La vieja tradición del terror organizado

12/10/2001
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En los últimos veinte años los gobiernos de Sudáfrica, Israel, Perú, Italia, Colombia y Estados Unidos han usado la palabra terrorista para describir a grupos que resisten su sistema legal y su control. En los 80's los grupos violentos que defendían sus intereses eran elogiados y catalogados como luchadores por la libertad o freedom fighters, mientras que sus adversarios y oponentes eran llamados terroristas. Al terminar la guerra fría, el adjetivo desapareció casi por completo del léxico gubernamental, pero desde el pasado 11 de septiembre se ha puesto de moda entre los medios oficialistas. Algunos se preguntan si terror quiere decir lo que no nos gusta, lo que nos cae mal o nuestros enemigos, el diccionario muestra que es: 1) Miedo intenso 2) Aquello que lo produce 3) Género literario y cinematográfico que busca provocar una sensación de miedo y angustia, mediante argumentos y escenas que tratan sobre crímenes, fenómenos naturales, monstruos, psicópatas, etc. generalmente en ambientes opresivos o tétricos. Desde tiempos inmemorables los gobernantes de antaño pronto descubrieron que los pueblos subyugados tienden a rebelarse y los libres a rehusar ser conquistados, por eso había leyes contra la subversión, afirma el escritor Michael Parenti. Por su parte Peter Dale Scott, profesor emérito de la Universidad de California en Berkeley, asegura que la practica de "psy war" o guerra psicológica se remonta a la época de Confucio en oriente y Homero en occidente y casi siempre se uso contra los denominados "criminales o rebeldes." Los actos más comunes de psy war no solo son asesinar y violar a los que se resisten, sino también la reubicación física forzada de pueblos enteros y entrenamiento de jóvenes en escuadrones de la muerte los cuales son usados para propagar más miedo. La firma tradicional de estos grupos es decapitar y mutilar los cuerpos, no de los "rebeldes y criminales" sino de civiles, y luego exhibirlos en lugares públicos. La Biblia de los cristianos relata como su redentor fue castigado en forma similar. A través de la historia se han documentado masacres donde los responsables abandonan los cuerpos o las cabezas de sus víctimas en monumentos, a la vista de los demás. Dale Scott que también es autor del libro "Colombia como Vietnam; la profunda política de las drogas y el petróleo", ha hecho extensos estudios sobre el terrorismo de Estado. En su opinión, Estados Unidos es uno de los principales promotores de psy wars, pues ha usado esas técnicas para tratar de romper la voluntad del Pueblo Maubere de Timor Oriental así como en las Filipinas, Indonesia y otras regiones del mundo. En el caso de las Filipinas subraya que cuando un soldado estadounidense caía muerto, arrestaban grupos de civiles al azar, los paraban arriba de un puente y luego los fusilaban. Esto con el fin de que al caer las víctimas al río, los cuerpos flotaran en las aguas y los demás aprendieran la lección. En Indonesia ponían los cadáveres en balsas que flotaban río abajo con una bandera comunista encima. Esas técnicas fueron después enseñadas a los soldados en Vietnam por Ralph Johnson, quien había estado en Indonesia anteriormente. En los últimos tres años, cuerpos flotantes han aparecido en los ríos de Colombia, agrega. El ex diplomático canadiense y autor de "La Política de la Cocaína" habla del terrorismo de estado contemporáneo y subraya que cometer atrocidades, asesinatos, intimidación y exhibición de cadáveres se inició en Estados Unidos durante las campañas militares contra los Nativo Americanos, pero que después fueron exportadas a países de Asia y Latinoamérica. El tristemente celebre Plan X Aunque las estrategias de "contrainsurgencia" se amoldaron en los años 50's y principios de los 60's, la comunidad de inteligencia las formalizó en lecciones en 1965 con la creación del Proyecto X. Basándolo en el Manual de Inteligencia Militar y en la Escuela Fort Holabird, de Maryland, se decidió que el proyecto sería usado en las lecciones que "proveerían de entrenamiento de inteligencia a países extranjeros amigos." Llamándolo "La Guía para la Conducta de Operaciones Clandestinas", el Proyecto X fue usado por primera vez en la "Escuela de Inteligencia de los Estados Unidos." En su serie llamada "La Historia Perdida; Proyecto X, Drogas y Escuadrones de la Muerte," Robert Parry del "Consortium News" señala que cuando el New York Times reportó el fin de las relaciones que tenía la CIA con cerca de cien "asesinos, torturadores, terroristas y otros con cualidades desagradables", las preguntas importantes brillaron por su ausencia. "Días después de las admisiones del gobierno los medios no pidieron respuestas sobre ¿Quiénes eran los agentes asesinos? ¿Qué crímenes cometieron? ¿Qué oficiales del gobierno eran responsables? ¿Cuántos operativos sucios estaban en la nómina de empleados de la CIA?", dice. El reconocido crítico Edward Herman, quien en los 80's fue coautor del libro "Third World Facism and the U.S. Connection", lo interpreta así: "Esas admisiones de culpabilidad nos transforman en los buenos otra vez. Miramos el error nuestro pero ahora vamos en dirección correcta," dice. La red terrorista y sus cuantiosas víctimas "De acuerdo a los archivos del pentágono, en 1962 John F. Kennedy ordenó el traslado del General del Ejército William P. Yarborough de Fort Bragg a Sudamérica. Una vez allí, este instó a Colombia a organizar "actividades paramilitares terroristas y/o de sabotaje contra oponentes comunistas", agrega Parry. Charles Maechling, quien de 1961 a 1966 observó las estrategias de contrainsurgencia en América Latina, dijo que los Estados Unidos había cambiado de una política de tolerancia a "la rapacidad y crueldad de los militares latinoamericanos" en "complicidad directa" en "los métodos de grupos de exterminio similares a los de Heinrich Himmler", (notorio personaje de la Alemania nazi). John Stockwell, ex Jefe de Estación de la CIA en Angola y autor de "In Search of Enemies" (En Busca de Enemigos), fue citado recientemente por el periodista Mumia Abu Jamal diciendo que: "La CIA ha derrocado gobiernos constitucionales en más de veinte países, ha manipulado elecciones en más de una docena de naciones, ha creado ejércitos y ha dirigido sus luchas e instado a la rebelión a grupos minoritarios en regiones volátiles. Las tensiones inflamadas, actividades políticas y militares, y sociedades desestabilizadas han costado la vida de cuando menos 6,000,000 (seis millones) de personas en todo el mundo." Edward Herman, autor del libro "The Real Terrorist Network (La Verdadera Red Terrorista), cita algunos ejemplos de actos cometidos por grupos protegidos o patrocinados por los Estados Unidos: la masacre de unos 600 civiles por el ejército salvadoreño en el río Sumpul en 1980, el asesinato de más de 600 personas en el campo de refugiados de Kassinga en Angola a manos de Sudáfrica en 1978, y la masacre Falangista-Israelí de más de 1800 palestinos en los campos de refugiados de Sabra y Chatila en 1982. Herman explica que la maquinaria propagandística occidental ha sido capaz de presentar persistentemente a Estados Unidos como el más firme oponente al "terrorismo." Desglosemos pues un poco de la formidable máquina propagandística a la cual se refiere el autor. En una entrevista durante la reunión anual de "Patrones del Terrorismo" en 1999, el coordinador del departamento de contraterrorismo del Departamento de Estado, Michael Sheehan, explicó a los reporteros que la legislación sobre el terrorismo es muy explícita. En una guerra cuando un ejército ataca a otro, eso no es terrorismo, pero si una organización terrorista ataca a civiles, eso es terrorismo. Si tu atacas un cuartel militar como sucedió con las bombas a los marines en Khobar en 1982, eso es un acto terrorista. Cada caso se examina individualmente, dijo. Reportero: Si por ejemplo, los Estados Unidos lanzan misiles contra el cuartel o unas tiendas (de campaña), ¿eso sería terrorismo? ¿Podría ser terrorismo? Sheehan: No. La irresistible campaña propagandística La actitud de los periodistas es incomprensible para muchos que pueden ver las declaraciones contradictorias de los voceros del gobierno. Algunos defensores de la docilidad de los que se supone defienden el derecho que tiene el público a saber (periodistas y reporteros), aseguran que a cambio de la obediencia, estos son recompensados con entrevistas a altos funcionarios, un componente necesario en su trabajo. Veamos dos casos en que el gobierno "le dio línea" a los medios y estos obedecieron las ordenes sin chistar. En Agosto 30 de 1983, el vuelo 007 de las Aerolíneas Koreanas penetró el espacio aéreo soviético volando sobre las instalaciones militares de la isla Sakhalin. El piloto de KAL 747 ignoró las órdenes de los cazas soviéticos de aterrizar y el incidente terminó en una tragedia, el avión intruso y sus 269 personas a bordo fueron desintegrados en el aire con un misil. Unas horas antes un avión de reconocimiento (espía) estadounidense había volado por el área y probablemente los soviéticos lo confundieron. Los analistas de inteligencia de Washington concluyeron que todo fue un accidente. La prensa nacional recibió torrentes de desinformación y los soviéticos fueron denunciados como asesinos. Nadie cuestionó a las autoridades, pero Alvin A. Snyder, entonces a cargo de la Agencia de Información de Estados Unidos (USIA), escribió después en su libro "Warriors of Desinformation" que la prensa estadounidense se tragó la píldora sin reservaciones. Cinco años más tarde, el USS Vinceness (de Estados Unidos) disparó un misil contra un avión iraní causando la muerte de sus 290 pasajeros, el presidente Ronald Reagan explicó que fue "un accidente comprensible," y de nuevo, la prensa jugo de nuevo su papel de borregos. Pero el éxito de la maquinaria propagandística tuvo mucho que ver con "la diplomacia pública", usada por el ejecutivo para suavizar a los miembros de la prensa que cubren la capital del país. Comenta Robert Parry que en esos tiempos Ronald Reagan formó equipos agresivos, cuyo trabajo era intimidar y desacreditar a los pocos periodistas de Washington que hacían preguntas fuertes y trataban de acercarse a la verdad. La verdad suele ser un acto revolucionario En estos días de obediencia patriótica, lealtad hacia "nuestra causa," preocupación por conservar el prestigioso empleo de "periodista y miembro del cuarto poder," se antojan las palabras de George Orwells quien escribió: "Durante los tiempos de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario". La constante campaña publicitaria generada por los trágicos eventos del 11 de septiembre en Nueva York está centrada en la preparación psicológica del público para una guerra prolongada contra "el terrorismo", aunque en la prensa inglesa y francesa cuestionan "la evidencia" contra los acusados y resaltan que todo esto bien pueda ser una cortina de humo para encubrir las aspiraciones geopolíticas anglo-americanas. Por ejemplo: el control del petróleo del Mar Caspio, la inestabilidad política dentro de la Familia Real Saudí, la moribunda economía mundial, la creciente necesidad de gas natural de Inglaterra y los deseos de tener tropas justo en la frontera de China y la India, dos potencias mundiales a punto de nacer.
https://www.alainet.org/es/articulo/105366?language=en
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