Centenario de la 1ª Guerra

27/07/2014
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Espejismo cabalístico, o la destrucción de la “civilización”
 
El dejar que “los muertos entierren a sus muertos” es una máxima bíblico/crística (Mateo 8:22, Lucas 9:60). Pero el que los muertos opriman como “pesadilla el cerebro de los vivos”, en referencia a la historia universal (Marx), es más un maleficio de la vida terrenal.
 
Las amenazas de muerte y destrucción que significan las guerras en nuestros días, deviene como la vuelta de la hoja del mismo libro del pasado. Hace 100 años, el 28 de julio de 1914, fue asesinado el heredero al trono del imperio Austrohúngaro, el archiduque Francisco Fernando de Austria, el pretexto que detonó la también llamada Gran Guerra.
 
No por las fechas, sino por los mismos vientos de conflagración. Los subterfugios sobran. Ayer, el activismo de Bismarck y sus aspiraciones de fuerza alemanas. Hoy, la ofensiva militarista, conspirativa, financiera y criminal en aras de la supervivencia de los Estados Unidos como imperio que, otrora triunfal desde el fin de la otra guerra —la 2ª Guerra Mundial—, hoy se resiste a ceder a su autogenerado derrumbe, como le ocurrió a todos los imperios del pasado. [Valga recordad acá un precepto dialéctico (hegeliano, por cierto) irrebatible: que la causalidad interna resulta determinante; las externas, sólo condicionantes.]
 
Siempre las ambiciones del poder y el dinero. Antes por el expansionismo territorial y el predominio de mercado mundial. Ahora, por el control mediante la violencia, cruzando ríos de sangre, de todas las reservas mundiales: de minerales (los derivados de la extracción minera: el oro, la plata, los diamantes, etcétera), los naturales (agua, cultivos, maderas, etc.) y los energéticos (petróleo y gas).
 
O porque las ganancias de los mercados financieros especulativos o “casino” no tienen llenadera. Antes por la conjura, el crimen y las guerras; el eterno aliado del capitalismo. Ahora no importan el genocidio, las políticas financieras rapaces —“buitre” —, y las guerras dirigidas mediante los “modernos” drones asesinos.
 
Hoy las evidencias sobran. Y a 100 años, la situación augura una conflagración mayor. Es el sueño de los vivos, atado a las pesadillas de los muertos. Maleficios aparte, la gravedad del problema es que ahora los barones del dinero van en contra el proceso “civilizatorio”. Porque las guerras amenazan a la humanidad vía el genocidio, el terrorismo y las guerras como fin último; ¿espejismo apocalíptico?
 
Con la guerra como método, la destrucción de la vida en el planeta. ¿Quién está detrás? ¿Quién tras el trono? Son los que mueven los hilos, tejen la maraña, mueven las piezas del ajedrez o le meten leña al fuego. No son ya los estados, los presidentes, primeros ministros o gobiernos, ellos están desfasados o son peones. Son los que mueven los hilos de la situación actual; los que comandan el sistema financiero internacional y sus alfiles o cabilderos.
 
Ahí están los crímenes de Israel contra Palestina; de Occidente —EU al frente— contra el pueblo ucraniano y el derribo de dos aviones; el mercenariato del EIIL, ahora pretendido “Estado Islámico” (creado por el Mosad, EU y Reino Unido, según revela Edward Snowden) contra Irak y Siria. Situación que amenaza irradiarse a otros territorios. Política de criminales. Protagonistas de las pesadillas del mundo hoy. Sólo que la realidad es peor. A 100 años.
 
Salvador González Briceño
Director de El Día en 2009. Director de Reporte México. Contacto:sgonzalez@reportemexico.com.mx
 
 
https://www.alainet.org/es/articulo/101926?language=en

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