El Banco de los BRICS: ¿una alternativa para el financiamiento al desarrollo?

28/07/2014
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El 15 de julio, los gobiernos de Brasil, Rusia, China, India y Sudáfrica anunciaron la creación del New Development Bank (NDB). De acuerdo con el comunicado de prensa oficial, el objetivo principal de la nueva institución multilateral es establecer una alternativa a las instituciones multilaterales existentes como fuente de financiamiento para el desarrollo de los países emergentes y en desarrollo [1]. Cuando se estableció en 2007, el Banco del Sur fue anunciado como la llegada de un nuevo modelo de financiamiento para el desarrollo de los países emergentes y en desarrollo (India, 2014). Con este propósito, los miembros fundadores se han comprometido a suscribir un aporte inicial de USD $ 10 mil millones cada uno, para un capital inicial total de USD $ 50 mil millones. Sobre la base de esta suscripción de capital, se estima que el NDB podría prestar hasta US $ 35 mil millones por año en los próximos dos decenios (Griffith-Jones, 2014). Para poner ese número en perspectiva, el Banco Mundial ha prestado un promedio de USD 31,6 mil millones por año en los últimos 5 años (World Bank, 2014a). Esto deja en claro que el plan inicial de los BRICS no es sólo establecer una alternativa, sino de hecho superar en tamaño al Banco Mundial.

Es precisamente este potencial el que permite entender la positiva recepción que ha logrado la propuesta del NDB (Griffith-Jones, 2014; Stiglitz, 2014; Weisbrot, 2014). No obstante, una mirada comprensiva al contexto de la iniciativa ofrece una saludable dosis de escepticismo. En efecto, un análisis de las realidades económicas y políticas que enfrentan los BRICS plantea serias preocupaciones respecto a la viabilidad de la NBD. Además, dada su estructura similar al Banco del Sur, no es improbable que la NBD acabará experimentando los mismos problemas, y destino, de dicha institución . Cuando se estableció en 2007, el Banco del Sur fue anunciado como la llegada de un nuevo modelo de financiamiento para el desarrollo (Toussaint, 2008). Sin embargo, hasta la fecha el Banco no ha hecho su primer crédito oficial (Munevar, 2013).

Al menos tres paralelos preocupantes se pueden establecer entre el NBD y el Banco del Sur. En primer lugar, los ciclos económicos de los países miembros están estrechamente alineados. Como tal, la institución está mal adaptada para hacer frente a una recesión económica. En segundo lugar, las diferencias económicas que existen entre los países inevitablemente darán lugar a luchas por el control de los recursos del banco. En tercer lugar, y por último, la cuestión fundamental tiene que ver con los verdaderos objetivos que cada socio asigna a la institución. A medida que varía la visión sobre el papel juega un banco de desarrollo dentro del esquema de políticas económicas y políticas de cada país, se vuelve cada vez más complejo el establecer un objetivo unificador para dicha institución. Sin este, simplemente no es posible establecer una organización operativa.

Respecto a la primera cuestión, el relativo éxito económico de BRICS en la última década ha estado estrechamente relacionado con el crecimiento económico de China y su impacto en los mercados de materias primas. Durante este período, la dependencia de las exportaciones de materias primas en general, y sobre la demanda de China en particular, es un factor central que permite explicar una parte importante del crecimiento económico experimentado por Brasil, Rusia, India y Sudáfrica. Todos los países del grupo experimentaron un aumento significativo en la participación de las materias primas en las exportaciones totales (cuadro 1). Así mismo, se ha producidoe un crecimiento constante en la participación de China como destino de las exportaciones, sobre todo en los casos de Brasil y Sudáfrica (Cuadro 1). Además, el impacto económico del aumento de la demanda de materias primas se ha ampliado gracias a un shock positivo de los términos de intercambio (Tabla 1).

Fuente: Banco Mundial (2014b), UN Commtrade.
 
En este contexto, vale la pena reflexionar acerca del impacto a largo plazo de una desaceleración económica en China sobre el desempeño de los BRICS. Desde 2011, las tasas de crecimiento del PIB en Brasil, Rusia, India y Sudáfrica se han reducido de forma significativa. Ello se encuentra asociado a una reducción en la demanda y precios de las materias primas. A su vez, estos dos hechos han sido causados por el menor crecimiento de China [2]. Tal disparidad explica por qué a pesar de la gran escala de la iniciativa, los países sólo se han comprometido a transferir su contribución al banco durante un período de 7 años, con pagos anuales promedio de USD 285 millones

[1]Institución creada en 2007 por los gobiernos de Argentina, Brasil, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Uruguay y Paraguay. Su propósito es financiar proyectos que fortalezcan la integración regional al tiempo que se reduce la dependencia de los países miembros del Banco Mundial y el FMI.

[2]Calculado sobre la base de las reservas en moneda extranjera, incluyendo el oro, a finales de 2013 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/101970
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