En relación con el "Plan Colombia" - elementos claves:
El Plan contra Colombia: ¡Más gasolina para el fuego!
18/09/2000
- Opinión
1. Dentro del "Plan Colombia", ciertamente existen elementos claves a los
cuales no tenemos acceso y, lamentablemente, éste es el caso de la gran
mayoría de la población colombiana y de los países que serán afectados. Sin
embargo, existen claras situaciones que, aunque quisiéramos, sencillamente no
podemos ignorar, sin que nos convirtamos en cómplices por omisión. Es un
hecho que el componente fuerte del Plan corresponde a operaciones de carácter
militar. Más del 60 por ciento de los 1300 millones de dólares qué invierte
el gobierno de los Estados Unidos corresponde a la dosis militar que lleva el
Plan. Existen muchos antecedentes que muestran que este tipo de inversión no
respeta inocentes (personas ni ecología) a la hora de desplegar los recursos
bélicos.
2. Panamá ya está metida, contra su voluntad, en la problemática colombiana,
por:
a. Los refugiados y desplazados que huyen de la situación en Colombia, y que
vienen a Panamá, a los cuales, por humanidad, estamos obligados a acoger.
b. La continua violencia, que afecta a panameños que viven en los pueblos en
la frontera, señalada innumerables veces por miembros de la Iglesia en el
lugar.
c. El tráfico de armas que pasa por Panamá y que usa a Panamá.
d. El gobierno de Panamá ha pedido una parte de los dólares de los 1300
millones que Estados Unidos ha dado a Colombia.
3. El gobierno de los Estados Unidos quiere involucrar a Panamá en el
conflicto militar que él anima y ahora tiene en Colombia. Panamá debe
evitar, a como dé lugar, verse involucrada en ese conflicto militar. Panamá
no debe permitir que, usando el argumento de que nuestro país "no está
aislado, sino que forma parte del continente", Estados Unidos consiga
involucrarnos o que consiga que nosotros mismos involucremos a nuestra
Patria.
4. En Panamá debemos estar conscientes de la necesidad de impedir todo
tráfico de drogas, pero no sólo porque eso afecte a Colombia o a Estados
Unidos, sino porque el tráfico de drogas destruye a nuestro propio pueblo y
corrompe a nuestras propias instituciones. Es evidente que Estados Unidos
usa ahora el tráfico de drogas para intervenir en el Continente, como antes
usaba la guerra fría o la lucha contra el comunismo, no como una razón, sino
como un pretexto para seguir produciendo armas, para seguir vendiéndolas,
para militarizar a los países e intervenir en ellos.
5. Nada debe servir de excusa al gobierno de Panamá para involucrar al
pueblo de Panamá en un conflicto militar extranjero, exacerbado por el
intervencionismo estadounidense, o para militarizar el país. El pueblo de
Panamá no cree en la guerra como solución para los problemas, ni siquiera
tratándose del narcotráfico.
6. El conflicto del narcotráfico debe resolverlo Estados Unidos en su propio
territorio; Estados Unidos tiene los medios tecnológicos de sobra y los
medios militares para impedir que todo ese narcotráfico entre en su
territorio y circule por él; nada debe servirle a los Estados Unidos para
hacer en Colombia o Panamá lo que no quiere hacer en su propio territorio y
con sus propios ciudadanos. A nadie se le ocurriría fumigar las calles de
Nueva York porque allí se consume mucha droga. Tenemos el deber ético de
solidarizarnos con el pueblo estadounidense que sufre el flagelo de la droga,
basados en este mismo principio, tenemos el deber ético de rechazar el
militarismo que la política del gobierno estadounidense le imprime al Plan
Colombia.
7. Habrá producción y venta de drogas mientras Estados Unidos no pague los
precios justos por el café, el banano, el azúcar, y todos los otros productos
tradicionales de los países del tercer mundo. Las políticas de la OMC, el
FMI y el BM también forman parte del contexto social, político y económico
que han ido configurando la situación de violencia que hoy está viviendo
Colombia.
8. No podemos olvidar el contexto histórico de las relaciones que han
normado en la política de los gobiernos de los Estados Unidos con los países
del Continente. El análisis de las ventajas y desventajas en esta relación,
con creces, inclina rápidamente la balanza en favor de la política
estadounidense. El negocio que representa la industria bélica para los
grandes consorcios productores de todo tipo de armamento en los Estados
Unidos ha caminado acompañando la política exterior de ese país.
9. El drama humano de los desplazados por la violencia en Colombia es una
situación de muchos años atrás. Se trata de más de unos dos millones de
colombianos que, huyendo de la violencia, se han visto forzados a deambular
en condiciones infrahumanas y a lugares en donde no existen mínimas garantías
ni condiciones para una vida digna. Así llegan a la frontera de nuestro
país. ?Quién puede disminuir las consecuencias terribles y enormes que
ocasionará el "Plan Colombia", en el desplazamiento de seres humanos hacia
nuestra frontera común?
10. Para nadie debería ser un secreto que el empobrecimiento y las
injusticias sociales están en la base de la situación violenta en Colombia.
Muchos años atrás, a través de informativos internacionales, las imágenes de
los "gamines" recorrían el mundo, miles de niños y niñas colombianas que
tenían como único refugio las peligrosas calles de la ciudad de Bogotá. Con
toda la injusticia del mundo, también en el ámbito internacional, se levantó
la estigma de ladrón, para señalar a todos los colombianos. Claro que estas
absurdas generalidades, sólo encontraron eco en las personas débiles de
espíritu y duros de corazón.
11. La realidad de hoy nos dice que la "ola" de "gamines" y asaltos, que
antes se le endilgaba a los colombianos, se ha multiplicado en progresión
geométrica y brota en todo el Continente, como resultado de un mayor impulso
a un sistema de economía, que tiene en la acumulación de ganancia, el voraz
acaparamiento y en el individualismo feroz, su mejor carta de presentación.
12. Como miembros de la Iglesia, que sirve y trabaja en la comunidad
panameña, clamamos por una paz justa, como resultado del pleno respeto a los
derechos humanos, la justicia, la verdad y la tolerancia. Oramos y clamamos
por una paz con plena satisfacción de las necesidades básicas de toda la
población, en Colombia, en Panamá y en todo el continente.
Mons. Carlos María Ariz, cmf, es Presidente de Pastoral Social- Cáritas de la
Conferencia Episcopal Panameña, Obispo de la Diócesis de Colón - Kuna Yala;
Héctor Endara Hill es Coordinador Nacional de Pastoral Social - Cáritas
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