La derecha a las puertas de derrota histórica

31/07/2005
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A
"Yo no soy de derecha" dijo sin tapujos Joaquín Lavín, excolaborador de la dictadura y hoy candidato presidencial de la pinochetista y ultraconservadora Unión Demócrata Independiente (UDI). Posteriormente, afirmó que si hubiera sabido que en Chile había más de 4 mil detenidos desaparecidos y ejecutados políticos –realidad conocida masivamente en el país y el exterior- el habría votado No por la continuidad de Pinochet con quien tiene incontables fotos amistosas de los tiempos de la dictadura. Es parte de una estrategia entre burda e inútil por desmarcarse del pasado dictatorial pero, sobre todo, aparentar que la derecha chilena "es democrática". Incluso en la UDI como en Renovación Nacional (RN), la otra fuerza política del sector, no gusta que los definan como "derecha" y ya acuñaron el término "centroderecha". Después de estar ampliamente comprometidos con el golpe de Estado de 1973 y con los 17 años de dictadura, los personeros de la derecha chilena entraron en un reciclaje político-ideológico que incluyó mimetizarse y participar en el proceso de transición y de democracia formal, por supuesto, defendiendo el modelo económico neoliberal y la Constitución impuesta irregularmente en 1980 por los militares. La anuencia de la Concertación por la Democracia (encabezada por socialistas y democratacristianos) de aceptar una "transición amarrada" le permitió grande espacios a la derecha, principalmente a la UDI y RN que incluso con políticas populistas, grandes recursos financieros, la mayoría de los medios a su favor y una dosis de éxito ideológico de la dictadura sobre segmentos de la sociedad chilena, les permitió captar electorado que durante un año puso a la UDI a la cabeza de los partidos políticos. Sin embargo, hoy viven una crisis profunda. Lavín no pasa del 25% en los sondeos presidenciales y el nuevo candidato "liberal" de RN, Sebastián Piñera, un hombre del capital financiero, no supera el 19% en las encuestas serias, ambos luchando contra la abanderada socialista de la Concertación, Michelle Bachelet, con un 47% de las preferencias. Más allá de sus contenidos de campaña, en la UDI y RN saben que ahora se juega algo esencial. Perder las elecciones de diciembre del 2005 llevará a la derecha a estar casi medio Siglo sin llegar a La Moneda de manera democrática. Y eso, según un analista consultado por ANCHI, "va a significar una de las derrotas históricas más severas de la derecha y con tremendos problemas para recuperarse". La pesadilla de la derecha Harald Beyer, coordinador del Centro de Estudios Públicos, indicó en un artículo que si pierden la elección presidencial –lo más probable- "puede convertirse en una pesadilla para la derecha y dejarla muy disminuida después de diciembre". Apunta a que incluso habría problemas específicos pues tendría "nulas posibilidades de definir liderazgos" nuevos, quedando los actuales bastante golpeados. Algo que está afectando es que se ha reinstalado una fuerte pugna entren los sectores más conservadores y pinochetistas, expresados en la UDI y Lavín, y los más "liberales" y "modernizadores" ubicados en RN con Piñera, pero que en el fondo de los temas del país no hay mayor diferencia. En tono de cuestionamiento, la conservadora revista "Qué Pasa" indicó en un editorial que "lo que está en juego, a la larga, es la posibilidad de que la Alianza por Chile (coalición UDI-RN) muestre, por fin, un frente unido". Pero ello ya no ocurrió y Lavín y Pïñera van a una guerra electoral e ideológica ya declarada. El senador UDI Hernán Larraín, en ocasiones consensuador, dijo: "Acepto que es difícil, porque hay dos candidatos en la Alianza y eso produce una complejidad y genera tensión en la Alianza". En un reportaje del periódico "Diario Siete", de las periodistas Margaret Valenzuela y Claudia Rivas, se indicó que "concientes de que en las actuales condiciones difícilmente RN y la UDI podrán evitar un cuarto gobierno de la Concertación, algunos dirigentes ya proyectan su perfil político post elecciones del 11 de diciembre (2005). En el sector aseguran que las apuestas ya están echadas y que las miradas estarán puestas en cinco de sus figuras relevantes: Pablo Longueira, Andrés Allamand, Sebastián Piñera, Alberto Espina y Lily Pérez". El propio Longueira (UDI) dijo que sería candidato a la presidencia en 1999, dando por hecho que su correligionario Lavín no sale este año. Está claro que muchos, como dice la nota, ya miran más allá del 2005. Sin embargo, esas figuras si bien tiene "peso electoral", y por lo tanto "pintan" como generación de relevo en una derecha conservadora opuesta al divorcio, al aborto, a los derechos de los pueblos originarios, a la educación y la salud pública gratuita, etc. todavía tienen al lado y al frente a un entramado de personeros ultraconservadores que conservan gran poder. Presidentes de RN y UDI implementaron políticas de Pinochet Por mencionar dos casos claves. Son nada más y nada menos que los presidentes de ambas colectividades de la derecha. Jovino Novoa preside la UDI. Es abogado, acérrimo anticomunista, pinochetista hasta la médula. Fue subsecretario general de Pinochet; responsable de la Secretaría de Gremios de la dictadura que no era otra cosa que el control social de las organizaciones de la población. Tuvo a su cargo la conducción de la Secretaría de la Juventud y de la Mujer y fue uno de los coordinadores de los acarreos y forzamiento de manifestaciones a favor de la dictadura y de Pinochet donde se llevaban incluso a niños y jóvenes de escuelas públicas. Tuvo participación en el nombramiento arbitrario de directivos y periodistas de Televisión Nacional de Chile y el diario "La Nación", ambos estatales. Se le ha vinculado en el asesinato del dirigente de empleados fiscales, Tucapel Jiménez. Habría dado la orden de seguirlo y agredirlo. Ese es el flamante presidente de la UDI que quiere llevar a la presidencia a uno de los suyos. El otro caso es el de Sergio Díez, actual presidente del RN, supuestamente una colectividad "liberal". Pues su jefe fue opositor virulento del gobierno de Salvador Allende y delegado de la dictadura en 1975 frente a las Naciones Unidas donde dijo que los casos de detenidos desaparecidos y ejecutados políticos era un invento de los rusos comunistas y presentó falsos documentos del Registro Civil donde varias de las víctimas –que en esos momentos estaban vivas y eran torturadas- aparecían falsamente muertas en "enfrentamientos". Después este sujeto dijo que los militares lo habían engañado, tratando de omitir su responsabilidad. El sociólogo Eugenio Tironi dijo a la publicación "The Clinic" que si "(Pablo) Longueira se va a tirar (para el 1999) tiene que hacerlo en serio. Tendría que acabar con la UDI y con RN y crear un nuevo partido popular o como quieran llamarlo y mandar al retiro a toda la gente que estuvo vinculada al pinochetismo". (Omite Tironi que Longueira desde la universidad fue colaborador de la dictadura). Y agrega el especialista: "Si no es capaz de hacer eso, Longueira no tiene vuelta". En realidad esa tesis no es de Eugenio Tironi. Es una idea que se incubó hace mucho entre personeros de la UDI y también de RN. Hasta se pelean la autoría. Ya la UDI acuñó a su slogan el término "el partido popular". Quieren romper el sello pinochetista, conservador, de antaño y proyectarse como colectividades modernas, ajenas al pasado, representando a "un mundo liberal renovado" que incluya a los sectores sociales altos, medios y segmentos de los bajos. En un momento incluso Andrés Allamand quiso incorporar a la idea a sectores socialdemócratas y laicos, sectores de la Democracia Cristiana, lo que contemplaba dejar de lado a la UDI. Pero eso falló. Hace ya varios meses, y en el contexto de que el único candidato a la presidencia de la derecha era Joaquín Lavín, Allamand –que venía de RN- se integró al equipo de "udis" y en las reuniones de análisis volvió a surgir la idea del "partido popular". Y en un momento álgido del proyecto, con vistas a la campaña presidencial, él y Longueira, con el apoyo del conservador diario "La Tercera", hicieron un montaje periodístico-político donde lanzaron ya prácticamente consumada la idea del partido popular y que allí radicaba el futuro y la proyección de la derecha. Pensaron que generarían gran entusiasmo y respaldo. Pero a las pocas horas Novoa y Díez, nada más y nada menos que los presidentes de los partidos –y miembros de la vieja horneada que nada tiene que ver con estos proyectos modernizadores- dijeron desconocer el proyecto y que ni la UDI ni RN estaban en esa idea. Ahí pareció morir. Sin dejar de mencionar que hasta la fecha el Partido Popular de España reconoce oficialmente como su partido hermano a la Democracia Cristiana chilena. Pero la idea persiste. En fecha reciente, entrevistado por "El Mercurio", Andrés Allamand declaró: "La Alianza Popular, estilo Partido Popular español, es el sueño de toda mi vida. Está hibernando pero, después de diciembre, gozará de buena salud". Tácitamente reconoce las dos cosas claves. Que la derecha pierde la elección presidencial de este año y que no le quedará más que refundarse y apunta precisamente al partido popular. Todo da cuenta de que los más precavidos en la derecha saben que los huevos no hay que ponerlos en la canasta de diciembre del 2005. Tienen que mirar hacia adelante. Medio siglo fuera del gobierno es demasiado. Harald Beyer apuntaba que "una derecha constructiva y propositiva puede reinventarse con más facilidad y abrir espacios a una mayor diversidad de la que ha exhibido hasta ahora". Asunto pendiente. Y más profundo que los millonarios gastos de Lavín y Piñera en radios y avisos llamando a votar por ellos por razones banales y que, por cierto, no dan cuenta de los cambios que la derecha dice que debería hacer.- - Gonzalo Magueda es periodista. ANCHI.
https://www.alainet.org/es/active/8855
Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS