Para esa última semana de noviembre, del 21 al 26, habrá luna llena. Las costas sureñas dominicanas de la playa de Juan Dolio acogerán entonces a más de 1000 mujeres que darán vida al VIII Encuentro Feminista de América Latina y El Caribe, último de este milenio y primero que se realiza en este pedazo, todo mar, del Continente. Mientras "las brujas calientan las escobas", al decir de la Comisión Organizadora (que remeda con esa imagen las crueldades del medioevo en que las mujeres más lúcidas fueron quemadas por la Inquisición, lo que hizo de ello un símbolo del feminismo) el grupo de trabajo que impulsa los preparativos ha emitido varios documentos informativos y de análisis. El primero de éstos ajusta la agenda de ejes temáticos, al incorporarles sugerencias llegadas de muchas partes y emergidas, fundamentalmente del Primer Encuentro Feminista Nacional efectuado en la misma República Dominicana, y del Encuentro Feminista Caribeño que tuvo lugar en Trinidad-Tobago, ambos el pasado año. Otro es un "resumen" de qué ha ocurrido hasta aquí en cada uno de los 7 Encuentros Feministas anteriores. Y el tercero es una "contextualización histórica" del movimiento feminista y de mujeres con "elementos claves para su comprensión". Estructurado por Yuderkys Espinosa, Lusitania Martínez, Lourdes Contreras, Cristina Castillo y Ochy Curiel, como partícipes de la Comisión Organizadora, el documento sintetiza procesos intensos y trascendentes que se iniciaron en el siglo pasado y cuyas repercusiones tributarán al nuevo milenio estrategias, tácticas y experiencias que marcarán las luchas, acciones, pensamientos, ideas y aspiraciones de éstas que hoy se miran en los espejos y se descubren todavía con rostros de niñas. Un muy breve compendio de los contenidos esenciales de esta publicación pretende ser un aporte del Area Mujeres de ALAI que prepara una edición especial de "Aportes para el Debate"-- al desenvolvimiento exitoso del VIII Encuentro Feminista. Del capítulo "Feminismo y Movimiento de Mujeres" es ésta la síntesis: Las mujeres en los diferentes países han pasado cada vez más a organizarse y movilizarse en la lucha por las diferentes situaciones que las afectan desde sus diferentes, concepciones, medios y estrategias. Algunas se han organizado para reclamar desde lo más básico, como rebaja en los alimentos, hasta el desarrollo de movimientos centrados en proyectos de más largo plazo, que intentan incidir a nivel cultural en los patrones, prácticas y comportamientos, así como a nivel de las formas de pensar y concebir el mundo. Con esta diversidad de acciones y concepciones las mujeres han conformado un movimiento heterogéneo y diverso, con dos caras visibles fundamentales, a veces vistas como contradictorias o con intereses encontrados; estas dos caras son el movimiento feminista y, de manera más amplia, el movimiento de mujeres. Hoy en día se trata de que comencemos a develar mitos y prejuicios, que empecemos a asumir la autocrítica como elemento renovador y potenciador, y que iniciemos un proceso de entendimiento de nuestras historias comunes de opresión y de rebeldía. Una opción de las mujeres El feminismo nace como una opción de las mujeres como sujeto social subordinado y olvidado por todos los movimientos de liberación anteriores, desarrollados y liderados por hombres. Demuestra y asume que además de los problemas que afectan a la mayoría, hay problemas específicos que afectan a las mujeres por el sólo hecho de ser mujeres. Como en toda teoría y paradigma social, durante el desarrollo del feminismo han existido diferentes maneras de explicar, entender y buscar respuestas a la subordinación de las mujeres. Esto ha tenido que ver con la época y el contexto desde donde se ha actuado, pero también con los propios intereses de las mujeres que las han desarrollado y los estilos de vida, los compromisos y grados de conciencia de éstas. En tiempos más cercanos se ha ido desarrollando a cierta escala una visión feminista que intenta responder a la contraposición entre igualdad y diferencia, apuntando que tanto una como otra tienen parte de verdad. Esta corriente centrada en los mecanismos de socialización y educación, plantea básicamente la construcción y la existencia de los géneros como el problema fundamental en las relaciones de poder entre las mujeres y hombres y en el modelo de sociedad que vivimos. Por último y más recientemente han entrado al panorama feminista dos clasificaciones acerca del pensar y el hacer de las mujeres en los últimos tiempos. Se habla de "feminismo autónomo y feminismo institucional". Al primero se le entiende como una respuesta política a las relaciones patriarcales. Aboga por un cambio societal a gran escala que transforme los patrones de convivencia humana, y que desarrolle otra concepción del poder, de la política y de la ética. El "feminismo institucionalizado" hace referencia a la tecnificación y profesionalización que se ha dado en una gran parte del movimiento feminista. Consideran que la forma de introducir cambios y romper con las trabas sociales es a través de la incorporación de las mujeres a los espacios institucionales de poder, principalmente los políticos, donde se definen las políticas sociales, económicas y culturales. En el movimiento de mujeres y feminista hay discusiones pendientes, problemas urgentes a los que debemos dar respuesta en los próximos años, como forma de asegurar la continuación y supervivencia del movimiento...". Este momento, de "preparación para el VIII Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, es oportuno para poner al debate estas problemáticas con el propósito de contribuir al fortalecimiento del movimiento feminista y en el impacto real que éste pueda tener en la transformación social", señalan. Síntesis: Mirta Rodríguez Calderón.