Todo el poder a las transnacionales
Acuerdo Multilateral de Inversiones
28/04/1998
- Opinión
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que agrupa a los 29
países más influyentes del mundo, tiene previsto realizar una conferencia en París del 27 al 28 de
abril, para suscribir el polémico Acuerdo Multilateral de Inversiones (AMI). De concretarse este
Acuerdo, catalogado por sus mentores como "la Constitución de una economía mundial unificada",
ya nada tendrán que hacer los Estados para contrarrestar el poder de las multinacionales.
Aunque el AMI está en camino desde 1995, no es sino recientemente que organizaciones
ciudadanas lograron sacarle a la luz pública, rompiendo el secretismo que había rodeado esas
negociaciones, desconocidas incluso por los cuerpos legislativos. Por las reacciones en cadena que
se han venido registrando, algunos gobiernos de este grupo privilegiado parecen inclinados a
extender el plazo de negociaciones hasta inicios del próximo año, sin que esto implique cambios de
fondo.
El reinado del capital
Bajo la premisa de que en el actual mundo globalizado la circulación del capital no debe tener traba
alguna y que, por lo mismo, las fronteras nacionales están demás, el proyecto básicamente propone
que hacia adelante las reglas del juego establezcan derechos para las empresas e inversionistas
extranjeros y solo obligaciones para los Estados.
Según lo previsto en este Acuerdo, las empresas e inversionistas extranjeros tienen derecho a
invertir en cualquier área, sector o actividad, sin limitación alguna (lo que implica una desregulación
total y universal), en términos tales que pueden reclamar ante cualquier política o decisión
gubernamental que consideren como una amenaza potencial a sus ganancias, como podrían ser
medidas fiscales, ambientales, laborales, de protección al consumidor, etc.
Para los gobiernos, en cambio, establece la "obligación" de garantizar completamente esas
inversiones, incluso si se presentan perturbaciones que puedan disminuir su rentabilidad, tal el caso
de protestas sociales, huelgas, estados de emergencia, insurrecciones, revoluciones o eventos
similares. Por si esto llegara a suceder, el proyecto determina que el inversionista se beneficiará de
"toda restitución, indemnización u otro arreglo" de acuerdo a un tratamiento que "le sea favorable".
Adiós soberanía del Estado
Para los negociadores del AMI, que por su cuenta se sienten los artífices de "la Constitución de una
economía mundial unificada", en el nuevo orden no cabe potestad alguna del Estado, éste tiene que
estar a la par de las empresas e inversionistas privados extranjeros, cuando no en desventaja por el
escaso margen de maniobra que le dejan las nuevas reglas del juego.
Es así, por ejemplo, que de darse un diferendo, según el Acuerdo le corresponde al inversionista
decidir si lo plantea ante tribunales del Estado concernido o al arbitraje internacional, sin que aquel
pueda negarse a éste. La aplicación de este derecho prácticamente es ilimitada, en la medida que se
refiere a todo diferendo relativo a "una violación que concierne una obligación" que ocasione una
pérdida o un perjuicio al inversionista o a su inversión. Para el Estado o sus ciudadanos, en
cambio, el proyecto no contempla ningún recurso para plantear demandas por daños que podrían
causar las empresas multinacionales. La inversión externa simplemente está exenta de obligaciones.
Al límite, lo que se establece es un criterio subjetivo favorable al inversionista extranjero, por lo que
basta que éste encare una situación adversa para justificar el derecho a una indemnización. Con el
añadido que, si se establece un acuerdo, los Estados no pueden revocarlo por 20 años, lo cual se
aplicaría incluso a los convenios establecidos antes de la firma del AMI.
Así, a los gobiernos se les tornará imposible considerar siquiera cualquier política de tratamiento
preferencial (como podría ser para acudir en auxilio de algún sector económico interno en
dificultades) o programas redistributivos (de la tierra, por ejemplo) o de protección cultural... El
AMI, cual "Gran Hermano", estará vigilante.
https://www.alainet.org/es/articulo/104283
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