Movilizaciones contra medidas
25/06/2001
- Opinión
La Jornada Nacional de Protesta, desarrollada el 19 de junio por la
Coordinadora de Organizaciones Populares, Sindicales y Choferiles (*) de la
República Dominicana, sobrepasó todas las perspectivas, convirtiéndose en
una paralización nacional de actividades que se cumplió en más de un 75 por
ciento. Esta Jornada se suma a las importantes luchas que la población
viene desarrollando desde febrero.
Las causas de esta protesta plebiscitaria hay que buscarlas en las profundas
lesiones que han creado las medidas tomadas por el Gobierno de Hipólito
Mejía contra los sectores pobres y medios, como son aumentos de impuestos,
del precio de los combustibles y del gas de cocina, de los alimentos; caos
en el servicio de la energía eléctrica, además de tomar el camino de
duplicar la deuda externa, todo lo cual ha profundizado la pobreza que sufre
más del 60 por ciento de la población.
Las demandas fundamentales planteadas por los convocantes de la Jornada
fueron:
* Cambio de la política neoliberal de endeudamiento externo y
privatizaciones.
* Revertir el proceso de privatización de la energía eléctrica y dar
solución a la crisis en este servicio vital.
* Transformación de la Policía Nacional y la destitución de su jefe, el
general Pedro de Jesús Candelier.
* Solución definitiva al problema de las granceras que destruye los ríos.
* Viabilizar mecanismos de participación popular que dé solución a las
demandas comunitarias y de los sectores sociales en lucha.
* Dejar sin efecto el anunciado aumento del 20% a la tarifa de la energía
eléctrica y el 1.5% de anticipo a las ventas brutas para los sectores
medios.
La respuesta del gobierno
En procura de desactivar el movimiento de protesta, el presidente de la
República propuso a la Coordinadora establecer una mesa de diálogo que
presente y acuerde acciones a desarrollar durante los próximos 3 años,
explicando que antes de enero de 2002 el Gobierno no tiene presupuesto para
atender reclamos. Luego, ante la inminencia de la realización de la
jornada, la noche del 18 de junio dejó sin efecto el anunciado aumento del
20% en la tarifa eléctrica.
Por otro lado, el gobierno desarrolló una ardua campaña de intimidación
hacia la población. Más de 20 mil policías fueron dispuestos y al mismo
tiempo se ordenó a las fuerzas Armadas auxiliar a estas exhibiendo todo tipo
de armas.
La noche del 18 de junio fueron apresados los principales dirigentes del
Colectivo de Organizaciones Populares, Fernando Peña y Víctor Jerónimo, y
más de 100 personas en Santo Domingo y otras ciudades. En la ciudad de
Nagua el comandante policial de la Región Nordeste, el senador y el
gobernador de aquella provincia desarrollaron acciones de intimidación
contra la población, lo que se repitió también en la sureña provincia de San
Cristóbal. No obstante, la Jornada Nacional se cumplió de manera pacífica,
registrándose apenas algunos heridos, lo que aumentó en la noche del 19 en
algunas ciudades como San Francisco de Macorís.
Al concluir la Jornada, en una manifestación pública la Coordinadora reclamó
del gobierno, como forma de allanar el camino a las discusiones, poner en
libertad a los apresados de manera incondicional y destituir al jefe de la
Policía Nacional, en cuya jefatura han resultado muertos centenares de
dominicanos y dominicanas en supuestos intercambios armados.
Protestas y represión
Bajo el gobierno de Hipólito Mejía, que cumplió este 16 de junio diez meses
en el poder, la República Dominicana se encuentra estremecida por las
protestas como resultado de la continuidad de la política neoliberal, de
privatizaciones y endeudamiento externo, el fracaso absoluto de la
privatización de la energía eléctrica y los abusivos impuestos al IVA, entre
otros, mientras se generaliza la represión que ha cobrado la vida de más de
150 personas en supuestos "enfrentamientos armados con la Policía Nacional".
A inicios de febrero, el movimiento social retomó el camino de la lucha
frente al llamado "paquetazo" de medidas económicas del gobierno que aumentó
el IVA en un 50%, los combustibles entre un 40 y un 100%, colocó un impuesto
anticipado del 1.5% a las ventas del comercio, entre otros, lo que determinó
un aumento general de los artículos de gran consumo, mientras mantuvo el
salario prácticamente estático, aumentando apenas un 10 por ciento a los
empleados públicos que devengan hasta 300 dólares mensuales.
Diversos sectores de la vida nacional han criticado el autoritarismo
expresado por el propio presidente de la República y la actitud represiva
que, bajo la jefatura del General Candelier, ha asumido la Policía Nacional.
Cuando a inicios de febrero las organizaciones que constituyen la
Coordinadora de Organizaciones Populares, Sindicales y Choferiles iniciaron
un amplio plan nacional de lucha contra la política neoliberal del gobierno,
por los servicios públicos, la titulación de la tierra y la vivienda
popular, por demandas comunitarias y la no privatización de la seguridad
social, el derecho a la protesta fue desconocido agrediendo a tiros y bombas
la manifestación que, con autorización del Ministerio del Interior, se
dirigía el 13 de febrero al palacio del Congreso Nacional.
De inmediato se paralizaron todos los hospitales públicos del país,
numerosos pueblos iniciaron paralizaciones generales, marchas,
movilizaciones, hasta lograr reformar varios artículos de la Ley de
Seguridad Social, la cual fue promulgada el 10 de marzo como sistema mixto.
A partir de abril, las protestas se profundizan conforme se producen
aumentos inexplicables en los precios de los combustibles, las compañías
eléctricas apagan a su antojo las plantas y sobre-facturan el servicio
energético, al igual que las telefónicas. La Coordinadora llama a
profundizar la lucha. En protestas desarrolladas en los pueblos del barrio
de Capotillo la Policía asesinó a tres personas, incluyendo un menor de
edad, lo que provocó una rebelión en ese barrio. Lo propio ocurre en el
barrio El Café de Herrera, en Gualey, todos en la ciudad de Santo Domingo.
En el municipio norteño de Salcedo dos personas fueron asesinadas por la
Policía mientras realizaban actividades de protesta. A partir de aquí, en
las protestas desarrolladas los días 21, 22 y 23 de mayo en el municipio de
Navarrete personas encapuchadas hicieron frente a la policía con armas
automáticas de guerra, a raíz de lo cual se llovieron las acusaciones contra
el Frente Amplio de Lucha Popular, FALPO, al que se responsabilizaba de tal
acción, iniciándose una caza contra sus dirigentes.
Este hecho se produjo en el momento en que amplios sectores de la nación
exigían la destitución del jefe de la Policía Nacional, Pedro de Jesús
Candelier, indignados por los hechos del barrio Capotillo y por los más de
400 asesinatos de ese cuerpo durante su gestión en supuestos intercambios de
disparos. La Coordinadora enfrentó la situación y puso en evidencia las
pretensiones oficialistas.
La política actual del gobierno
El presidente Mejía ha incumplido su promesa de revertir el proceso
privatizador llevado a cabo por el anterior gobierno. La privatización de
la Corporación Dominicana de la Electricidad llevó a la creación de empresas
generadoras y empresas distribuidoras de la energía, todas de capital
extranjero, las cuales supuestamente habían depositado en bancos extranjeros
más de 700 millones de dólares. La privatización se hizo con la promesa de
la eficiencia del servicio y eliminar el subsidio que en unos 200 millones
de pesos mensuales entregaba el gobierno a la CDE. No obstante la
Coordinadora rechazó la privatización. Hoy día las energéticas apagan por
12 y 13 horas el servicio, lo sobre-facturan y además estaban anunciando un
aumento de un 20% para el próximo día 1 de julio.
Por otro lado, el gobierno ha anunciado su disposición a adquirir 500
millones de dólares en bonos con garantía soberana del Estado, así como
otros 17 empréstitos por cerca de 2 mil 200 millones de dólares, los cuales
elevarían la deuda externa de 3 mil 600 millones a 6 mil 300 millones; amén
de los ajetreos que se hacen con el cambio de valoración de la OMC que
regirá a partir del 1 de julio.
Entretanto, la Coordinadora reafirmó su plan de lucha y el sometimiento a
discusión de la propuesta del presidente Mejía. Para el 1 de julio, ha
convocado una asamblea nacional en la cual redefinirá el conjunto de sus
actividades. En este ínterin están llamadas a desarrollarse las asambleas
locales evaluativas y procesos de luchas locales.
- Pedro Franco es dirigente del Consejo de Unidad Popular (CUP)
(*) La Coordinadora es un espacio donde participan centenares de
organizaciones municipales y cuya mesa directiva está integrada por las
organizaciones: Consejo de Unidad Popular -CUP-, Colectivo de Organizaciones
Populares, Comité para la Defensa de los Derechos Barriales -COPADEBA-,
Frente Amplio de Lucha Popular -FALPO-, Federación de Transporte la Nueva
Opción, Central Nacional de Transportistas Unificados, Corriente Sindical-
Magisterial Juan Pablo Duarte y la Asociación de Empleados Universitarios.
https://www.alainet.org/es/articulo/105230
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