Ayer , Ecuador; hoy, Bolivia y ¿mañana?

02/06/2005
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La inestabilidad política en Latinoamérica es una constante en los últimos meses. Primero, con la caída de Lucio Gutiérrez a manos de los forajidos y ahora, tambalea Mesa en un fuego cruzado entre los campesinos y agricultores en defensa de sus recursos naturales y los comuneros de Santa Cruz de la Sierra, viejo reducto de la oligarquía que apoyó a Goñi e intenta sostener el viejo régimen que beneficia a las transnacionales. Sin embargo, el panorama latinoamericano es mucho más amplio, al igual que la estrategia imperial para la dominación y sus razones para ello. No podemos ni debemos olvidar que Perú y su Presidente, Alejandro Toledo, se encuentran a pasos de una situación como la que acontece hoy en Bolivia y que Venezuela y su líder, Hugo Chávez Frías, se encuentran en un proceso signado por el intento de consolidar una gestión destinada al bienestar del pueblo que es sistemáticamente acosado por la oligarquía de los Pérez y compañía, clásicos lugartenientes del Imperio. Ayer, fue Ecuador con los forajidos derribando a Lino Gutiérrez, por su firme alineamiento al Imperio y sus organismos predilectos, como el FMI y el Banco Mundial, quien desechó la alianza con los sectores indígenas que habían creído en el. Poco bastó para que se comenzara a derrumbar el castillo de naipes construido en la campaña electoral, mediante la movilización activa de un pueblo que, ahora, asiste a un proceso de legitimación de Alfredo Palacio, al igual que después de la crisis argentina de 2001. Dicho proceso, si tomamos en cuenta lo sucedido en Bolivia, puede tomar un giro inesperado mal que le pese a Condoleeza Rice, Secretaria de Estado del Imperio, porque los forajidos todavía continúan ejerciendo algún tipo de presión para que se cumplan con las demandas sociales exigidas al derrocado mandatario. Hoy, es Bolivia con los campesinos de El Alto, los docentes e indígenas dispuestos a terminar con las prebendas de Goñi, mediante una Ley de Hidrocarburos que otorga leoninos beneficios a las transnacionales petrolíferas y gasíferas que operan en dicho Estado. Luego del octubre negro que llevó a la caída del príncipe neoliberal y a la asunción de Mesa, el debate giró sobre esa norma y sobre la enorme masa de excluídos en la sociedad boliviana, que sigue financiando los excesos de la oligarquía de Santa Cruz de la Sierra. Pobreza e indigencia empujan a los sectores sociales más postergados a una virulenta protesta social que, ahora, pretende encauzarse hacia una Asamblea Constituyente en un proceso de relegitimación del poder político a manos de Evo Morales, el líder cocalero. ¿ Y mañana ? Si tenemos en cuenta la cabeza de playa del Imperio, establecida en Colombia; la notoria política de aislamiento político que sufre Venezuela, con el fin de dividirla de Argentina y Brasil y los fines imperiales, que llevan a la tan mentada guerra preventiva y a la reformulación de la añeja, y reactualizada, Doctrina de la Seguridad Nacional, nos encontramos ante un escenario imprevisible pero que puede hacer historia, puede permitir la refundación de Latinoamérica en un proceso sostenido por una activa militancia y una progresiva concientización de la ciudadanía. Sin dudas, al igual que en Irak, vienen por los recursos naturales y con un ímpetu desenfrenado, sín límites... El petróleo y el gas de Venezuela, Ecuador, Bolivia y Argentina; el Acuífero Guaraní, compartido por Argentina, Paraguay, Brasil y Uruguay y los yacimientos auríferos y uraníferos de Chile y la Patagonia argentina pasaron a ser un botín apetecible, cuando las previsiones mundiales establecen el agotamiento de los minerales para los próximos 20 años y la escasez del agua potable, para los próximos 25. Si nunca le importaron los Derechos Humanos al Imperio, ahora muchísimo menos... Y me permito recordar que los Estados Unidos de América no han suscripto ningún Convenio Internacional sobre esta categoría de derechos... En efecto, la política exterior norteamericana para Latinoamérica se ha encontrado con la resistencia de latinoamericanos decididos a defender sus recursos y su soberanía, lo cual ha obligado a la estrategia desestabilizadora que realizaran en América Central, desde principios del siglo XX. Con una Colombia cooptada para ella, con un gobierno títere de Washington hasta la médula, que sirve como excelente base de operaciones, intenta intervenir en los procesos políticos de cada uno de los Estados latinoamericanos y eso es lo importante. El intento de demoler la República Bolivariana de Venezuela, luego del fallido golpe contra el gobierno chavista, es una muestra que se suma al incidente por la detención de Rodrigo Granda, como otro intento de desestabilización en Latinoamérica. Es indudable el liderazgo venezolano en ascenso, casi a la altura del brasileño, de la mano de Lula y ello ha irritado al Departamento de Estado más de la cuenta, teniendo en cuenta la solicitud de extradición de Posada Carriles. Sin embargo, los sucesos de Ecuador y de Bolivia están siendo aprovechados para regenerar los regímenes neoliberales mediante convenientes "Asambleas Constituyentes" que podríamos llamar, para precisarlo mejor, restauradoras del orden establecido a manos de obedientes súbditos como Palacio o Morales... Por otro lado, Toledo enfila hacia el mismo camino en Perú y pese a la apariencia del control social en la Argentina, ello no impide una protesta social creciente en Neuquén, con una fuerte represión sobre docentes y obreros y en Salta y San Luis, ambas provincias con un viejo orden feudal que es resistido por amplias capas populares. Solamente Uruguay, hasta que pase la luna de miel de Tabaré Vázquez, tiene un panorama social sin repercusiones visibles pero es indudable el crecimiento de la pobreza y de la indigencia, luego del mandato batllista. Mañana... mañana puede ser Perú, Paraguay, Argentina o Brasil, cualquiera de estos Estados puede ser sacudido por terremotos políticos teniendo en cuenta el previsible efecto dominó boliviano y las estrategias imperiales. Pero si algo positivo podemos rescatar, sin dudas, es que ha comenzado una nueva era: la de la construcción de una identidad latinoamericana, de la mano del ALBA y de la resistencia popular. Prof. Juan Carlos Sánchez Cs. Jurídicas, Políticas y Sociales (I. S. P. "Dr. Joaquín V. González")
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