III Encuentro Internacional de la Vía Campesina:
La lucha por la reforma agraria y los cambios sociales en el campo
13/12/2000
- Opinión
Antecedentes históricos
Durante este siglo diversos países realizaron programas de reforma agraria. Los
programas de reforma agraria, tenían por objetivo enfrentar la gran propiedad
latifundaria y democratizar el acceso a la tierra para los campesinos pobres.
En forma general, se puede decir, que la experiencia de las reformas agraria se
basó en dos grandes motivaciones.
* Hubo reformas agrarias capitalistas, que buscaban sobre todo crear mercado
interno para el desarrollo nacional de la industria y transformar a los
campesinos sin tierra en pequeños productores autónomos y
* también, hubo reformas agrarias socialistas que distribuían la tierra a los
campesinos, pero estuvieron insertos en procesos más profundos de cambio del
modo de producción capitalista y por eso incluyeron otros mecanismos como:
colectivización del trabajo, de los medios de producción y la nacionalización de
la tierra.
Cada reforma agraria tuvo su característica peculiar de acuerdo con la realidad
histórica de su país y con el grado de organización social de los campesinos. Y
la parte de la polémica y diferencias en todas ellas es que hubo un proceso de
democratización de la tierra y de disminución de la pobreza y de las
desigualdades sociales en el medio rural.
En los países del Tercer Mundo, con raras excepciones, no se puede hablar de
realizaciones, de verdaderas reformas agrarias, que hayan ayudado a sacar a los
campesinos de la pobreza. Aunque, en esos países es donde existe el mayor
número de campesinos pobres y donde el peso de la población rural es más
significativo y en algunos países hasta mayoritario. La ausencia de la reforma
agraria, básicamente se debió a dos factores:
* A la existencia de un modelo capitalista dependiente, colonial, que articuló
la gran propiedad latifundaria con la exportación de productos primarios.
* Al poder político de las oligarquías rurales, grandes propietarios de la
tierra, articulados con las burguesías locales y extranjeras.
El problema agrario afecta a toda la sociedad
En todos los países del tercer mundo donde no se realizó la reforma agraria ,
persiste un grave problema agrario para sus sociedades, representando por el
mantenimiento de la gran propiedad latifundaria y por la alta concentración de
la propiedad de la tierra en las manos de una minoría, por la utilización de las
tierras, sólo para explotación y ganancia, bien como en los últimos años muchas
tierras cultivables están siendo compradas para chacras de descanso, de fin de
semana. Ese problema es la causa de la existencia de elevados niveles de
pobreza, de la enorme desigualdad social, de las pésimas condiciones de vida de
la población en el medio rural, del subdesarrollo crónico y dependiente de la
economía y de la falta de perspectivas para los trabajadores en general.
Más aún, esa situación se agravó en la última década, con la adopción por parte
de la mayoría de los gobiernos, de políticas económicas liberalizantes, que
atendieron sólo a los intereses del capital, en especial de empresas
transnacionales, que pasaron a controlar los mercados agrícolas, y la
producción. Esas políticas subordinaron las economías agrícolas locales a los
intereses del gran capital internacional, abriendo los mercados a las empresas
multinacionales, elevaron las tasas de interés, desmantelaron los servicios
públicos agrícolas, que son fundamentales para el desarrollo rural, como la
investigación agropecuaria, asistencia técnica, y las políticas de precios, de
crédito y de seguro. Eso provocó un aumento de campesinos sin tierra y la
desesperación de los pequeños y medianos propietarios, que ya no encuentran más
en la agricultura una alternativa económica viable para el progreso económico y
social de sus familias y comunidades. Hubo en los últimos años un acelerado
proceso de destrucción de la pequeña propiedad y de la agricultura familiar,
aumentando aún más la concentración de la propiedad de la tierra y de la
producción y provocando el aumento forzado del éxodo rural, especialmente de
jóvenes.
Ante el cuadro histórico de explotación a que están sometidas las economías
periféricas, de base rural, del agravamiento de las desigualdades sociales
provocadas por ese modelo capitalista, y del aumento de la explotación de los
pequeños agricultores, mismo en el Primer Mundo, las organizaciones campesinas
defienden, más que nunca la necesidad de una amplia política de reforma agraria,
como instrumento, para eliminar la pobreza y las diferencias sociales y promover
el desarrollo económico y armónico de nuestras sociedades.
La naturaleza de la reforma agraria
La reforma agraria debe comenzar por un amplio proceso de distribución de la
propiedad de la tierra. Más en función del grado de desarrollo del capitalismo
y de la explotación de las economías locales, también debe estar sostenida por
cambios necesarios en el modelo económico, social y político.
La posesión y uso de la tierra deben estar subordinados al principio de que sólo
tiene derecho a la tierra, quien en ella trabaja, depende de ella y en ella
reside con su familia. La tierra es un bien de la naturaleza que debe estar al
servicio del bien común. La tierra no es y no puede ser apenas una mercadería,
donde quien tiene dinero puede apoderarse de cualquier cantidad. Defendemos el
principio de limite del tamaño máximo de la propiedad social de la tierra, por
familia. De acuerdo con la realidad del cada país.
El acceso a la tierra de parte de los campesinos, debe ser entendido como una
forma de garantía de supervivencia y de valoración de su cultura, de la
autonomía de las comunidades y de una nueva visión de preservación de los
recursos naturales, para la humanidad y para las generaciones futuras. La
tierra es un patrimonio de la familia y se debe evitar la titularidad sólo en
nombre de los hombres.
Defendemos el principio de la propiedad social de la tierra. En que las
familias tengan derecho a utilizarla para su supervivencia y en beneficio de la
sociedad, pero no pueden utilizarla para comercio. No puede haber especulación,
y se debe impedir que las empresas capitalistas (industriales, comerciales,
financieras) se apoderen de grandes extensiones de tierra.
La reforma agraria significa, que además de la distribución de las tierras, los
gobiernos debe adoptar una política de precios remunerativos y medidas que
garanticen la democratización de los medios de producción y del control de la
comercialización, que estimulen la agricultura familiar y cooperativa, por medio
de créditos y seguro agrícola (cumplimiento efectivo del pago oportuno, en la
pérdida de la producción, ocasionado por siniestros y fenómenos naturales).
En el mundo contemporáneo, ante la oligopolización del control de las
agroindustrias y la rapidez de los procesos tecnológicos, es fundamental que se
garantice a los agricultores y a los trabajadores de las empresas, el control de
las empresas agroindustriales, que hoy, son las que transforman los productos
agrícolas en alimentos.
El derecho a la educación, es tan importante como la tierra, para la
democratización de la sociedad y para garantizar un futuro mejor a nuestros
hijos, a los jóvenes, a las mujeres que viven en el campo. Defendemos el acceso
gratuito a al educación formal a todos los campesinos y en todos los niveles así
como en la seguridad social, como un elemento indispensable contra la enfermedad
y por la vejez. El conocimiento es un patrimonio de la humanidad, que debe
estar a la disposición de todo el pueblo, en especial de los pobres.
La reforma agraria debe estar unida a una política de soberanía alimentaria,
ésta última entendida como el derecho de todos los pueblos a planificar su
agricultura para atender prioritariamente a toda su población, con alimentos en
abundancia, baratos, de buena calidad y durante todo el año.
Es necesario desarrollar modelos tecnológicos, que sean oportunos para el
aumento de la producción y productividad del trabajo, sin perjudicar la salud de
los campesinos y de la población en general, así como sean adecuados a la
preservación de los recursos naturales, y que sean públicos, de acceso gratuito
y garantizando el control de las nuevas tecnologías a todo los campesinos. Se
hace necesaria la creación del Banco de Semillas, controlado por los
productores, garantizando el subsidio por parte del Estado para instalaciones e
infraestructura.
Hoy más que nunca, el acceso y control de las aguas hacen parte de quien vive en
el medio rural. Por ser un bien caso, aumentan las presiones de empresas
capitalistas para privatizar y aumentar el control del agua dulce. Debemos
acoplar a los procesos de reforma agraria, la defensa de los manantiales, así
como la garantía de su uso público y democrático.
Toda reforma agraria debe incluir:
* Una política de estructuras: regadío, caminos rurales, electricidad, etc.
* Una política de ordenación del territorio que delimite zonas agrícolas, zonas
rurales y zonas urbanas.
* Catalogación de actividades que evite la ocupación de las zonas rurales con
objetivos urbanos.
* Ordenación de cultivos para evitar la imposición de cultivos no tradicionales
o apropiados a las distintas regiones del mundo.
Esta reforma agraria, debe prohibir la mercantilización del derecho y producir y
a realizar un control de la producción que limite la producción especializada
para la exportación y que garantice la soberanía alimentaria de sus respectivos
pueblos.
Principios y compromisos
Todas las familias que quieran vivir, habitar, y trabajar en la tierra, tienen
derecho a Amar y preservar la tierra y los seres de la naturaleza en beneficio
de todos.
Producir prioritariamente alimentos, para eliminar el hambre en la humanidad, y
mejorar las condiciones de vida y alimentación.
Preservar los bosques existentes y reforestar las áreas degradadas.
Proteger las aguas, sus nacientes, ríos, diques y lagos. Luchar contra la
privatización y mercantilización de las aguas.
Evitar la monocultura depredadora y el uso de venenos y agrotóxicos. Tratar
adecuadamente nuestra basura y combatir cualquier práctica de contaminación y
agresión al medio ambiente.
Luchar contra el latifundio y rechazar las políticas implementadas por el Banco
Mundial y las empresas transnacionales, con relación a la reforma agraria, las
empresas que monopolizan las tecnologías, las agroindustrias que nos explotan,
los organismos internacionales. Como FMI, OMC, G-7, que sólo se articulan en
función de los intereses del capital.
Perfeccionar siempre nuestros conocimientos sobre la naturaleza y la
agricultura, y transmitirlos a los más jóvenes, motivándolos a continuar en el
medio rural.
Practicar la solidaridad e indignarse contra cualquier injusticia, agresión y
explotación practicada contra cualquier persona, comunidad, y naturaleza en
cualquier parte del mundo.
Luchar y defender la igualdad entre hombres y mujeres. Combatir todo tipo de
discriminación racial y sexual. Crear oportunidades efectivas para que nadie
sea discriminado y excluido por cuestiones de género y raza.
Embellecer nuestras comunidades, cuidando y plantando árboles, flores, hierbas
medicinales y hortaliza.
Jamás vender la tierra conquistada. La tierra es un bien supremo y debe
garantizar la supervivencia de las futuras generaciones.
Pronunciarnos por el No pago de los intereses de la deuda externa, para que esos
montos, sean destinados a cubrir los adeudos que los campesinos, especialmente
los del sector social, tienen con la Banca Comercial y de Desarrollo, contenidos
en la Cartera Vencida.
Frenar el uso indiscriminado que se le ha venido dando a la tierra para otros
fines, fincas de descanso, campos de golf, etc.
Rechazar la política de importación, como sustitución de la actividad
productiva, por atentar esta contra la soberanía alimentaria de nuestros
pueblos.
Las formas de lucha y la transformación social
(Estrategias)
La lucha por la implantación de la reforma agraria no puede ser vista apenas
como una necesidad o bandera exclusiva de los campesinos, sino como una solución
para los problemas de toda la sociedad. En esa perspectiva, solamente se
viabilizará si estuviere inserta como una reivindicación, una plataforma de
lucha de amplios sectores populares de nuestros países. Los campesinos solos,
no conquistaremos la reforma agraria y los cambios en el campo.
Es necesario proponer los cambios en la agricultura, en la propiedad de la
tierra y en los procesos de desarrollo rural, como parte de un amplio proyecto
popular para nuestros pueblos. Donde haya un nuevo orden económico, social y
político.
La fuerza concreta de los campesinos y del pueblo en general, reside en su
capacidad de organizar el mayor número posible de personas, desde las bases,
desde las comunidades, movilizándolos en torno a un objetivo común estratégico.
En ese sentido es fundamental envolver en ese proceso de concientización y
movilización social a toda la familia, en especial las mujeres y los jóvenes. Y
necesitamos generar una disposición de lucha por nuestros derechos, de forma
permanente. Sea a través de acciones directas, sea a través de grandes
movilizaciones de masas.
Es necesario crear nuevas formas organizativas, asociativas y cooperativas, de
los campesinos y de la población que vive en el medio rural, en torno a la
gestión económica, productiva, financiera y de desarrollo rural, de acuerdo con
las tradiciones culturales y organizativas de nuestros pueblos y con base en los
principios de ayuda mutua y de la cooperación agrícola. La cooperación agrícola
en el trabajo y en la acumulación social de capital es un proceso natural del
desarrollo de las fuerzas productivas. Pero debemos ajustarlas y ser creativos
en las más diferentes formas, adecuadas a la realidad de cada región. Y poner
sus beneficios al servicio para mejorar las condiciones de vida de los
trabajadores del medio rural.
En este momento de la historia de la humanidad, en que el capital financiero
internacional amplía su dominio y su explotación, por medio de una globalización
excluyente, es fundamental que los pueblos de Tercer Mundo, los trabajadores en
general, y en especial los campesinos articulados en la Vía Campesina, nos
organicemos y también desarrollemos formas de comunicación, intercambio y de
luchas internacionales, para enfrentar al enemigo común.
Plan de acción
Este capítulo, fue objeto de discusión en la III Conferencia de la Vía
Campesina, con base a la pregunta / desafío: ?Qué debemos hacer en nuestros
países para garantizar la aplicación de nuestros principios y para llevar
adelante nuestra estrategia?, a partir de este análisis resolvimos:
* Articular nuestras luchas regionales a partir de la Campaña Global por la
reforma agraria, impulsando la lucha permanente, tomando como base tres fechas
fundamentales:
a. 10 de diciembre, como Día mundial de los Derechos Humanos.
b. 12 de octubre.
c. 17 de abril, Día mundial de lucha campesina por la tierra y contra la
represión.
* Luchar contra la reconcentración de la tierra.
* Luchar contra la política del Banco Mundial.
* Por la desaparición de las milicias privadas, grupos paramilitares y cuerpos
policíacos.
* Impulsar la campaña mundial de recuperación de tierras, contra la violencia en
el campo y la represión.
*Luchar por la libertad inmediata de los presos políticos que luchan por la
tierra.
* Impulsar la red de información y comunicación, como actividad trascendental en
el desarrollo y fortalecimiento de nuestras luchas.
* Impulsar la Conferencia Internacional por la reforma agraria y Soberanía
Alimentaria conjuntamente FIAN y Vía Campesina.
Pronunciamientos especiales
La III Conferencia de la Vía Campesina resuelve lo siguiente:
* Impulsar acciones a favor del pueblo Colombia y contra la intromisión del
Gobierno de Norteamérica.
* Lanzar una campaña de la Vía Campesina, consistente en envío de alimentos,
medicinas y profesionales en medicina como ayuda humanitaria al pueblo
colombiano.
* Nos pronunciamos por la libertad inmediata de los presos políticos de los
compañeros campesinos del movimiento de los trabajadores rurales sin tierra de
Brasil.
* Apoyo mundial a los campesinos de la India contra la expulsión de que han sido
objeto sus tierras.
Impulsar la incidencia en los foros internacionales con las propuestas de las
Campaña Global por la reforma agraria.
Bangalore, India. Octubre del 2000.
** Documento del Encuentro, que se realizó en Bangalore, India, del 3 al 6 de
octubre de 2000.
https://www.alainet.org/es/articulo/105031