Compartir el derecho a los sueños conquistados, sin hambre ni limosnas
Movimiento Amplio de Mujeres
28/09/1999
- Opinión
Las mujeres peruanas levantan otra vez sus reivindicaciones desde un esfuerzo
de concertación y unidad, el Movimiento Amplio de Mujeres (MAM) que concita
la concertación de unas 40 organizaciones, y juntó en Lima, a mediados de mes,
las voces de las campesinas, filósofas y académicas, comunicadoras y
economistas; y de varias pioneras del movimiento feminista en el Perú, quienes
coincidieron en que "debemos marchar por un NO al miedo", idea presentada
desde el Taller Mujer y Paz, que reflexionó acerca de los conflictos que
aquejan hoy a los intervenidos y atropellados del mundo, tanto en Colombia
como en Indonesia o Timor.
El Perú registra -al decir de María Esther Mogollón, coordinadora del MAM- un
deterioro y un retroceso en derechos que habían sido conquistados hace 40 años
en el plano del respeto a la ciudadanía, debido al "copamiento autoritario de
las instituciones, el chantaje como estilo de poder, y políticas de
sobrevivencia que trafican con el hambre y la necesidad".
Las peruanas de hoy, sobre todo las más desposeídas, son "usadas" en un juego
político publicitario destinado a hacerles creer que están representadas y que
avanzan en sus propias conquistas, mientras los índices de desempleo y
subempleo se disparan a costa de ellas; y las muertes por abortos ( 5 cada
día, 1600 por año) contrarían las falacias de supuestos defensores de la vida
cuando los ataúdes que van a los cementerios llevan mujeres.
Los sojuzgamientos a su voz y su palabra, a sus preferencias sexuales, sus
etnias o sus discapacidades (se calculan más de 3 millones los impedidos en
el país), se convierten en componentes de políticas neoliberales cuyo impacto
mayor minimiza las posibilidades de ellas. Un análisis de esas realidades fue
hecho por Mariella Rivera, del Grupo Mujer y Ajuste Estructural.
El planteamiento de cómo los campesinos y campesinas son despojados de sus
tierras, medio vital de sustento e inserción económica, fue expuesto por la
dirigenta asháninka Luzmila Chiricente, y por la líder campesina Hilaria Supa,
conscientes de cuánto tienen que hacer para que las políticas de población que
se les aplican, con frecuencia sin su consentimiento, tomen en cuenta los
derechos de ellas, discriminadas por sus esposos y por la sociedad que las
sanciona cuando quieren parir sólo los hijos que desean.
Directamente conectado en su temario con los "ejes" acordados para el VIII
Encuentro Feminista de América Latina y el Caribe, a efectuarse en República
Dominicana, el próximo noviembre, las peruanas escucharon a: Gina Vargas,
Victoria Villanueva, Rosa Dominga Trapasso, quienes recrearon los precedentes
del feminismo, del cual nacieron las instituciones que ellas representan hoy:
Flora Tristán, Manuela Ramos, Creatividad y Cambio; y la corriente autónoma
del feminismo de la cual es Bethsabé Andia, partícipe también del MAM.
El binomio feminismo-movimiento de mujeres, que algunas teóricas consideran
bifurcaciones y otras sitúan al primero contenido en el segundo, tuvo su
reflejo en la reunión de Lima. Muchos debates hay todavía al respecto. La
coordinadora del Movimiento Amplio de Mujeres, María Esther Mogollón, llamó
a las integrantes de esas fuerzas a un diálogo real, comprometido y verdadero
que les permita "hablar fundamentalmente con el corazón, la verdad y la
transparencia, tratando de eliminar todas las deformaciones que nos han hecho
tanto daño: la falta de solidaridad, el protagonismo innecesario, las falsas
discusiones y muchas veces el apremio por la coyuntura".
En ese diapasón discurrió Laura Balbuena. En su análisis de la ética en los
vínculos entre mujeres, la académica insistió en "la necesidad de ser
consecuentes con nuestras propias propuestas; y fomentar la equidad en
nuestras relaciones, además de capacitarnos para romper el silencio y retomar
la palabra". En una etapa marcada por el desarrollo vertiginoso de las
infraestructuras de comunicación las mujeres no consiguen todavía que sus
voces resuenen. De ahí que esfuerzos como el de Milenia Radio, la única radio
feminista del país, fuere reconocida y estimulada, al mismo tiempo que
abogaron por una red o movimiento de comunicadoras que levante y acoja las
necesidades de las peruanas desde una visión igualitaria.
Empeñadas ya en estructurar aportes para la Agenda de las Mujeres 2000, el
Movimiento Amplio de Mujeres peruanas no quiere olvidar su propia historia.
Al recapitular sobre lo que ocurría en el país cuando se integraron, hace tres
años, evocaron los días en que el gobierno levantaba sus triunfos sobre "el
terrorismo" aunque la historia del abuso continuó "y esta vez -dijo la
Coordinadora- desde el propio Estado, cuando no sólo la tortura y la muerte
se convirtieron en un estilo de gobierno sino que las mujeres pasamos a ser
el instrumento fundamental de ese poder".
Las peruanas concertadas subrayaron sin eufemismos el carácter político de sus
debates y de sus razones, "aunque no somos ni seremos un partido político ni
un movimiento supeditado a otros intereses. Pero el MAM es un movimiento
esencialmente político, aunque haya quienes le tienen miedo a esta palabra que
suele usarse para desautorizar y descalificar. En este Perú que aparentemente
se cae estamos dispuestas a correr los riesgos que trae consigo el proclamar
verdades".
El lema del Movimiento Amplio de Mujeres ubica a sus integrantes: "con los
pies en la tierra y nuestra mirada en las estrellas".
Mirta Rodríguez Calderón
https://www.alainet.org/es/articulo/104501?language=es
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