cuestionamiento y seria reflexión.
18 de diciembre 2014
Carmelo Ruiz Marrero es periodista puertorriqueño. Desde 2004 dirige la página web bilingüe Haciendo Punto en Otro Blog (http://carmeloruiz.blogspot.com/). Su identidad en Twitter es @carmeloruiz.
Notas:
1 “Marxuach Torrós fue instrumental en la elaboración del llamado plan de reconstrucción fiscal y económica que impulsó la administración Fortuño durante sus primeros dos años; así como en la elaboración de mucha de la legislación emblemática del gobernador como la de alianzas público privadas.” El Nuevo Día, 6 de julio 2011. http://www.elnuevodia.com/renunciademarxuachsecocinabahacemeses-1008991.html
https://www.alainet.org/es/active/79581
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