A la dirigencia política argentina
Carta Pastoral Ecuménica
28/08/2000
- Opinión
"...Yo he venido para que tengan VIDA y para que la tengan en abundancia."
(Evangelio de San Juan, capítulo 10, versículo 10)
Preocupados por la difícil situación socio-económica que se vive en nuestro
querido país, y que afecta a millones de personas, en especial, a la niñez,
la juventud, la ancianidad y a las mujeres, quisiéramos reafirmar en el
espíritu del Jubileo Bíblico que nos mancomuna en este año 2000:
Que el proyecto de Dios es un proyecto de Justicia, Paz y Amor para toda su
creación, Que en el marco de ese proyecto, la dignidad de la vida humana es
una promesa para todos y todas, Que esa promesa no admite exclusiones de
ninguna naturaleza ni discriminaciones de ningún tipo.
Estamos confrontados ante una verdadera dictadura del dinero que se ha
convertido en el arma predilecta de nuevas formas de sometimiento humano. Las
políticas económicas sólo encuentran justificación si sirven para mejorar las
condiciones de vida de las personas y favorece con más justicia las
relaciones hacia el interior de las sociedades y entre los pueblos.
Los ajustes estructurales que se han practicado y se continúan practicando
sin solución de continuidad, han servido para atarnos a un círculo perverso y
llevarnos a situaciones de exclusión sin esperanzas, que mayoritariamente
desembocan en peligrosas espirales de violencia. Ha habido y hay mucho
sufrimiento en nuestro pueblo. No queremos más cruentos enfrentamientos
evitables.
Los pobres, hoy millones en nuestro país, son los que pagan los costos de
esos programas de ajuste promovidos por los organismos multilaterales
financieros como es el caso del Fondo Monetario Internacional y el Banco
Mundial, entre otros. Son los más indefensos, los pobres junto con el medio
ambiente, los que mueren y se degradan mientras gran parte de la dirigencia
política y económica debate, especula o vacila, reforzándose mientras tanto
"climas de muerte" que son absolutamente contrarios a la justicia y
solidaridad ética y evangélica.
Desde hace tiempo que tanto el Papa Juan Pablo II como también otros líderes
religiosos nucleados en el Consejo Mundial de Iglesias, han calificado a la
Deuda Externa de los países de América Latina y Caribe, Asia y Africa como
inmoral, ilegítima e impagable.
En el caso de Argentina, el desarrollo y crecimiento de esta Deuda ha estado
jalonado, desde los tiempos de la última dictadura, por hechos vergonzosos y
repudiados por el Derecho local e internacional. También es cierto que ha
servido para la especulación y está vinculada a mecanismos de corrupción.
Esta profunda e ilegítima Deuda ha socavado hasta la libertad de decisión a
nuestro país. Sobrados ejemplos tenemos para señalar hasta qué grado de
imposición y control exterior tienen las decisiones económicas y - como
consecuencia - nuestra capacidad de desarrollo social y democrático.
Justamente quienes no la contrajeron, ni se beneficiaron, ni fueron
consultados, ni siquiera informados, se ven obligados a soportar programas de
ajuste perpetuo, cuyo fin declarado es cumplir con las obligaciones de pago
cuyo monto, sin embargo, crece sin cesar. El problema de la Deuda Externa no
es lo único que debemos enfrentar los argentinos; más aún, su posible
reducción o anulación no soluciona por sí sola la difícil y crítica situación
que vivimos. Pero no podemos seguir ignorándola si pretendemos evitar mayores
sufrimientos para nuestro pueblo, como así tampoco los mecanismos que el
actual modelo económico favorece para que se produzcan mayores desigualdades
sociales.
Por eso nos dirigimos a Uds. que tienen responsabilidades propias o delegadas
en el campo político, social y económico para que el problema de la Deuda
Externa sea visto, discutido y superado como un tema que afecta directamente
la vida del conjunto de nuestra sociedad, y no como un simple problema de las
cuentas fiscales.
Por último, como Iglesias y organismos fraternales ecuménicos comprometidos
en la construcción de la esperanza, la justicia y la paz en medio de nuestro
pueblo, manifestamos en este año del Jubileo Bíblico y frente a la crítica
situación que atravesamos; que la promesa de vida abundante de Dios debe
expresarse en el pleno ejercicio de todos los derechos por parte del conjunto
de todas las personas sin exclusiones, para alcanzar la reparación histórica
de vidas y recursos que han sido sojuzgados, y generar nuevas posibilidades
de relaciones más justas e igualitarias en la distribución de la riqueza y en
todos los ámbitos de desarrollo.
Junto al profeta Oseas quisiéramos expresar en oración:
"Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que
holocaustos". (Oseas, capítulo 6, versículo 6)
Que así sea, amén.
Argentina, julio de 2000
Año del Jubileo y de la Cultura por la Paz
Obispo Humberto Edmundo Axt, Obispo Auxiliar, Iglesia Anglicana Diócesis del
Norte
Obispo Aldo Etchegoyen, Iglesia Evangélica Metodista Argentina
Pastor Juan Gattinoni, Secretario Regional del Consejo Latinoamericano de
Iglesias, Región Río de la Plata
Rabino Daniel Goldman, Comunidad Bet-el
Revdo. Canónigo Carlos E. J. Halperin, Iglesia Anglicana, Diócesis de
Argentina
Mons. Miguel Hesayne, Obispo emérito de Viedma
Obispo Mario Lorenzo Mariño, Obispo Auxiliar, Iglesia Anglicana Diócesis del
Norte
Mons. Marcelo Melani, Obispo de Viedma
Mons. Jorge Novak, Obispo de Quilmes
Mons. Pedro Olmedo, Obispo de Humahuaca
Obispo Emérito Federico Pagura, co-presidente, Consejo Mundial de Iglesias
Mons. Marcelo Palentini, Obispo de Jujuy
Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz
Pastor Hugo Armand Pilón, Moderador, Iglesia Evangélica Valdense
Mons. Joaquín Piña, Obispo de Iguazú
Mons. José Pedro Pozzi, Obispo del Alto Valle del Río Negro
Mons. Agustín Radrizzani, Obispo de Neuquén
Mons. Rafael Rey, Obispo de Zarate-Campana
Pastor Rodolfo Reinich, Presidente Federación Argentina de Iglesias
Evangélicas
Hna. María Laura Roger, C.D.M., presidenta, Confederación Argentina de
Religiosas y Religiosos
Pastor Juan Pedro Schaad, Presidente Iglesia Evangélica del Río de la Plata
Pastor Juan Abelardo Schvindt, Secretario Ejecutivo Iglesia Evangélica del
Río de la Plata
Obispo Mauricio Walter Sinclair, Obispo Diocesano, Iglesia Anglicana Diócesis
del Norte
Pastor Jorge Vaccaro, Asociación La Iglesia de Dios Prof. Germán Zijlstra,
Pastor Presidente, Iglesias Reformadas en la Argentina
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